Especial: lo que el Encuentro Nacional de Mujeres nos dejó
Por Michelle Krawchik
El 31° Encuentro Nacional de Mujeres cerró nuevamente con disturbios y represión, la única cara del encuentro que reprodujeron los medios masivos. La misma tuvo lugar a partir de los cánticos y pintadas en la Catedral de la ciudad realizados por un grupo de manifestantes. La supuesta perturbación del orden llevó a la Policía a accionar contra las personas que estaban participando del categorizado vandalismo, pero no se detuvieron ahí. Varios periodistas fueron agredidos con balazos de goma por intentar fotografiar los hechos, algunos de ellos comunicadores de Télam y La Garganta Poderosa.
En los videos que circularon por las redes sociales se escuchaban tiros y se podía observar a una muchedumbre corriendo de un lado para el otro; las lágrimas tampoco faltaron. Otro encuentro que se ve manchado por una represión.
El Encuentro Nacional de Mujeres hace 30 años tiene como objetivo convertir los problemas individuales de las mujeres en debates de todas. Cada año se analiza la marcada discriminación que sufrimos en el rol que tenemos en la sociedad. La idea es reunir a la mayor cantidad de mujeres a nivel nacional para conversar -a partir de talleres, marchas y otras actividades- sobre las luchas que se llevan a cabo, desde la fábrica, la casa, el barrio, el campo, la escuela, la facultad, la ciudad, entre otros ámbitos.
Durante el encuentro, los talleres se caracterizaron por ser dinámicos y llenos de participación, tratando cada temática en detenimiento y escuchando las voces de todas y todos los participantes. Algunos temas resaltaron por su presencia como la igualdad y la violencia de género, el aborto legal, seguro y gratuito, el narcotráfico, la trata de personas, entre otros.
El domingo, como estaba planificado, se marchó a la Plaza San Martín de la ciudad santafesina de Rosario. Un grupo de manifestantes, al igual que el año anterior, se abrió de la masiva movilización y comenzó a reclamar por la legalización del aborto y los subsidios que recibe la Iglesia. La cuestión es pensar por qué otra vez sucedió lo mismo: ¿por qué un grupo debe interrumpir el curso normal del encuentro para mediatizar una temática como la legalización del aborto -cuando se puede tratar por otros canales-? ¿Por qué la Policía reprime de manera tan violenta a un grupo de mujeres? ¿Por qué la violencia se frena con más violencia? Tenemos que alejarnos del hecho mediático y analizar lo que pasó, para que efectivamente no se vuelva a repetir.
Nuestro lugar como mujeres en la sociedad se va a modificar una vez que nos entendamos como grupo humano, la represión no puede tener lugar bajo ningún punto de vista. Pero tampoco la falta de solidaridad de las compañeras que con sus reclamos violentos contra la Catedral empañan el reclamo pacífico y colectivo del Encuentro, dejando sólo como noticia la violencia final, y no la legitimidad de los reclamos. La lucha continúa, el 32° Encuentro Nacional de Mujeres se realizará en la ciudad de Chaco como resultado de la ovación recibida en el cierre del mismo el 10 de octubre pasado.