El miedo calzado en setenta pares
Foto: "El David Moreira",Tec. Mixta Sobre lienzo.150 x 110 cm. De Raúl Gómez.
Por Norman Petrich
El martes ocurrió un nuevo linchamiento en pleno centro de la ciudad de Rosario. Por intentar robar una mochila, una turba decidió que el muchacho tenía que aprender de la única forma que parece ser aceptable: a los golpes. Sólo una chica con su pañuelo verde intentó a los gritos hacerlos entrar en razón mientras, el resto de la gente alentaba a los justicieros al grito de ¡matálo, matálo!; hasta que un hombre corpulento se interpuso y logró hacerlos dudar. La llegada de la policía no mejoró las cosas: lejos de actuar haciendo respetar la ley prefirieron demorarse en tomarle los datos al último participante del suceso, mientras querían averiguar por qué se había metido. La intervención de estas dos personas evitó que tengamos una nueva muerte como la de David Moreira.
Este texto no busca responder sino preguntar por qué la gente se para a ver cómo se trazan líneas que separan en lugares donde, parece ser, la palabra enemigo lleva gorra visera.
(cuando por primera vez/ encontré mi casa revuelta/ no lloré
dice mi vecino
caminaba por las calles/ pensando/ que alguien caminaba por las calles
sabiendo mis secretos/ pero no lloré
cuando se llevaron lo poco/ que había dando vueltas en el patio
sentí bronca/ pero no lloré/ ni lo hice las tres noches
en las que me quedé escondido/ vigilando/ despierto
sólo derramé lagrimas/ cuando al fin volvieron/ y logré hundirles mis zapatos
en su carne blanda/una/ y/ otra/ vez
pero no lloré por lo que me habían robado
sino por todo/ lo/ que/ en/ ese/ instante/ sentía estaba perdiendo)
(Lagarto pasa con el torso desnudo,/ la juventud contradice al frío
el paso de cumbia/ es pose/ es pase/ que va de su celular/ a mi oído:
¿huelo mal?/ escondé tu mano/ ¿no sabés lo que se dice/ o acaso sos
de los que no oyen?
yo ya estaba aquí/ antes de que tanta lente vigilante/ enseñara a ver
como posible atacante/ a mi piel que se mueve/ en lo oscuro de la noche)
(Lagarto dice que si las manos/ van en busca de billetes/ a los bolsillos
y no encuentran nada/ de allí no deben salir,/ se pierden las manos
al mirarse las palmas/ y ver que las líneas del futuro
tienen forma de gatillo:/ en una mano dice matar
en la otra dice morir/ mejor dejarlas bien adentro)
(ellos nacieron muertos/ dice mi vecino/ crecieron muertos/
vieron caer a los amigos/ que ya estaban muertos/ de la misma forma
en que se ve caer a los otros/ cuando el muerto comienza a disparar
para ellos/ papá noel ya estaba muerto/ los reyes magos estaban muertos
como ahora el farmacéutico está muerto/ pero de esto último/ ya hablan las noticias
de eso/ y de que se pudran/ que se pudran bien adentro
que no crucen la línea de sombras/ nunca más)
Lagarto escupe./ Lagarto habla./ No sé cuál de las dos cosas/ está haciendo ahora:
mi viejo siempre les decía a los pibes/ que para salir TODOS de acá/
había que ser/ buenos soldados de Perón/ algo entendieron y algo no,/ los pibes
ellos creen hoy/ que la única salida/ es ser soldados del Pera,/ y donde el Pera va,
no vuelve a ser gris/ el color del cemento
porque aquí dice mi vecino/ el estado se repliega/ hasta su no existencia
aquí/ el estado es el Pera/ en estos lugares lejanos/ a esos/ donde señala al río
la proa del monumento
(Lagarto dice que fue entonces/ cuando desembarcaron/ los hombres de verde
sus chalecos y fusiles/ pasaron/ a formar parte del paisaje/ ocuparon territorios
donde/ las manos no terminan/ en las uñas/ sino en la pared)
hay ganas de hacer algo/ dice mi vecino/se habla de hacer algo
pero hay miedo de hacer algo/ y ya no se hace
pero qué esperábamos?/ qué esperábamos decir, realmente?/ porque real era decir
estamos cansados/ y cansados de esperar/ nos lanzamos de un modo tal
que fue imposible cerrar un concepto/ fue posible llegar a ningún lado
nadie pudo ya/ detener/ esto que se reescribe/ antes de que/ lo termine de escribir
y escribo para sentir/ que me/ aferro a algo
mientras algunos festejan/ como un gol sobre la hora/ que el miedo calzado en setenta pares/ graba a las patadas/ “perdiste”/ en la cabeza/ de un ya reducido Lagarto
jugarse a todo o nada/ el puñado de años/que llevás encima/ solía decir mi vecino
es comprarse todos los boletos/ para una muerte absurda
de este lado de la línea/ la muerte no adjetiva/ contestaba Lagarto
de este lado/ la muerte es/ solamente/ la muerte
allí dice mi vecino/ parado allí/ desde ese lugar/ que algunos señalan
y dicen allí/ lugar que no te pertenece/ o en el mejor de los casos
no eres el único que pertenece/ cómo se hace para decir/ escribo/ y no escribimos
y aun más,/ escribir/ y no cerrar el puño/ para luego extender el índice
en forma horizontal/ mientras el pulgar se dobla/ subiendo y bajando
y algo/ en algún lugar/ reciba los imaginarios impactos
de este brutal lenguaje que nace)
y si mañana fuera un espejo?/ dice mi vecino/ si fueran tus manos abiertas
y las empañaras con tu aliento? escribirías allí tu nombre
o nombre por el que te llaman/ los que te conocen?
escribiría que soy/ si somos/ cuando son nuestros rostros/ los que se reconocen
en las salidas/ del hoy/ lo que se parece mucho/ a decir venceremos
de fondo/ (y cada vez más fuerte)/ puede oírse una banda de sonido
(confirmado, es el noticiero de la noche)
que repite/no hay piedad/ no/ hay/ piedad
(continuará?)
Niño Gato.Tec mixta sobre cartón. 60 x 40 cm. De Raúl Gómez