Pueblada por la Identidad: la búsqueda incansable para iluminar verdades
Por Pablo Russo
Los gurises sabían que esa tarde de sábado sería distinta en el Taller de Sueños que la Asociación Civil Barriletes realiza en la plaza del barrio desde 2015. El paisaje es el mismo: las casas humildes rodeando el campito, los arcos del potrero esperando algún partidito, una docena de caballos pastando cerca de los carros, entre perros y gallinas en el verde. Pero ese día en Villa Mabel, Paraná, Entre Ríos, recibían invitados. Caras nuevas que se sumarían a la ronda y al recreo de lo cotidiano. “Venimos a jugar un rato, y a contarles algunas cosas”, se presentó Catalina De Sanctis Ovando, nieta restituida por las Abuelas de Plaza de Mayo, que llegó desde Buenos Aires con propuestas de dibujos y videos.
A Catalina la acompañaban los talleristas habituales del espacio y algunos integrantes de HIJOS Paraná, que desplegaron una bandera sobre uno de los juegos de caño de la plaza; y en otro el banner de la “Pueblada x la identidad” que muestra a una abuelita manejando una moto. Con esa sencilla escenografía de fondo, cerca de un palo borracho, se concretó una parada más en la búsqueda incesante que, desde hace ya 40 años, las Abuelas hacen de sus nietos robados por la última dictadura cívico-militar.
“¿Alguien vio a una abuela en moto? ¿Alguno de ustedes anda con sus abuelitas en moto?”, preguntó Catalina. “Yo sí”, contestó un chico; “mi abuela tiene auto”, acotó una gurisa. “¿Ustedes saben quiénes son las Abuelas?”. Resultó que sí, que varios estaban al tanto. Gael se empeñaba por ocupar el centro de la reunión, era su cumpleaños de 5 y había ido acompañado de unos amiguitos. Algunos se distraían jugando, corriendo por los alrededores o en las hamacas, y otros se concentraban en el video institucional que vieron formando un amontonado semicírculo sobre la notebook que sostenía Alfredo, de HIJOS. “Venimos a festejar los 40 años de las Abuelas. Yo tengo 40, soy una nieta, a mí me encontraron ellas”, les contó Catalina. “Él es Gastón, busca a su hermano o hermana, porque su madre estaba embarazada cuando la secuestraron”, agregó introduciendo a Gastón Mena. Entonces, los gurises se largaron a hablar de sus abuelas. “La mía tiene 34 años”, dijo una nena.
Un caballo negro que galopaba suelto, perseguido por sus dueños, vecinos y perros del lugar, distrajo la atención de los pibes por un instante. Llegó el momento lúdico: se repartieron papeles y libros para apoyarlos. “Vamos a dibujar la historia de ustedes, lo que les gusta, la casa, la comida…”, tiró Catalina como consigna. Volaron avioncitos de papel; dos nenas se alejaron hasta el tronco cortado de un árbol para usarlo de mesa; los más pequeños pedían ayuda de los talleristas; mientras los más grandes conseguían que Nadia, la fotógrafa, les preste la cámara para registrar a los demás. Potrillos, corazones, casitas, y más caballos iban tomando forma y color en las hojas de esa infancia reunida.
La actividad siguió con otros videos de animación de PakaPaka en los que los nietos cuentan sus historias de restitución de identidad. Catalina les habló entonces de la importancia de saber quiénes somos y quiénes son nuestros padres; cuántos nietos se encontraron y cuántos aún se buscan por todos lados. También en Paraná, incluso en Villa Mabel.
Al Taller de Seños de Villa Mabel se arriman semanalmente entre 10 y 20 gurises, que tienen de 2 a 13 años, informó Lautaro Maidana, de la Asociación Civil Barriletes. “Las actividades varían de acuerdo a las propuestas de los talleristas y a las ganas de los chicos. Hay mucho dibujo, juegos cooperativos, trabajo con libros, inventamos personajes y los actuamos. Se prenden mucho a teatralizar. Este año hemos trabajado con historietas; con la pregunta de qué es ser mujer; y con monstruos, porque les gusta mucho el terror y eso los engancha”, expuso. “Hoy particularmente se da que los chicos estaban esperando esta visita que ya les habíamos comentado. La actividad los atrapó mucho, los convoca esto de dibujarse ellos, las cosas que los representan, que los hacen quienes son. Trabajamos con libertad, que tengan ganas de estar en el taller; no vienen obligados, realmente nos esperan. Lo convocante de hoy en particular es que tienen ganas de que en su barrio sucedan cosas buenas”, señaló Lautaro.
Estrategias creativas para llegar a otros
“Este es un eslabón más en la búsqueda. Nace lo de la pueblada para expandirse en distintas provincias y localidades. Creemos mucho en esto, en llegar al territorio con estas herramientas, haciendo actividades con los chicos, hablando de la familia, de los abuelos y abuelas, para que entiendan también nuestra historia”, indicó Gastón Mena, nieto recuperado, durante el momento de la chocolatada al final de la tarde. “En la provincia de Entre Ríos estamos muy contentos porque se sumaron 27 localidades, con docentes, colegios, bibliotecas populares, organizaciones sociales y centros culturales. Cada año hay que darle una vuelta de rosca para reforzar la búsqueda”, agregó Mena.
“Estamos pensando estrategias más creativas o diferentes para llegar a lugares donde habitualmente las Abuelas no están presentes; porque están grandes, viejitas, y porque no pueden estar en todos lados”, explicó Catalina De Sanctis Ovando. “Las actividades habituales son charlas testimoniales, y en mi caso particular me afecta hablar todo el tiempo de mi historia; me sensibiliza, me moviliza, y no quiero que quede como un hecho triste. Me gusta mucho dibujar, y es algo que todo el mundo hace de chico, así que tenía ganas de armar la actividad desde lo lúdico para traer el mensaje de las Abuelas y de la importancia de la identidad, de la verdad”, expresó.
“La idea fue trabajar un poco desde la historia de ellos, lo que hace a la identidad: los gustos, las cosas personales, lo que no tiene que ver solo con una cuestión biológica, sino muchas otras cosas que hacen a lo colectivo. La identidad es una construcción siempre en relación a otro, a un entorno. Por eso es importante conocer la verdad biológica, pero también la historia familiar, que les gustaba a nuestros padres, a nuestros abuelos. Se da mucho que aunque no hayamos crecido con ellos tenemos intereses afines, y eso es muy misterioso”, comentó De Sanctis. “Creo que los chicos pudieron registrar que estábamos acá, que los que veían en la tele éramos nosotros. Y se llevan la idea de quiénes son las Abuelas, de que estamos buscando, de que son un montón, y de que está semana apareció una nueva”, remarcó sobre la experiencia del sábado.
“La Pueblada x la Identidad fue concebida como un mosaico más en la rayuela trazada de manera colectiva, durante estos 40 años, para encontrar a nuestros hermanos y hermanas. Sabemos que los niños y niñas apropiados durante la última dictadura cívico-militar caminan en universos diminutos o inmensos, pero paralelos a la historia y a la vida que les es propia”, explicó Sabrina Gullino Valenzuela Negro, integrante de HIJOS que busca a su mellizo nacido en el Hospital Militar de Paraná.
“Ellos se encuentran por ahí, en barrios, localidades, pueblitos de toda la argentina, y la pueblada es un llamado urgente para traerlos a nuestro abrazo. Sabemos que la búsqueda nunca puede darse de manera individual. Con la restitución de la identidad de cada uno de nuestros hermanos también se repara y se construye la memoria de todo nuestro pueblo”, fundamentó. La pueblada tiene dos grandes líneas de trabajo: una que se está llevando adelante con docentes (en Entre Ríos se inscribieron más de 500 docentes para capacitarse en todos los niveles de enseñanza); y la otra tiene que ver con haber convocado a la sociedad civil y la ciudadanía a pensar acciones. Santa Fe y Entre Ríos son las dos primeras provincias en las que se hace efectiva esta pueblada, abarcando 42 pueblos y localidades en ambas orillas del río Paraná.
Fuente: El diario