Gustavo Zavala: “Siempre tocamos para el pueblo laburante”
Por Gito Minore | Fotografías: Martín Dark Soul
Tren Loco es una de las bandas de heavy metal más importantes de Argentina y Latinoamérica. Con más de tres décadas de ininterrumpido trabajo, no deja de apostar a futuro. Lejos de quedarse en la gloria de los años pasados, el grupo que dio sus primeros pasos en Grand Bourg en el lejano 1990 y que, además de recorrer varias veces la Argentina, conoció escenarios de Japón, Venezuela, Ecuador, México y Perú, no detiene su motor. Por el contrario, celebra sus 31 años de existencia en un estadio de las características del Malvinas Argentinas, con un show más que ansiado.
A pocos días del concierto, AGENCIA PACO URONDO conversó con Gustavo Zavala, bajista y fundador del grupo, quien nos adelantó unas cuantas novedades.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuáles son las expectativas para el 11 de diciembre?
Gustavo Zavala: Primero que nada, celebrar 31 años de carrera de Tren Loco, reencontrarnos con nuestra gente, que el pueblo metalero se reencuentre con ellos mismos. Mucha gente viene de Brandsen, de Zárate, de Florencio Varela, de San Miguel, de Grand Bourg. No es fácil para esa gente encontrase. Creo que para nuestro público va a ser algo lindo, un reencuentro va a ser. Eso es lo que más me motiva. Vamos a presentar un par de temas nuevos, de nuestro próximo disco que se va a llamar Prisioneros de la Tierra.
APU: Justo que estás hablando de los temas nuevos ¿Para cuándo se viene el próximo disco? ¿Qué material tienen hasta ahora?
G.Z.: El disco se vio interrumpido. Empezamos a trabajar en enero del año pasado, antes de la pandemia, llegamos a grabar cinco o seis demos, y con la pandemia se cortó todo. La idea del disco, ahora con el tema del Malvinas, quedó postergado para el año que viene, pero ya estamos trabajando en varios temas nuevos.
APU: ¿La temática sigue siendo la de siempre?
G.Z.: Sí, la de siempre. Así como hablamos de reencuentro, también hablamos de volver a las raíces. Temáticas como las del disco No me importa!, Fuera de la ley, o como Ruta 197. Volver a la crudeza de lo que es el metal.
APU: Antes de la pandemia estaban de gira. De hecho, recién llegaban de Perú, que fue justo lo último que hicieron días antes del encierro. ¿Cómo afectó el parate en cuanto a los planes de la banda y cómo piensan reencararlo a partir del año que viene?
G.Z.: Como todo, durísimo. Nos afectó muchísimo a todos, creo que a todo el mundo, no solamente a la Argentina. Pero en el aspecto artístico y en particular para la música fue terrible. Aún ahora es muy difícil tocar en vivo, ya que muchos lugares cerraron, los pocos que quedan son muy caros, y los requisitos que hay son muchos: tenés que poner una ambulancia, tenés que tener tanque de oxígeno, tenés que tomar la temperatura. Hasta ahora es así. Fue muy complicado pandemia y post-pandemia, sobre todo para los músicos. Un parate impresionante. La música genera trabajo, cuando toca una banda labura el sonidista, el plomo, el de seguridad, el que vende empanadas en la esquina, el que vende remeras, los remiseros, los micros que llevan gente, todos laburan. Genera trabajo la banda, aunque a veces el último que cobra es el músico. Fue un parate impresionante, dolió mucho y sigue doliendo.
APU: Ustedes se formaron en septiembre de 1990 ¿Qué balance hacés de estos 31 años de la banda?
G.Z.: Bueno, positivo. Seguir vivos después de 31 años, conservando parte de la formación. Zombie hace más de veinte años que está, que era el nuevo de la banda, el batero hace quince, dieciséis años que está, y Soler ya van a hacer como siete años que entró. No es fácil tener una banda seis, siete años y acá la banda tiene 31 años, Carlos Cabral y yo estamos desde el primer minuto. Siempre fue algo que tuvimos como bandera, el entusiasmo de tocar. El próximo show, eso nos mantuvo vivos: el próximo show. Ese fue siempre el mejor show, al que había que ponerle toda la energía. “Toca el Tren, loco”, “toca el Tren en Entre Ríos, toca el Tren en Barracas, en Avellaneda, en Luján”. Como figura en nuestro libro: tocamos en Venezuela, en el Teatro Teresa Carreño, y a la semana tocamos en la rotonda de San Justo, al lado de la cocina donde había un tipo pisando milanesas. Y lo disfrutábamos igual. Siempre disfrutamos del próximo show, pensamos en eso, eso nos mantiene vivos. Y las cosas que genera ese próximo show. Como balance te digo que es positivo, porque seguimos vivos.
APU. ¿Cómo ves la escena hoy?
G.Z.: Observo poca originalidad en muchas bandas. Tienden a hacer covers de otros grupos ya consagrados, imitan mucho a otros cantantes. Me parece que ese es el camino que está bueno cuando empezás, que tiene que ver con tus raíces; pero ese no es el camino para refrescar la escena. Hay muchas bandas que sí están haciendo cosas nuevas, sobre todo en el interior. No solamente porque mezclan el folclore con el metal, sino por las letras que ponen, el mensaje. La escena la veo bien en cuanto a cantidad de músicos bien equipados, público que está sediento de ver bandas. La gente quiere ver bandas, si bien es un público que ya es grande, que creció. Las bandas están muy bien preparadas técnicamente, con audio copado, con equipos buenos. Saben lo que es tocar en vivo ya, saben lo que es un monitor, saben lo que es comprimir un canal de un bajo o una voz. En cuanto a eso, sí la veo muy bien a la escena. Pero a veces en cuanto creatividad la veo medio renga.
APU: Hay una característica propia de ustedes, que su público siempre rescata: la cuestión de mantenerse fieles al mensaje. Pasaron más de treinta años desde que empezaron. Si uno lo piensa un poco, recién arrancaba el menemismo y en el medio hubo de todo, hasta llegar hasta ahora ¿Cómo se mantiene la llama? ¿Cómo se sostiene ese discurso homogéneo? Seguir cantando hoy en la misma clave que cantaban tres décadas atrás.
G.Z.: Siempre lo que tuve en claro es la conciencia de clase. Siempre tocamos para el pueblo laburante, que somos nosotros. Siempre tocamos para el más débil, no para el patrón. Siempre tocamos para el que necesita un aliento, una ayuda y no para la patronal. Eso lo tuve siempre en claro. Cuando arrancamos todavía estaba la “Guerra Fría”, estaba la Unión Soviética ¡mirá todo lo que pasó! Te cuento una anécdota: tipo año 85, 86, estaba leyendo un reportaje en Clarín a Gustavo Cerati que no me gustaba en ese momento, ahora sí lo respeto mucho, pero en ese momento era yo re heavy re jodido (risas) y lo leí: “¿a ver que dice este chabón?”. Entonces, en la nota hacen alusión a un tema, no recuerdo bien. Le preguntan y Cerati dice: “sí, lo hice yo”, y el periodista le contesta: “Pero vos no sos precisamente de la clase trabajadora”. Inmediatamente Cerati respondió: “No, no, en absoluto, yo no tengo nada que ver con la clase trabajadora”, como diciendo “yo soy un chico acomodado, vivo bien, clase media”. Al leerlo me di cuenta que, al contrario de él, yo sí soy de la clase trabajadora. Lo que aprendí en ese pequeño reportaje es que ahora voy a hablar más de eso. Soda Stereo no era muy social como llegó a ser en su momento Sumo. Sumo hablaba de “Mañana en el Abasto”, que parece un tango. A Sumo, que era una banda que cantaban en inglés, yo los veía con más acento argentino que a Soda Stereo. A Soda lo veía muy producido, pero las letras de Sumo me llegaban más, como cuando dice: “para vos lo peor es la libertad”. Para la derecha patronal, lo peor que puede haber es la libertad. Que el negrito de abajo estudie, se prepare y le discuta el poder en las urnas. Eso lo tuve en claro siempre. Creo que lo que nos mantiene después de 31 años es eso: escribir para la parte más débil, a la que considero yo que es la parte oprimida y no para el opresor.
APU: Para finalizar ¿Cuáles son los proyectos para el 2022?
G.Z.: La grabación del disco, seguir girando con la banda, presentando el concierto por los 31 años. Y definir el disco nuevo que ya tiene nombre. Como ya dije, se llama: Prisionero de la Tierra. Hay un tema dedicado al Ara San Juan, hay otro que se llama “Buenas rutas”, dedicado al pueblo motoquero, y hay varios temas. Ya está compuesto, es cuestión de entrar en el estudio y terminarlo.