La Historia en fotos, un homenaje al Turko Salomón
Por Diego Kenis | Fotos de Luis Salomón
Con la partida de Luis Salomón, fallecido el viernes 12 de marzo, Bahía Blanca y su región perdieron no sólo a un excepcional artista de la fotografía sino también a un comprometido militante político y de la lucha por los derechos humanos.
Colaborador de esta AGENCIA en sus últimos años, durante medio siglo el Turko retrató –cámara en mano- las expresiones de la lucha y la cultura popular del sudoeste bonaerense. Las imágenes que lograba descubrir en la cotidianeidad irradian poesía testimonial y muchas de ellas, vistas desde el punto de llegada, pueden leerse como una serie que incluso anticipaba la historia que vendría luego de tomadas.
Repasar ese hilo es el objetivo de esta selección de homenaje, que cumple además un proyecto que no alcanzamos a concretar con él: la publicación de una muestra virtual con sus fotografías. La principal de esta nota es un autorretrato reciente que eligió hacerse junto a Omar Morán, otro de los grandes fotógrafos con que cuentan Bahía Blanca y su región.
El Turko, que añadió la K a su apodo por su adhesión al kirchnerismo, fue un joven militante del Frente Antiimperialista y por el Socialismo (FAS), en tiempos que combinaba la práctica del rugby con la captura de sus primeras imágenes.
Ya en sus composiciones de aquellos años puede advertirse la sensibilidad social del artista militante. Esta foto, tomada en 1970 y titulada “La ciudad y el muro”, retrata la desigualdad con que se abría la década. Su cámara volvió a encontrarse con ella con frecuencia, como ilustra “Los carros”, registrada medio siglo después, en la Bahía Blanca de 2020.
El 9 de julio de 1971, el Turko logró su foto más famosa, que él llamaba coloquialmente “La de las botas”. Fue en el desfile militar del acto patrio bahiense. La imagen, que ha recorrido páginas papel y web de Argentina y el mundo, anticipaba una época. Si la década cerró con el cántico futbolero de “el que no salta es un holandés”, en un Mundial disputado bajo la oscuridad de la represión clandestina, aquella foto mostraba a un niño holandés que en Bahía Blanca portaba una banderita argentina y observaba la sucesión de botas sin saltar.
Si esa toma predijo la intensificación del autoritarismo, una de pocos meses después anunció la otra cara de la misma moneda: la timba financiera que se impondría como modelo económico a sostenerse con represión política, retroceso de salarios y condiciones de trabajo y endeudamiento externo.
Ocho años más tarde, cuando ya había perdido muchos compañeros y compañeras bajo el terrorismo de Estado, el Turko volvió a cruzarse con la imagen que lo impactó en 1971. La nueva versión es de los pocos registros suyos de la época, dado que muchos negativos y revelados fueron destruidos por él mismo, para no arriesgarse ni comprometer a nadie. Eran tiempos en que una foto, o una carta, podían significar la diferencia entre la vida y la muerte si caían en manos de los verdugos o sus servicios de inteligencia.
Es notable cómo en las fotos del Turko la infancia –o, a veces, las mascotas- ocupan el lugar de contraste frente al universo opresivo circundante. Esta imagen bien puede ser la contracara de aquella del First National City Bank, tomada el mismo año y a pocos metros de distancia.
También hay otras que captan la ternura infantil en su misma esencia, ajena de amenazas. Como la fotografía de 1981 que muestra al Maestro Danilo Grimoldi y su pequeño hijo, cuando el compartir se hace herencia. Franco es hoy un destacado músico.
Las décadas de neoliberalismo dejaron muchas cosas en el camino. Entre ellas, Bahía Blanca comenzó a perder el sabor de los frutos de mar. La instalación de industrias petroquímicas y la contaminación del estuario obligaron a los pescadores a pescar cada vez más lejos de la costa, al tiempo que diluyeron el perfil marítimo de la cultura bahiense y jaquearon la identidad de Ingeniero White. Del temprano 1978 es este retrato hemingwayno de un Viejo de mar, que comenzaba a quedarse sin mar.
“Chatarra con historia”, llamó a esta toma posterior. En el reciente 2020 la complementó con una imagen de un cementerio ferroviario, para mostrar el declive de otro de los puntales de la economía y la cultura popular.
¿En qué momento exacto comienza a producirse un cambio? El ojo sensible sabe verlo, la lucidez del artista conoce cuándo apretar el botón de la cámara. En una ciudad atrapada por la prédica del diario La Nueva Provincia, las voces contestarias encontraban por dónde renacer. En el “Osvaldo Casanova” del club Estudiantes, donde pudo ver a luminarias del básquetbol bahiense como Alberto Cabrera y Emanuel Ginóbili, el Turko también miraba a las tribunas.
La Historia transita avances y retrocesos. De la segunda mitad de la década pasada es esta imagen, sobre la que no es necesario añadir demasiado. Sólo repasar nombres propios: Santiago Maldonado, Gendarmería, Cambiemos.
Y están, claro, los reportajes fotográficos que testimonian las décadas de lucha por Memoria, Verdad y Justicia. Las fotografías se cuentan por centenares, sin exageración. Muchas han ilustrado notas alusivas de AGENCIA PACO URONDO, incluso en este mismo dossier. La lente del Turko tomó a los represores, por fin sentados en el banquillo desde el primer juicio de 2011, y dio testimonio de cada una de las concentraciones populares de reclamo y celebración. Un repaso puede hacerse en este enlace.
Elegiremos tres imágenes, por lo significativas.
La primera registra el saludo de dos imprescindibles en el camino de Memoria, Verdad y Justicia en Bahía Blanca. Era 2012, acababa de pronunciarse la primera sentencia en un juicio por crímenes de lesa humanidad en Bahía Blanca, y el Turko retrató el saludo del exfiscal Hugo Cañón y Eduardo Hidalgo, sobreviviente del genocidio que se llevó a su hermano y su cuñada y secretario general de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos bahiense. Cañón falleció en 2016, y el Turko compartió sus fotos de homenaje en AGENCIA PACO URONDO. “Chiquito” Hidalgo partió el miércoles 17, apenas cinco días después de la muerte del gran fotógrafo bahiense.
La segunda foto corresponde al Aula Magna de la Universidad Nacional del Sur, sede de los juicios por delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca. Los rostros de las víctimas y el banquillo de los acusados esperan a los represores, a punto de perder la impunidad de años.
La tercera y última de esta galería de homenaje refleja la continuidad generacional en la lucha, con Nietos y Nietas encabezando una de las últimas marchas por el 24 de marzo, en tiempos sin pandemia.
Ese camino que emprenden hoy pibes y pibas estará acompañado, como ha estado el de las generaciones anteriores, por la mirada del Turko Salomón, que vivirá por siempre en sus fotos.
Hasta la Memoria siempre, amigo.