Infancia y soledad en “Crónica de un niño solo”, de Leonardo Favio

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INFORME DE UN DÍA

Infancia y soledad en “Crónica de un niño solo”, de Leonardo Favio

20 Julio 2025

Abordar la infancia en la evolución de la sociedad y sus distintas acepciones nos permite entender la mirada desde donde surge una representación artística.

La infancia en el cine comprende múltiples interpretaciones que marcan épocas y civilizaciones.

El cine en distintas etapas tomó la infancia como tópico y abordó con diferentes recursos  al niño/a sujeto y reprimido en una sociedad de control. 

En tiempos de posguerra europea y ante una realidad que dejó a los niños en estado de sometimiento y vulnerabilidad, en Francia emergió la Nueva Ola de la mano de François Truffaut con Los 400 golpes  (1959). Ya en Italia, luego del 1945, el Neorrealismo había empezado a mostrar la fragilidad de la infancia en tiempos de posguerra, por ejemplo, Vittorio De Sica, con Ladrón de bicicleta (1948) y Roberto Rossellini, con Europa ´51 (1952).

Ambos movimientos intentaron ser testigos de la sociedad devastada y asimismo de traducir con crudeza la realidad de sus habitantes.

El filósofo francés, Charles Deleuze trazó algunas diferencias en los puntos de vista: “las principales diferencias radican en que en el neorrealismo se enfoca en los problemas políticos y sociales, mientras que la nueva ola refleja la expresión individual”.

Sin embargo, hace hincapié en la reacción similar frente al contexto: “eran películas directamente opuestas a las producidas en estudios durante la guerra. Filmadas fuera de estudios, con iluminación natural y diálogos realistas”, lo que hacía que inicialmente se parecieran.

En Latinoamérica las nuevas corrientes salpicaron en los directores emergentes, el primer impacto en Argentina fue en Leopoldo Torre Nilsson, gran maestro de Leonardo Favio, quien bajo esa influencia realiza su Opera Prima: Crónica de un niño solo y abre un nuevo marco de expresión para mostrar la realidad.

Considerando los conceptos de Deleuze, Leonardo Favio describe el contexto desde lo individual hacia lo general para esto utiliza su propia vida como materia prima, lo cual configura la obra con un tono autobiográfico, similar a lógica que imprime Truffaut en Los 400 golpes. 

En Crónica de un niño solo (1965) Leonardo Favio cuenta la infancia desde la mirada de un niño argentino.

 

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cronica de un niño solo

Crónica de un niño solo, de Leonardo Favio, escrita en conjunto con Jorge Jury,  es una película que relata el drama de un niño en un orfanato, desde una mirada profunda y personal, en primera persona.

Es la primera película de una trilogía que continua con El romance de Aniceto y la Francisca (1966)  y termina con El dependiente (1969) y es la Opera Prima de Leonardo Favio.

Con mirada infantil Polín (Diego Puente) cuenta sus peripecias dentro y fuera del asilo. Con escenas elocuentes, Crónica de un niño solo muestra la crueldad del sistema, los personajes, como el celador o los policías, la vida con sus pares y breves instancias de libertad en planos muy puntuales que marcan el contraste.

La soledad, el abandono y  la infancia en situación de vulnerabilidad son los tópicos más recurrentes, así también el sistema de una sociedad que excluye al diferente y lo margina, donde no había cobijo para los niños y las niñas.

El encierro y la fuga se muestran como dos extremos que se unen, porque el niño aun en libertad no escapa a su destino.

A través de distintas formas el personaje de Polín mostrará un orfanato desde adentro y logrará transmitir la sensación de crueldad.

La secuencia inicial del celador en un plano detalle enumerando la cantidad de internados a un plano general amplificará la información que se irá diseminando a través de todo el relato.

En la secuencia inicial de escenas, la voz del celador, la música y el sonido del silbato recreará el clima necesario para que el espectador habite el espacio donde transcurrirá la historia. Inclusive que al inicio lo primero que se escuche sean números en una película vinculada a la infancia aporta un significado que da potencia a la distancia, la frialdad y el abandono de los adultos hacia los niños que se intensificará a lo largo del film.

 En esta primera instancia la voz será el índice narrativo que luego pasará directamente al diálogo de los personajes.

Otro elemento informacional del relato en Crónica de un niño solo es el plano cenital y picado,  la cámara en esta posición no solamente nos indica el contexto espacial y total de la escena donde transcurre sino que emula en algún sentido el Panóptico foulcautiano de la sociedad de control que intenta describir la película.

El encierro y la fuga se muestran como dos extremos que se unen, porque el niño aun en libertad no escapa a su destino.

En esta película Favio utiliza distintos recursos del discurso cinematográfico para generar una hipérbole en la mirada de las instituciones hacia la infancia. El uso de las sombras aumentadas en la pared de las figuras de los celadores, los niños en fila, la penitencia en diversas variantes como forma de castigo, las acciones sincronizadas de los niños, el uso del cuerpo para trabajar el orden. De la misma manera que lo hace con determinadas acciones también lo hace con elementos característicos, como el silbato, los listados, los carteles estigmatizantes.

Los planos además son los indicadores de demostrar el poder, los movimientos que anticipan las acciones.

El silencio acompañando el espacio genera sensación de tenebrosidad.

Si bien es una película donde actúan niños, no hay margen para el juego. Los colores blanco y negro profundizan la idea de este mundo adulto donde no hay cariño, ni vínculos, solo supervivencia. Los únicos elementos infantiles que aparecen son la bolita y la pelota, pero de manera individual y aislada, no de uso compartido.

Sí hay diálogos y algunas risas con respecto al despertar sexual o al uso del cigarrillo, subraya una complicidad en el universo infanto-adolescente.

El rol de los niños en esta película, sobre todo en el protagonista, está más relacionado con el ser adulto que con la infancia. Encajar en la vida adulta pareciera funcionar para poder sobrevivir, de esta manera utiliza la vulnerabilidad  a su favor y se consustancia con el lenguaje y las formas de los grandes. Inclusive hay una escena donde se muestra a Polín como un avezado en el idioma inglés, como una sátira del “deber ser” de un niño burgués, muy lejano a su condición.

La música en Crónica de un niño solo es un signo de puntuación. Música, sonido y silencio se conjugan de forma magistral formando un todo integrador y de contrapunto. Cuando hay un grito se trata de un golpe seco que atraviesa la imagen, prepondera e irrumpe de manera filosa en el silencio absoluto.

Otros de los detalles que enaltecen la película es la aparición del director en una instancia protectora con el personaje, como si fuera su alter ego que vuelve a abrazar su pasado.

La construcción de la infancia y la sociedad argentina

Crónica de un niño solo se estrenó en el año 1965, y se filmó un tiempo antes. Si bien la película posee un tinte autobiográfico, su director Leonardo Favio aludió al contraste entre el valor que tenía la infancia cuando él vivió en un hogar de abrigo y la infancia en el tiempo de Polín, el personaje de la película.

“Yo estuve en el hogar del niño en la época de Perón, en ese momento la infancia era sagrada, podías ir preso por tocar a un niño” y luego remarca “en crónica de un niño solo toda esa época se había desbaratado, los niños ya no tenían derechos, había una desprotección del niño de parte del gobierno y la sociedad”.

En la entrevista que da Leonardo Favio en el programa “Favio por Favio”, de la Televisión Pública, manifiesta que él quiere mostrar esa desprotección, no solamente  adentro del asilo, donde  Polín no es infeliz porque no conoce otra cosa sino también afuera, donde supuestamente existe una libertad que lo abandona y lo expone a la violencia.

Los exteriores son espacios abiertos, estas escenas construyen  la idea de la naturaleza con la libertad y el encierro, sin embargo allí en el lugar en el que debería estar la calma Polín encuentra al enemigo cuando es víctima de abuso, sin embargo Favio para esta escena utiliza la elipsis.

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La complejidad de la sociedad argentina a través de los años ha ido aggiornandose a un modelo de niñez acorde a los tiempos, a partir de los años 60 el consumo y la televisión empezaron a tomar la categoría Infancia de una manera funcional a los intereses de mercado, salir de ese esquema medio nos invita a encontrarnos con otras realidades. El  aumento de la imagen del niño como agente consumidor es proporcional al incremento de la desigualdad.

En la película Crónica de un niño solo, Favio utiliza como materia prima el lado B de aquel campo utilizado como objeto de investigación, va en busca de las diversidades y logra plasmar en la pantalla que hay otro modelo de infancia, que no todos los niños viven de la misma manera.

Favio en el film desafía a los medios hegemónicos  expone una realidad dolorosa y tajante sobre la realidad argentina.

Favio desde la experiencia y lo pragmático, aborda el film teniendo en cuenta los diversos modos de vivir la infancia según el contexto, las clases sociales y las oportunidades.   

Crónica de un niño solo es un ejemplo claro de las construcciones de la infancia en  situaciones de vulnerabilidad,  la cultura popular y las redes comunitarias, la mirada opuesta que pretendían inculcar los medios de comunicación de la época.

Cuando Polín está afuera del asilo y vuelve a su barrio se abre una red social diferente, un tejido comunitario distinto a los que la televisión o films de ese momento querían mostrar como sociedad modelo, o vida “normalizada” de un niñoCrónica de un niño solo amplia ese tejido social y muestra otros modelos de organización comunitaria.

Crónica de un niño solo, hace alusión al destino y deja abierto algunos interrogantes: ¿Cuál es el destino de la infancia sin oportunidades? ¿Por qué es necesario el estado en la construcción de políticas públicas que protejan a la infancia? ¿Qué sucede con la infancia cuando se mutilan los derechos de los niños y niñas? ¿Los gobiernos son conscientes de que pensar la infancia es pensar el futuro?

El arte como práctica discursiva visibiliza un momento determinado. Funciona como agente anticipador pero también como testigo de una época.

Crónica de un niño solo habla de las infancias pero no es para un público infantil,  interpela a toda la sociedad sobre qué tipo de infancias construimos para nuestros niños y niñas. Interpela y aun hoy convoca para no repetir los errores, para repensar el mundo desde la mirada de quienes deben ser los únicos privilegiados.

A 60 años del estreno de esta película y en un contexto de devastación social es necesario preguntarnos qué infancia queremos.