Centenario de Landrú: el Onganiato y la clausura de la revista “Tía Vicenta”
El 19 de enero pasado se cumplieron 100 años del nacimiento del humorista argentino Juan Carlos Colombres (Landrú). En ese marco la Biblioteca Nacional Mariano Moreno inauguró el 6 de enero la muestra itinerante “Breve historia universal de Landrú” que estará abierta al público hasta el 27 de febrero en el Museo Municipal de Arte "Juan Carlos Castagnino", Av. Colón 1189, Mar del Plata, con entrada libre y gratuita. La exposición resume casi 70 años de trabajo y material inédito del gran humorista gráfico, dibujante, escritor y compositor.
Landrú, nacido el 19 de enero de 1923, publicó sus primeros dibujos en 1945 en Don Fulgencio, revista de Lino Palacios. A fines de los años '50 fue el primer libretista de Tato Bores en el programa Caras y morisquetas de canal 7; también llegó a colaborar para 15 revistas al mismo tiempo.
El 14 de agosto de 1957 lanzó la revista Tía Vicenta, precursora del humor político moderno en nuestro país con un estilo disparatado y surrealista. El gesto del humorista fue burlarse también de su propio entorno social, ya que él era un vecino de Barrio Norte. Luego de una tapa publicada en 1966 en la que caricaturizaba al dictador Onganía la revista fue cerrada.
El dibujante falleció en 2017 a los 94 años. La Fundación Landrú llevada adelante por su hijo Raúl y su nieto Gonzalo rescata toda su obra y mantiene vivo su legado.
Los años ‘60 y el Onganiato
La década del `60 fue muy convulsionada a nivel mundial y esto influyó en nuestro país. Algunos de los hechos clave fueron el nacimiento del movimiento hippie con la exaltación de la paz en los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, los movimientos estudiantiles de mayo del 68 en París y la Primavera de Praga, en protesta por la falta de libertad.
En la Argentina florecía la industria editorial en el llamado “boom del libro argentino”. Gracias a la llegada de los libros a los kioscos de diarios el lector popular tomaba contacto con escritores nacionales que por primera vez eran tapa de revistas especializadas. Autores como David Viñas, Silvina Bullrich y Leopoldo Marechal poblaban los catálogos y se reeditaban obras de 1950 de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
El instituto Di Tella, liderado por el artista Jorge Romero Brest, era un reducto cultural de expresiones artísticas de vanguardia. Por allí pasaron pintores como Luis Felipe Noé, la escritora Griselda Gambaro y el grupo humorístico Les Luthiers.
También se formaban los primeros grupos de rock nacional representados por el pop de Los Gatos Salvajes, el rock urbano de Manal y el más intelectual de Almendra.
El presidente de facto Juan Carlos Onganía clausuró el Instituto Di Tella, censuró obras de teatro, películas y prohibió 142 revistas.
En ese marco de ebullición ideológica y cultural, el teniente general Juan Carlos Onganía tomaba el poder el 29 de junio de 1966 con un golpe de Estado en la llamada “Revolución Argentina” que derrocó al presidente Arturo Illia.
Onganía era admirador del dictador español Francisco Franco y tenía una concepción casi mística del poder. Según sus palabras venía a “moralizar a la Argentina” y creó la Liga de Moralidad con un escuadrón a cargo del comisario Luis Margaride que luego sería jefe de la Triple A. Este grupo controlaba que se cumpliera la ordenanza que prohibía los besos en público, revisaba el largo del pelo en los varones y hacía allanamientos en los albergues transitorios.
Las universidades fueron vistas como “focos de comunismo” y el 28 de julio de 1966 se produjo la “Noche de los Bastones Largos” con la invasión de la Guardia de Infantería que con palos golpearon a docentes y alumnos. Este hecho provocó la renuncia de más de 700 de los mejores docentes argentinos de universidades que tenían uno de los mejores niveles de Latinoamérica.
El presidente de facto clausuró el Instituto Di Tella por la instalación de un baño que tenía un grafitti que decía: “Abajo Onganía”. Además censuró obras de teatro, películas y prohibió 142 revistas.
El cierre de “Tía Vicenta”
Tía Vicenta había salido el 14 de agosto de 1957 y desde 1963 apareció como suplemento dominical del diario El Mundo que de 200 mil ejemplares aumentaba ese día su tirada a 300 mil. Las crisis por las que atravesó el país quedaron reflejadas en sus chistes y dibujos. Landrú tomó su estilo de Bertoldo, una revista italiana que le tomaba el pelo a Mussolini, pero el régimen no podía hacer nada porque eran bromas inocentes. La revista fue precursora del humor político moderno en nuestro país con su estilo disparatado y surrealista.
Cada tapa era una sorpresa, durante la crisis económica de abril de 1966 cambió su nombre por el de Carestía Vicenta. El humorista se inspiró en personas reales para crear sus personajes: “Tía Vicenta fue mi tía Cora, una señora que si viviese confundiría a Pinochet con Chilavert”. Otras criaturas famosas fueron el señor Porcel y María Belén.
Además la revista hizo humor social satirizando a los vecinos de Barrio Norte y sus costumbres, impuso palabras como “mersa” y “bienudo”, criterios de moda y tendencias.
Por su redacción pasaron entre otros Oski, César Bruto, Alberto Breccia, Caloi, Fontanarrosa, Quino, Sábat, Copi y María Elena Walsh.
La clausura de Tía Vicenta fue el símbolo del contraste entre la Argentina de los años '60 atravesada por la gesta del Che Guevara, los Beatles y la revolución de las costumbres, y el régimen del dictador Onganía.
La noche anterior al golpe, Landrú había cenado con amigos y uno de ellos le contó que a Onganía le decían “la morsa” por sus bigotes. Conocido el hecho en la redacción, en la tapa del 17 de julio de Tía Vicenta se publicaron dos morsas que conversaban en la playa con sus bigotes parecidos a los del presidente de facto. “Por fin tenemos un presidente como Dios manda”, le decía una morsa a la otra. Además un colaborador de la revista, Ignacio Anzoátegui, que era ex juez, había tenido la idea de hacer un “Estatuto de la Morsa” donde figurara como director “Juan Carlos Landrú”.
Luego de esta tapa la revista fue cerrada y el humorista fue citado por el ministro del Interior Enrique Martínez Paz. El 24 de julio de 1966 se hizo público un comunicado de la Secretaría de Prensa con la orden de clausura de la revista. “Onganía creía que yo era comunista: en la SIDE me tenían prontuariado como gorila comunista”, comentaba Landrú en el 2000 entrevistado por la revista Veintitrés.
La clausura de Tía Vicenta fue el símbolo del contraste entre la Argentina de los años ‘60 atravesada por la gesta del Che Guevara, la música de los Beatles y la revolución de las costumbres, y el régimen del dictador Onganía.