La deuda de todos

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03 Noviembre 2019

Por Analía Ávila

La deuda, película dirigida por Gustavo Fontán, se estrenó el 19 de septiembre y comienza su quinta semana de proyección en el cine Gaumont (CABA), hasta el 31 de octubre. Fontán, cineasta argentino de sólida trayectoria, realizó los films de “el ciclo del río”: La orilla que se abisma, sobre el universo del poeta Juan L. Ortiz (2008), El rostro (2013), y El limonero real (2016), su mirada poética del universo saeriano. En 2017 su Trilogía del lago helado se estrenó en el Doc Buenos Aires.

Si bien La deuda es el film más narrativo del director, podemos percibir el universo poético de Fontán en las distintas tomas, tanto en el sonido como en los tonos azulados y grises, y también en esa cámara que se sitúa detrás de los personajes y nos hace así espectadores testigos. Se trata de una película urbana, pero la mirada de Fontán subyace en las tomas del sur del conurbano, paisajes que le son familiares y que tienen que ver con su vida.

El guión del director y la escritora Gloria Peirano nos sumerge en un clima inquietante, incómodo y perturbador, con el suspenso de un relato policial. La historia narrada transcurre en 14 horas en su mayoría nocturnas, y es la de Mónica (Belén Blanco), que no realizó unos pagos en la oficina donde trabaja y se queda con 15 mil pesos que promete reponer en la mañana siguiente, para no comprometer a un compañero que la descubrió. Así comienza una búsqueda por conseguir ese dinero, que involucra a su hermana, su amante y su madre (Leonor Manso), que es una pieza fundamental en este entramado.

En una de las presentaciones que se hicieron durante octubre en el Malba, después de la proyección, la actriz Belén Blanco dialogó con el público y expresó acerca de su personaje: “Es bastante particular porque dice poco pero hace un montón de cosas, está basado sobre todo en las acciones. Además es una película que me parece que hace preguntas, con el director nos concentramos un poco en eso; más que en responder y en cerrar sentidos, en abrirlos. Y en el trabajo actoral intentar que circule una interioridad de ella, trabajamos mucho sobre los vínculos, sobre la relación de ella con cada personaje. Lo más importante era que algo esté vivo todo el tiempo, quizás eso hace que el personaje sea un poco hipnótico”.

Además hay un momento de la película en que la protagonista encuentra lo que busca, pero sin embargo el film sigue, como si se abrieran distintas cajas chinas. Es una búsqueda eterna. “No se habla solamente del dinero, no se trata sólo de esa acción, como si ese objetivo de conseguir el dinero fuera una tapa que abre todo, un montón de cosas. Más allá del personaje la película está hablando de una existencialidad”, afirmó Belén.

El clima es de tensión, por momentos asfixiante; Mónica debido a su asma tiene problemas para respirar. Hay muchas tomas en ámbitos oscuros, escaleras, pasillos y dentro de los autos. El gesto de Fontán fue detener su mirada en la falta de ternura en los personajes, como lo denota una escena de sexo triste y urgente entre la protagonista y su amante.

El film es circular y tiene un final abierto. La primera escena muestra la soledad de Mónica fumando en la puerta de su trabajo, con el fondo del ruido del tráfico. Y la escena final de la multitud resignifica este comienzo. Alejandro Mateo, director de arte, reflexionó: “La historia se atomiza en esa secuencia final larga donde desaparece y aparece toda esa gente, esa deuda de todos”.

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Ficha técnica:

La deuda, Argentina / España, 2019, 1.15’

Elenco:

Belén Blanco: Mónica

Marcelo Subiotto: Sergio

Leonor Manso: Mujer

Edgardo Castro: Pablo

Walter JaKob: Rafael

Andrea Garrote: Laura

Pablo Seijo: Esteban

Director: Gustavo Fontán