Bayer-Monsanto hacia el control de la alimentación mundial
Por Rubén Costiglia (*)
Las noticias más importantes, aquellas que informan de sucesos que afectan a millones en todo el mundo, suelen quedar en un segundo plano, tras la actualidad política, las guerras, la omnipresente corrupción y la tragedia de las migraciones. La compra de Monsanto por la empresa Bayer puede parecer sólo de importancia para el mundo de los negocios, pero su importancia es mucho mayor.
El 14 de septiembre se anunció la compra después de varias ofertas de Bayer. El monto final de la operación alcanza los 66 mil millones de dólares, la mayor operación en efectivo de la historia. Bayer, fabricante de productos químicos y medicinas, toma así el control de Monsanto, líder dentro del mercado de las semillas y los agrotóxicos. La compra violaría leyes antitrust, según organizaciones como The Konkurrenz Group.
Ambas empresas han estado estrechamente ligadas al uso de productos químicos en la guerra. Ziklon B era la marca registrada de un pesticida a base de cianuro fabricado por el consorcio alemán IG Farben, del que formaba parte Bayer. Se usó para aniquilar a millones de seres humanos en los campos de exterminio nazi. Monsanto fue una de las empresas fabricantes del “agente naranja”, defoliante altamente tóxico empleado por los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
Los insecticidas conteniendo neonicotinoides producidos por Bayer han sido señalados por numerosas investigaciones como los responsables del colapso mundial de las abejas melíferas. El glifosato, considerado “probable cancerígeno” por la Organización Mundial de la Salud, es usado en todo el mundo en cantidades crecientes con semillas genéticamente modificadas producidas por Monsanto.
Desde hace años se viene dando un proceso de concentración a escala mundial de empresas que intentan controlar la producción mundial de alimentos. El slogan mentiroso que esgrimen es que para afrontar el reto de la producción de alimentos en un mundo afectado por el cambio climático, se necesita tecnología de punta, mucho dinero y una estrategia integrada. Habría que preguntarles a los afectados por el glifosato en Argentina cuál es su opinión sobre un “campo tecnificado”.
La fusión de las empresas Bayer y Monsanto significa que esta mega corporación controlará gran parte de la producción de alimentos del mundo. Un mundo donde cada vez se emplean más semillas genéticamente modificadas que son literalmente bañadas con peligrosos pesticidas que están presentes en toda la cadena alimentaria. Ambas empresas han sido blanco de acusaciones y sanciones por sus comportamientos poco éticos. En esta columna se señaló (“Bayer y Monsanto”, 26/05/2016) que “… la posible compra de Monsanto por Bayer no es una buena noticia”. Esa compra ya se ha realizado y nos afectará a todos los que habitamos este mundo.
(*) Artículo publicado el 29 de septiembre en “Nuestra vida y la ciencia”, habitual columna del autor en el periódico Síntesis, de México.