En homenaje a profesores, profesoras y estudiantes de Economía de la UNS en los años ‘70
El viernes pasado, 11 de noviembre, se desarrolló el encuentro de memoria de cinco décadas de la puesta en marcha de un programa de formación heterodoxo en Economía en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca.
Se denominó: Enseñanza de la economía y represión. Conversatorio por el 50 aniversario del plan heterodoxo de la UNS.
Tuvo lugar en la sede del Departamento de Economía de dicha casa de estudios y fueron sus participantes disertantes:
- José Luis Coraggio - Profesor emérito de la UNGS y director de la maestría en Economía Social.
- Pablo Fermento - Auxiliar fiscal de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Bahía Blanca.
- Carlos Fidel - Docente investigador titular consulto de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
- Silvia Gorenstein – Investigadora Independiente CEUR-CONICET.
- Cristina Gutiérrez - Docente e investigadora jubilada de la Maestría en Estudios de la Mujer y el Género de la Universidad Nacional de Luján.
- Graciela Landriscini - Docente e investigadora universitaria en la UNCOMAHUE, en uso de licencia sin goce de haberes por el cargo de diputada nacional por Río Negro.
- Lorena Montero – Docente del Departamento de Economía (UNS) y Núcleo de Historia Reciente; y
- Bruno Susani - Doctor en Ciencias Económicas de l’Université de Paris.
Resulta oportuno recuperar la memoria y traer al presente una experiencia creadora y transformadora de gran pertinencia y calidad para la formación de economistas en la universidad pública argentina. Su corta vida no se explica por restricciones presupuestarias, o falta de matrícula. Sólo encuentra explicación en el clima de predictatorial de marzo de 1975, y que en las universidades y la educación argentina se inició con Ivanisevich, Zardini, y Remus Tetu, entre otros, sobre fines del año 1974. Todos ellos se opusieron a reformas en el paradigma educativo, y algunos en particular a la conceptualización de la Economía como ciencia social y política. En el caso de Tetu, ello involucró a la Universidad Nacional del Sur y la Universidad Nacional del Comahue en la que ejerció como rector por esos años, a partir de la intervención de dichas instituciones de la educación superior. Dicha restauración conservadora en la educación y en las universidades no fue ni casual ni excepcional y hecha en soledad; contó con apoyos institucionales que provinieron de otros sectores del poder en la región y en la Argentina, y trajo consigo represión, exilios y muerte.
Este breve recorrido y el sentido de oportunidad de extraer de la memoria y revivir estos hechos ocurridos unos 50 años atrás, recupera testimonios y documentos varios. Y como conjunto de retazos de la memoria, retoma también ideas expuestas por esta autora en el capítulo a su cargo publicado en el libro Pensamiento económico heterodoxo: la experiencia del plan de estudios de la Universidad Nacional del Sur, editado por la Universidad Nacional de Quilmes en 2017.
Muchas imágenes, nombres, profesores de excelencia, amigos, compañeros, debates, recuerdos y actividades se agolpan y superponen en la memoria al reconstruir desde mi propia vida, la etapa de estudiante y de dirigente estudiantil en el Departamento de Economía, que conforma esta página de la historia académica y social del sur argentino. El tiempo pasó, el mundo cambió, y también la Argentina. La perseverancia en las denuncias y la valentía de los testimonios respecto a la represión ayudan en la reconstrucción de la memoria colectiva y a conjugar los vocablos NUNCA MAS: Algunos de los protagonistas ya no están; las razones de las ausencias son muchas y todas dolorosas: desapariciones forzadas, represión y muerte, exilios, enfermedades, cicatrices físicas y psíquicas, pérdidas crueles, y supuestos accidentes. Otros y otras de aquellos tiempos, siguen diciendo “presente” a la hora de construir ideas, de generar y sostener espacios participativos, e iniciativas de formación, investigación y acción desde la visión de la Economía como ciencia social y política, y aún dirigen grupos de trabajo, espacios de representación, o integran la conducción de instituciones académicas.
Como bien decían Carlos, Bruno y Miguel en su artículo de recordatorio y reflexión, el 2 de marzo de 2015 en Página/12, se cumplieron 40 años de la destrucción de uno de los intentos más originales en la universidad argentina de transformación de la enseñanza de la economía.
En el Departamento de Economía de la UNS se inició en 1969 un movimiento que coincidente con el cambio de ideas en las ciencias sociales en el mundo occidental, el debate por el subdesarrollo y sus raíces históricas en América Latina, y la efervescencia del Mayo Francés trasladada al continente y a la Argentina, estimuló una actitud cuestionadora del sentido de la ciencia. Ello llevó a revisar el qué y el para qué de la formación en Economía en general, y en particular en la UNS. En esto incidieron los pertinentes aportes de los docentes formados en las mejores universidades extranjeras y nacionales de la época. Se multiplicaron espacios de intercambio de visiones y de análisis riguroso de la evolución del pensamiento económico y ello promovió un trabajo de revisión integral de sentido y contenidos del Plan de Estudios de la Licenciatura en Economía y la elaboración de un nuevo plan. En resumidas cuentas, ello dio vida al denominado PELE. La iniciativa fue una propuesta innovadora de estudio de la teoría en el contexto histórico de la evolución del pensamiento económico.
El PELE, estaba acompañado de una concepción transformadora que perseguía varios objetivos simultáneamente:
a) frente a la orientación académica monopolizada por la teoría económica ortodoxa en una gran mayoría de las universidades argentinas, al igual que en un importante número de universidades del mundo, se abría espacio a un amplio debate sobre diversas teorías económicas alternativas. Podemos recordar el espacio de los economistas clásicos, los keynesianos y poskeynesianos, el materialismo histórico y los estructuralistas, de gran actualidad en el abordaje de los problemas económicos mundiales y del continente por ese tiempo, y que siguen teniendo absoluta vigencia;
b) promovía una orientación multidisciplinaria integrando la Economía con la Historia, la Sociología, la Antropología, las Matemáticas, y la Filosofía;
c) proponía alcanzar una verdadera excelencia científica a través de una modernización de la enseñanza, introduciendo los debates económicos que tenían curso en universidades y centros académicos de Europa y los Estados Unidos;
d) trataba de insertar dicha enseñanza en el marco de las necesidades específicas de la región de Bahía Blanca y del país, y
e) proponía realizar estudios de casos con una previa elaboración teórica de las variables más significativas, a fin de dotarlos de una reflexión teórica que sirviera a la formación del estudiante como investigador.
El Plan fue acompañado por cursos de posgrado con sentido aplicado, de economía regional y economía industrial a cargo de profesores de importantes universidades del mundo y expertos en distintas disciplinas. Su contenido se pudo diseñar por el aporte y perfil de los profesores, y contó con la activa participación de los alumnos. No obstante, nunca se pudo poner completamente en práctica. Fue reemplazado por un plan intermedio, como una transición a la aplicación del nuevo plan. Ello fue el resultado de la situación política contextual, lo que impidió su concreción, frenó convenios de cooperación con instituciones académicas nacionales y extranjeras de prestigio, y finalmente, como parte de la represión que se extendió a distintas universidades, facultades y espacios culturales, acabó con el proyecto. Así, se malogró una propuesta que fue valorada por numerosos economistas argentinos y extranjeros, y que creó una dinámica de investigación y enseñanza novedosa de la ciencia económica en el país.
En el contexto señalado, la destrucción académica tuvo responsables primarios en los sectores del poder asociados a fuerzas de seguridad y a núcleos civiles y económicos tradicionales del poder local, articulados con agentes internos de la propia universidad. De ello resultaron persecuciones, expulsiones, desapariciones, detenciones y muertes, incluso al interior del edificio universitario de la UNS; recordamos el asesinato del dirigente estudiantil David Cilleruelo el 3 de abril de 1975 en la fila para sacar boleta de examen en el Departamento de Alumnos. Entre los responsables primarios estuvo el propio rector interventor Remus Tetu, quien, hacia fines del año 1974, además de conducir la UNS pasó a ser interventor de la Universidad Nacional del Comahue, instrumentando notorias acciones represivas en lo académico y lo administrativo, junto a colaboradores internos y externos.
A partir de marzo de 1976 arreció la persecución a otras carreras y a otras organizaciones de la ciudad de Bahía Blanca y del país, con los costos humanos por todos conocidos. El encarcelamiento de numerosos economistas profesores y auxiliares y de alumnos atrajo la solidaridad internacional de figuras relevantes de la disciplina de distintas corrientes de pensamiento, tales como Milton Friedman, Joan Robinson, John Hicks, François Perroux, Alain Cotta, y Piero Sraffa, quienes ratificaron con testimonios que han obrado en el expediente de gestión del PELE, que el mismo era un plan de estudios de Ciencias Económicas similar a los vigentes en prestigiosas universidades europeas y americanas.
La experiencia que ha motivado esta recuperación de la memoria y que pretende echar luz y verdad sobre la oscuridad impuesta por el régimen represivo iniciado con la Triple A e intensificado a partir de marzo de 1976 a la universidad y la cultura argentina, puede considerarse un antecedente importante para el debate actual sobre la enseñanza de la economía política, en tiempos en que las derechas violentas vuelven a mostrarse.
La globalización y la crisis mundial de 2008, la pandemia y post pandemia y la actual guerra, que profundizan la desigualdad en el mundo y traen consigo más riesgos que se suman al cambio climático, obligan a reconocer que los enfoques tradicionales de la enseñanza de la economía no dan respuesta acorde a su profundidad, extensión y complejidad. Demandan nuevos enfoques y del auxilio de otras disciplinas. Al mismo tiempo, la realidad espera respuesta de una nueva generación de profesores y alumnos.
(*) Diputada nacional por el Frente de Todos por Río Negro. Esta nota fue publicada originalmente en la revista digital Va con firma, el domingo 13 de noviembre de 2022.