Bahía Blanca: presentarán el libro “El carro de la vida”

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Bahía Blanca: presentarán el libro “El carro de la vida”

13 Septiembre 2013

Por Diego Kenis

Una patota militar que acribilla a dos militantes populares y secuestra a la hija de ambos, que no había cumplido aún quince años. Dos chicos de dos y diez años que escapan en el último minuto de la apropiación clandestina o, lisa y llanamente, la muerte. Un ejemplo de compañerismo de un grupo de muchachos veinteañeros que los rescatan. Un carro de linyera que vuelve a darles la vida hasta llegar al abrazo de una abuela.

La historia la cuenta El carro de la vida, un libro de Jorge Alessandro que será presentado hoy 13 de septiembre, en Bahía Blanca. A pocos kilómetros de esa ciudad, en la localidad portuaria de Ingeniero White, residen los dos protagonistas centrales de esa historia: los hermanos Juan Manuel y Alejandra Santucho, hijos del matrimonio conformado por Heldy Rubén Santucho y Catalina Ginder, asesinados en La Plata por una patota de militares y policías que actuaba bajo lo que sería conocido como el “Circuito Camps” de la represión clandestina. Tras consumar los homicidios, los genocidas se llevaron a la mayor de las hijas del matrimonio, Mónica, que entonces no había cumplido todavía los quince años de edad. En una pared de la Comisaría 5 de la capital bonaerense, escribió “aquí hay que aguantar y lo inaguantable”. Sus restos fueron identificados en 2009, tras ser hallados en una fosa común en el cementerio de Avellaneda. Los delitos de lesa humanidad que la tuvieron como víctima fueron incluidos en el juicio que el Tribunal Oral Federal 1 llevó adelante en La Plata hasta diciembre pasado.

“Era parte de la militancia”

Alejandra Santucho tenía diez años en aquel diciembre de 1976. Su hermano Juan Manuel, dos. Ambos lograron escapar del operativo, y pasaron las horas siguientes en casa de unos vecinos del barrio al que habían llegado escapando del accionar de la Triple A bahiense. Era el viernes 3. Los represores del Ejército dijeron a la familia que el lunes se llevarían a los chicos. Durante el fin de semana, Alejandra consiguió hacerle llegar la información a un compañero de sus padres que, por su trabajo de heladero, podía pasar desapercibido en las calles de un barrio en que ya empezaba a hacerse sentir el calor del verano inminente.

La expresión del instinto vital en una nena de diez años fue el punto de partida para una acción heroica de un grupo de compañeros de sus padres que, con poco más de veinte años, llegó hasta la casa el domingo 5 por la noche y en las narices mismas de los omnipotentes represores rescató a los chicos de lo que sería una suerte que contemplaba dos posibilidades: la muerte o la apropiación. “Eso fue lo que me salvó la vida a mí y lo que hace que no estemos buscando a Juan como un nieto más”, dice Alejandra. Disfrazados de linyeras, en un carro que da nombre al libro que se presentará hoy, todos lograron llegar al calor de una casa compañera. Comenzarían entonces para los dos pequeños unos días de mudanzas por distintos hogares militantes, escapando de la búsqueda de los militares que controlaban un país pero a los que se habían logrado escapárseles dos chicos. Luego, llegaría el viaje hasta Ingeniero White, rumbo al abrazo de una abuela.

La historia que “El carro de la vida” reseña deja ver los valores de una generación militante a la que trataron de desdibujar y estigmatizar los represores y los medios de comunicación que oficiaban como “valiosos auxiliares de la conducción”, en las palabras del genocida Acdel Vilas al referirse al arquetípico diario La Nueva Provincia. “Obviamente había que tener mucha valentía para hacer eso, pero era militancia”, dice Alejandra al recordar a los jóvenes que casi treinta y siete años atrás la rescataron. “Hablando con ellos, me decían: ‘esto ya estaba hablado, nosotros ya habíamos hablado con tus viejos de que si a ellos les pasaba algo nosotros nos teníamos que hacer cargo de ustedes’. Eso era parte de la militancia. Por un lado, fueron héroes, para arriesgar todo con veinte años. Y, por otro, era la responsabilidad que tenían: ellos le habían prometido a mis viejos que se iban a hacer cargo de nosotros. Incluso, estaban desesperados por Mónica, y querían ir a rescatarla, porque querían cumplir con su promesa de compañeros”, relata.

Ese ejemplo de compromiso y militancia floreció en medio de un país en que reinaban el miedo, el individualismo y el terrorismo estatal, y llegó tres décadas y media más tarde a las páginas de un libro que se lo contará a las futuras generaciones.

 

Voces que cuentan la historia

En la presentación del libro, que tendrá lugar esta tarde en la Casa de la Cultura que la Universidad Nacional del Sur (UNS) posee en avenida Alem 925 de Bahía Blanca, estará presente su autor, Jorge Alessandro. Lo acompañará un panel conformado por Alejandra Santucho, una de las protagonistas de la historia, y dos referentes de gran trayectoria la lucha por los derechos humanos en Bahía Blanca y la región: el ex fiscal y actual copresidente de la Comisión Provincial por la Memoria Hugo Cañón y el secretario general de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) bahiense y ex detenido desaparecido Eduardo Hidalgo. También asistirán dos de los miembros del grupo de jóvenes militantes que en diciembre de 1976 protagonizó el heroico rescate.

La actividad, que comenzará a las 19 horas, es organizada por la agrupación H.I.J.O.S. Bahía Blanca y a asistir a ella convocan la filial local de la Red por el Derecho a la Identidad, la APDH y la Mesa por el Juicio y Castigo. Adhieren la Subsecretaría de Derechos Humanos y la Secretaría de Cultura y Extensión Universitaria de la UNS.