“Escribo de lo que quiero; después, cuando lo agarra el público, el género se define”

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“Escribo de lo que quiero; después, cuando lo agarra el público, el género se define”

25 Abril 2013

Por Maricuz Gareca

APU: Quería que nos cuentes de qué se trata Sangre de mi sangre.

Macarena García Lenzi: Se trata de un hermano y una hermana llamados Jesús y María José, que viven en la casa desde que el padre murió después de una enfermedad larga, y tienen un vínculo endogámico entre ellos al que sostienen como una realidad absoluta, ni salen a la calle y miran todo el día “El mago de Oz”. Están tan desconectados de la realidad que cuando suena el timbre ni siquiera lo registran. En un momento dado, llega la media hermana de España a reclamar su parte de la herencia y ellos la reciben y empiezan a jugar juegos con ellas para retenerla.

APU: Por lo que vi en la obra el jueves del estreno, es una tragedia pero tiene un cierto humor negro. ¿Cómo se te ocurrió?, ¿por qué quisiste incursionar en este tipo de género que sería algo así como una tragedia con un poco de terror, un poco de thriller psicológico, un poco de humor?

MGL: En principio, lo que escribí siempre tuvo humor negro y siempre hice tragedia. En un momento dado escribo de lo que quiero, de lo que me surge y después, cuando lo agarra el público, el género se define. En un principio escribí una tragedia pero el jueves pasado, cuando la gente se reía, fue para nosotros una sorpresa, no es que sabíamos que iba a pasar pero la gente se río y dijimos: “Bueno, sí, es una comedia o es una tragedia cómica”. Pero la escribo en forma de tragedia y tiene humor negro porque es el espectador el que, desde afuera, se da cuenta de que es una tragedia, pero los personajes no tienen ni idea por dónde andan y desde afuera, es cómico ver que no registran para nada la realidad.

APU: Sí, creo que también tiene un poco que ver con el lugar del espectador. Por momentos hay cosas como muy fuertes y de alguna manera, uno tiene que recurrir a encontrarle una parte humorística como para sobrellevar esos momentos intensos. Por lo menos, eso es lo que me pasó. Respecto a la dirección de los actores: ¿Fue difícil para ellos, para vos, crear el clima de la obra, sobre todo en los papeles de los dos hermanos que son los que la llevan?

MGL: Sí, en un primer momento fue difícil -como todo trabajo, en realidad-. Estaba acostumbrada a hacer otro tipo de cosas, más de relaciones de mujeres y entonces fue difícil encarar un trabajo que, tal vez, fue el primero en el que no sabía exactamente lo que iba a hacer. Fue como una investigación entre todos, con los actores y el asistente de dirección. Empezamos no sabiendo, queriendo ver, queriendo investigar. También fue muy divertido, muy interesante pero, sí, fue difícil ver hacia donde íbamos y aceptar que el trabajo tomaba un rumbo propio, más allá de lo que hubiera deseado cuando escribí o de la voluntad de los actores.



APU: ¿Tuviste algún comentario sobre cómo lo registraron los espectadores, de cómo se tomó la obra?

MGL: Sí, tuvimos muy buena repercusión y crítica, vimos que a la gente le gustó y que por momentos se había impresionado.

APU: Me llamó también la atención la apelación a “El mago de Oz”, a la que uno asimila como una película de la infancia, de fantasía, en un contexto tan siniestro como el de la obra. ¿Cómo se te ocurrió hacer este cruce de dos mundos que por momentos parecen muy diferentes, pero se pueden llegar a tocar?

MGL: Cuando empecé a escribir la obra pensaba en el mundo de estos chicos que no se mueven de su casa desde hace muchos años, como que quedaron detenidos en el tiempo. “El mago de Oz” es una película que nunca me llegó a gustar, es muy larga y es una historia pedorra. Además, no conozco a nadie que recuerde, por ejemplo, su argumento, como si hubiera tenido mucha publicidad y la historia no tiene ningún conflicto, es todo lindo, la protagonista es re tonta. Todas las demás historias infantiles, por ahí tienen un dramón de fondo en que el protagonista está entre ese dramón y encontrar la felicidad y eso es lo que a uno lo sostiene. Ésta no tiene nada de dramón ni de nada, es simplemente arco iris y ella buscando su sueño con sus zapatos rojos. Me pareció que al estar ella agarrada de eso, era un contraste absoluto con la realidad de ellos y con la realidad en general. Es un drama y está llevada la tragedia al mango pero no es extraño que la tragedia esté alrededor de una familia y de la vida misma, entonces me pareció lo más contrastante que pude encontrar y lo más negador, como de una chica que está pegada a esa historia que no tiene nada que ver con la realidad en ninguno de los puntos.

APU: Es fuerte la afirmación dentro de la obra –o al menos está muy marcado- del personaje que está todo el tiempo filmando todo lo que ocurre a su alrededor. ¿Esto tiene algún significado en especial o lo hiciste como un recurso para remarcar algo en particular?

MGL: No, tiene que ver con lo mismo, la realidad. Así como ella está enganchada con “El mago de Oz”, él filma. También para marcar una relación entre ellos, me parece que habla de la familia y de la relación que tuvieron con sus padres, que es la relación que tienen entre ellos. Que él sea un controlador y que esté todo el tiempo exigiéndole a María José, tiene que ver con que con la ausencia de la madre porque él pasó, de alguna manera, a ocupar su lugar.

APU: Contanos qué días va, en qué lugar, a qué hora así los espectadores pueden ir a verla.

MGL: Va los jueves a las 21:00 hs. en el teatro Anfitrión, Venezuela 3340.