Libros: “La tribu de mi calle”, de Ramón Tarruella
La tribu de mi calle, de Los lápices editora, es el último libro de Ramón Tarruella, donde reúne ocho cuentos cuyo eje transversal es la escuela pública.
Cada cuento está inspirado en las vidas de distintos alumnos del bachillerato de adultos de una escuela platense. Ochos historias con una trama diferente pero con escenarios en común: la escuela, los alrededores, la plaza, el barrio.
La tribu de mi calle es un libro de cuentos entrelazados que también podría funcionar como una novela. Los personajes parecieran pasearse por las páginas saltando de un cuento al otro.
El guiño al indio Solari, quien también transitó las calles y las escuelas platenses impacta en la elección del título pero también en cada uno de los epígrafes, como si fuera un contrapunto de dos artistas inspirados, el músico y el escritor, que se encuentran en el imaginario de un universo común.
En La tribu de mi calle, se conjugan la obra y el artista. El profesor y el escritor. Y en esa amalgama se crea una ficción verosímil con muchos rasgos de realidad.
Ramón Tarruella construye arcos narrativos donde la tensión y el clímax logran una evolución en el relato y una profundidad emocional. Recrea las escenas con detalles, en las obras de Tarruella se pueden ver, tocar y sentir las situaciones. En algunos pasajes capta la percepción de estados sensoriales, por ejemplo en los distintos tipos de silencios.
El silencio del aula: “(…) ese silencio propio de cuando el profesor busca el protagonismo de los alumnos, silencios que se repiten de tanto en tanto”.
El silencio del baño de la escuela cuando termina el recreo: “En el baño encontró un silencio que jamás había conocido…”
Las interrupciones del silencio en el aula: “El sonido de un celular irrumpió el silencio pero no así el clima sagrado”.
“Pequeño Larousse ilustrado” trata sobre una alumna a la que la profesora recomienda leer todo lo que se le cruce, ella sigue el consejo al pie de la letra y se dedica a escudriñar en el diario privado de un académico que encuentra en el lugar donde trabaja y no solamente recorrerá palabras que no conoce sino que descubrirá un contraste entre la imagen de la persona y lo que realmente es.
“El lujo es vulgaridad” devela cuántas historias convergen en una sola frase escrita en la puerta de un baño de la escuela.
En “Plurales” un remisero utilizará los baches para practicar la pronunciación de la letra s. Además divagará por las avenidas y calles platenses en un recorrido infinito. “Metaler proyecta a la ciudad como un territorio conquistado por remiseros, surfeando las calles hacia diferentes destinos, testigos de cada una de las esquinas, custodios en salidas de colegios y ministerios, tardes y noches en la misma ciudad. Él también forma parte de ese hormiguero, aunque ahora en pos de un título secundario”.
“Causas y consecuencias” es la transcripción de un examen de historia bastante particular donde se delatan algunas cuestiones que exceden a la temática referida.
“La última vergüenza del continente” Laura estudia en la casa donde trabaja, mientras se escribe con su novio y contempla la intimidad de un espacio que cuida pero que no le pertenece.
En “Tiempos verbales” un trabajo práctico profundizará en los distintos orígenes de los alumnos pero también en la contingencia y el presente de una clase con su heterogeneidad.
En “Prácticas y manualidades” las materias, las horas y los días serán eternos cuando azota un chiste, un miedo y una venganza.
“La venganza del Mariscal Solano López” transcurre en la plaza cercana al colegio donde antes de entrar un grupo de amigos se junta, se dispersa y se desorienta bajo el ritual de la cerveza y el porro, sin embargo de este divague surgirán relatos y leyendas.
En "La tribu de mi calle" se comprende el significado de terminar la secundaria, la implicancia de estudiar a toda costa, aun entre trabajo y trabajo.
En La tribu de mi calle se comprende el significado de terminar la secundaria, la deuda pendiente, la autosuperacion, la implicancia de cargar con la decisión y estudiar a toda costa, aun entre trabajo y trabajo.
Cada estudiante guarda una historia, la colectiva que en algún punto también tiene un hilo conductor, la que se explicita a través de los párrafos dedicados a las guerras e invasiones y la que aparece subrepticiamente en las diferencias de clase, en los privilegios de pocos, en la desigualdad de oportunidades.
Y la personal, aquella que se despliega en cada página, en cada personaje, con los enredos, los vínculos, los conflictos, los dramas.
En esa síntesis, se ven los oficios, los pensamientos, las ganas, la confianza y la persistencia para cumplir con el objetivo.
Mientras maneja, Metaler se pregunta: “¿Quién de todos estos remiseros es bachiller? ¿Cuántos de todos ellos habrán terminado la secundaria?” Metaler está en su campo de batalla y Metaler sabe que está a punto de ganarla.