Industria porcina: ya existe en el país hace 15 años y no tiene denuncias graves por contaminación
Por Elizabeth Pontoriero
Después que se difundiera información de la Cancillería sobre un posible acuerdo para que Argentina produzca y exporte carne porcina a China con una duplicación en la producción de acá a cinco años, se generó un debate sobre las posibles consecuencias ambientales que se podrían generar si se desarrolla e intensifica esta industria, incluida una posible pandemia. El posible acuerdo con China podría incluir inversiones por tres mil millones de dólares para instalar 25 establecimientos en diferentes provincias.
Sin embargo, a pesar de querer presentar el tema como si se tratara de algo nuevo, desde hace más de 15 años que nuestro país ya cuenta con varias granjas porcinas que producen alrededor de 650 mil toneladas de carne de cerdo con una facturación que supera los U$S 1000 millones al año.
Según informó en Twitter el periodista Facundo Sonatti en Argentina hay varios frigoríficos que procesan carne porcina y lo hacen hace muchos años. Además, 10 de esos frigoríficos son de capitales argentinos.
Además, detalló que, durante 2020, “la Argentina produjo por sí sola 655.000 toneladas a partir de la faena de más de 7 millones de cabezas porcinas” y agregó que ni siquiera se puede comparar con países como Dinamarca, uno de los grandes productores de carne porcina, en el que, a pesar de tratarse de un territorio más chico produjo seis veces más que nosotros. Dinamarca suele nombrarse como ejemplo en materia de cuidado ambiental. ¿Se puede o no producir este tipo de alimento sin contaminar?
En el ranking de los primeros 10 frigoríficos argentinos, aparecen, en el décimo lugar, el frigorífico Rafaela Alimentos, de la familia Lagrutta, en la provincia de Santa Fe, con 14.034 toneladas; luego Allpork, de la familia Folino, ubicada en Mercedes, provincia de Buenos Aires, con 14.331 toneladas, ambos frigoríficos con el 2,1% de participación y, en tercer lugar, Amancay, de la familia Becco, con 16.056 que, además, tuvo a Coto como principal cliente durante el año pasado, con 2,4% de participación.
En séptimo lugar, figura LN Campos y Alimentos, de la familia Barcas, que produjo 20.875 toneladas y participa en un 3,1%. Barcas tiene su frigorífico en San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires y, allí, varios productores de otras familias, también, procesaron cabezas de cerdo; en el sexto, se encuentra el Frigorífico San Antonio de Areco, de la familia Losada, que salen al mercado con la etiqueta de Cabaña Argentina, con 22.208 toneladas y 3,4% de participación y le siguen Ceryvac de la familia Rama en la localidad de Virrey del Pino, con 23.828 y 3,6% y el frigorífico Minguillón, que se transformó en una cooperativa y opera en la localidad de Moreno, el AMBA, con una producción de 39.126 toneladas y el 6% de participación en la faena.
Por último, figuran los tres grandes productores: en tercer lugar el Grupo Paladini, de la familia Paladini, una de las marcas más vendidas, con 48.095 toneladas y una participación del 7,3% de la faena sobre el total del territorio nacional; el Grupo Giacosa, en segundo lugar, de la familia Giacosa, quienes sumaron a Campo Austral y a ex Alimentos Calchaquí a su negocio, con 55.244 toneladas y el 8,4% de participación y, liderando la lista, la Alimentaria La Pompeya de la familia Chamorro que, con más de 600 empleados, tuvo una producción de 79.354 toneladas y una participación del 12,1% sobre la faena nacional.
El recuento permite dar cuenta de la diversidad y también su extensión en diferentes provincias. "Un mito tiene que ver con la tan temida concentración, cuando en los hechos son más de 170 la plantas de procesamiento y hay que reunir a los primeros 10 jugadores para explicar cerca del 50% de la faena", aclaró Sonatti.
Una oportunidad para generar divisas y empleo
Con respecto a la polémica, el director del Centro de Estudios para la Producción, del Ministerio de Desarrollo Productivo, Daniel Schteingart, afirmó en declaraciones radiales que se busca "generar miedo sin fundamentos" en la población y en coincidencia con Sonatti, señaló que, en nuestro país, este tipo de producción no es una novedad, ya que hay varias granjas porcinas que se vienen desarrollando desde hace casi dos décadas sin que se hayan registrado consecuencias ambientales.
Así, en el programa “Vi luz y entré”, de FM La Patriada, declaró que “Argentina, silenciosamente, viene teniendo su revolución porcina. Lo cierto es que la producción porcina en Argentina, desde hace 15 años, viene creciendo año tras año” y agregó que gracias a esto “el empleo en el sector viene creciendo con la actividad de pequeños, medianos y hasta algunos grandes productores porcinos”.
Asimismo, expresó que “las granjas que tenemos no están demasiado lejos de las que se proponen” y que se “presentó el tema porcino como si fuera disruptivo y sabemos que no ha pasado nada, obviamente que hay que tener cuidado. Como con cualquier actividad productiva, hay que tener los controles ambientales necesarios para que no pase nada”.
Por otro lado, aseguró que gracias al desarrollo de estas granjas nuestro país comenzó a crecer como exportador y que si el acuerdo se concretara le daría a esta industria un “envión adicional”.
Finalmente, dada la situación de pobreza que todavía padece nuestro país y que se ha agravado con la pandemia de COVID-19, consideró que profundizar la industria porcina es una oportunidad que no deberíamos dejar pasar, ya que se generarían más puestos de trabajo, sobre todo, en el interior del país, lo que activaría las economías regionales y traería más divisas, que es lo que Argentina está necesitando en este momento.