Por qué leer a Idea Vilariño

Por Martín Dominguez y Joaquín Rodríguez | Ilustración: Gabriela Canteros

Por decisión de llos autores, el artículo contiene lenguaje inclusivo.

Desde Taller de Literatura y Escritura-espacio artístico iniciado para la comunidad de San Martín en 2016, ahora desde la virtualidad-les invitamos a todxs a participar del ciclo homenaje a Idea Vilariño que vamos a realizar hasta fines de marzo, enviándonos un mail a literaturayescrituratallerde@gmail.com o escribiendo a nuestro instagram @tallerdeliteraturayescritura, donde les informaremos bien cómo participar y enviar sus vídeos.

Hace tiempo venimos leyendo a Idea Vilariño, que en nuestra época significa compartirla en redes sociales, porque nos cansamos de haberla encontrado como “la pareja de Onetti”. Hace no mucho tiempo buscábamos a Sara Gallardo en internet y encontramos a una de las grandes voces de la narrativa argentina del siglo XX como “nieta de Ángel Gallardo”. 

Las voces calladas de la literatura latinoamericana, las voces negras, indígenas, trans, mujeres, son las voces que intentamos, no ya “rescatar” como heroicamente, sino recordar, compartir, divulgar desde nuestros espacios reducidos pero necesarios. La poesía de Idea Vilariño, desentendida del rol de “pareja de…” en la que se la puso, es una poesía intensa y precisa, que reformula imágenes del romanticismo clásico a una voz seca y desestructurante. No se entra a sus textos desinteresadamente, o al menos no se puede permanecer así. Son verdaderamente textos que, como Roland Barthes supo identificar en la fotografía, trabajan sobre el punctum, y al terminar de ser leídos, dejan un hueco físico.
Así como recomendamos su lectura directa, creemos que la escucha de sus textos es única por la cadencia que tienen, por el ritmo que se corta y sólo oyéndolo se puede percibir, leerla, y darle el lugar que merece. No solo su poesía es precisa, quirúrgica, sino que el impacto que tiene es demoledor, como en el poema “Escribo, pienso, leo”:

Escribo, pienso, leo

Escribo

pienso

leo

traduzco veinte páginas

oigo el informativo

escribo

escribo

leo.

Dónde estás

dónde estás.


No solo hay que revisar el corpus latinoamericano, hay que leerlo. Hay que sacar a lxs poetas del lugar en el que se lxs puso siempre, dejar de leer a Pizarnik como la suicida y depresiva, a Alfonsina como la que se ahogó en el mar, a Mistral como la educadora, a Lemebel como el homosexual que luchaba contra el patriarcado, y a Idea Vilariño como “la pareja de Onetti”. La poesía tiene entidad por sí misma, no necesita de slogans o etiquetas. Hay que leer a lxs autorxs, leerles. No más, no menos. 


Estamos haciendo un ciclo todas las noches hasta marzo, en nuestro instagram @tallerdeliteraturayescritura, porque así como nos acompaña Idea y su literatura en esta época tan terrible y desoladora, así nos acompañó Pizarnik el año pasado, y fue un alivio para muchas personas, para poner su voz, para leer, para tener una excusa para disfrutar la poesía, para leer a Pizarnik en su complejidad, y no solo en sus poemas mainstream, con sus poemas mejores y no tanto. Hablando de una pija en un poema, del chasis de un auto en otro, y de la sombra, y la luna, y de que las palabras no hacen el amor, sino la ausencia. 

De la misma forma, humanizamos y leemos a Idea Vilariño. Y están todxs más que invitadxs a participar. Se trata de enviar un video breve para redes sociales al privado de la página de Instagram @tallerdeliteraturayescritura, leyendo un texto o fragmento de la obra de Idea Vilariño.