"Martín Guzmán es el más ortodoxo de los heterodoxos y el más heterodoxo de los ortodoxos"
Por Martín Massad y Juan Cruz Guido
Sergio Chouza es economista por la Universidad de Buenos Aires y trabaja como investigador y docente en la Universidad de Avellaneda. En diálogo con AGENCIA PACO URONDO RADIO (La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, FM La Patriada) analizó la situación económica de la Argentina. "La verdad es que los desbalances fiscales y macro tampoco son tan severos", aseguró. En ese sentido, destacó el rol de Guzmán sobre quien remarcó que no cree "que sea un ministro ajustador". Con respecto a la microeconomía y a la situación de la gente, resaltó que el objetivo debe ser "coordinar a los diferentes actores de la economía argentina". "Eso es una coordinación más política", concluyó.
Agencia Paco Urondo: Cristina Fernández de Kirchner, en su carta dirigida al presidente, Alberto Fernández, de alguna manera le recrimina que no se estaba ejecutando todo el presupuesto que tiene Argentina para el año 2021, que habían quedado 2.4 del presupuesto no ejecutados. ¿Qué reflexión tiene para hacernos acerca de esto?
Sergio Chouza: En primer lugar, marcar que el año económico no terminó. Con lo cual, es cierto es que uno puede pensar que, al ritmo actual, tal vez no se llegue a la previsión que estaba planteada en términos de gasto y su correlato en términos de déficit. Para pisar el terreno firme, estamos hablando de un déficit primario que se proyectaba en cuatro puntos y medio del PBI. A mitad de año iba eventualmente en paridad, y el mes siete, que es el último disponible, estábamos en el orden del 1.6. Y del PBI, seguramente cuando se conozca el dato del mes de agosto, que se conoce en el día de mañana, ya vamos a estar en la zona del 2... 2,1. Y así se llega a la diferencia de lo que marcaba Cristina. Posiblemente, la velocidad podría haber sido un poco mayor. También es cierto y esto hay que remarcarlo, esto es así no es un argumento acomoda indicios, sino que es la realidad, el gasto tiene una componente estacional muy marcada. Desde noviembre, y principalmente diciembre, con el pago de aguinaldo de todo el sector público pero además principalmente con toda la asistencia que se suele cursar a los barrios, a las organizaciones, a la iglesia y al Estado mismo con su diferentes organismos, suele implicar un esfuerzo significativo en el último mes del año. Con lo cual, con esta componente del efecto estacional, no es correcto dividir en partes iguales a los 12 meses del año. Pero es verdad, y sí coincido con que tal vez, un impulso más, un envión más, el hecho de cumplir lo que estaba planteado en el presupuesto, y no sobrecumplir, que es algo que se barajó a lo largo del año que se fue instalando, donde muy posiblemente el Ministerio de Economía, termine sobrecumpliento la meta de gastos y la meta fiscal. Tal vez eso, para un año como este no era necesario. Y la verdad es que los desbalances fiscales y macro, tampoco son tan severos. No estamos en una situación con diez puntos del PBI, y se está cerca de un Rodrigazo. Eso solamente puede tener una intencionalidad política y desde lo técnico no resiste análisis.
APU: ¿Es Martín Guzmán un ministro de Economía conservador con respecto al déficit y es tan importante mantener el déficit controlado, que no se vaya muy por arriba de las metas?
SG: Qué debate ese. Dentro del mismo campo nacional es algo que está en disputa.
APU: Antes de que se ponga ahora más en debate, tuvimos el ejemplo de las tarifas. Guzmán quería aumentar las tarifas por arriba de dos dígitos y hubo una contienda con parte del kirchnerismo que seguía manteniendo la necesidad de tener las tarifas por debajo de los dos dígitos…
SG: Exacto, con ese caso, con el caso previsional más al inicio del mandato, pasó algo similar. A mí, para ser honesto, eventualmente no me gustan los absolutos. Creo que una de las definiciones, cuando se estaba conformando el gabinete en el 2019, parece que lo describe correctamente al ministro de Economía, al perfil que le dió al Ministerio, que es el más ortodoxo de los heterodoxos y el más heterodoxo de los ortodoxos. La definición de Alberto. Me parece muy descriptiva. Porque es una persona que no le ha perdido la huella a cuidar los equilibrios macro, y hay veces que, obviamente desde el campo nacional popular y sobre todo teniendo en cuenta el contexto donde estamos, puede parecer un poco ambicioso o algo secundario que tal vez no se le debería prestar tanta atención. Ahora bien, tuvimos algún escenario contra fáctico, donde podemos evaluar, qué pasa cuando nos desequilibramos, sobregiramos, hacemos un poquito más de la cuenta. Fue desde octubre del año pasado, que tuvimos un desborde en materia cambiaria, un salto muy significativo en las contrataciones paralelas, que la verdad terminó trayendo contrariedades sobre la calidad de vida de la gente, terminó impactando en materia de precios, terminó retrayendo niveles de reactivación que ya se venían verificando por el final de la primera ola. Entonces digo, ni una cosa ni la otra. No creo que Guzmán sea un ministro ajustador, puede ser sensato con esto. Pero también me parece que podría haber tenido un poco más de amplitud a la hora de escuchar y de seguir los consejos de la política de gobierno, y de semejante voz como la de la vicepresidente a la hora de entender que hay texto y hay contexto. Y el contexto actual, es un contexto de pandemia con tres años consecutivos de caída de la actividad y de los ingresos populares.
APU: Pero está el temor de que cuanta más emisión, que esa emisión se vuelque al dólar y que eso desestabilice el tipo de cambio, y que también pueda llegar a desestabilizar los precios, si todo va a consumo. Esta esa puja que resulta tan difícil de poder resolver, como que es un equilibrio muy delgado del cual todavía, no se ha podido salir…
SC: Definitivamente es un equilibrio delgado, y parte de entender eso, implica que muchas personas, argentinos y argentinas que votaron a este gobierno, lamentablemente hay que transmitirles un mensaje sincero, sensato. Si alguien piensa que automáticamente una vez resuelto el problema con el Fondo Monetario, y en el 2022 con menos o nula incidencia de la pandemia, vamos a volver a tener la economía de 2015. Que cuando uno ve un gráfico de la evolución de los ingresos ajustado por inflación, hicieron pico en 2011, 2012 y después 2015, tres picos. Bueno, no va a pasar eso, no va a pasar de un año al otro, o con un año de recuperación ni por dos, son varios años. Entonces, uno dice si tenemos otra figurita, cambiamos los nombres, los perfiles, alguno piensa en algún contra fáctico de alguien con más audacia, tal vez con más agresividad en alguna política, pueda articular como si fuera una fórmula mágica, y mágicamente recuperamos 20% de los salarios perdidos de un tirón. No va a pasar eso. Y la macro pesa. También cuando uno piensa un contra fáctico, en un sentido optimista, puede haber una situación adversa que suceda lo contrario. Si tenemos un desequilibrio, no quiero caer en que se emita mucho y eso vaya a inflación, digo que nos desequilibremos y tenga un impacto sobre el dólar. Este camino que se está construyendo, de a poquito, bajar los niveles de inflación, recuperar niveles de actividad, si se interrumpe es como un castillo de naipes. Cuesta mucho armarlo, pero después tirarlo es en dos segundos.
APU: Se habló mucho esta semana de esta idea, usted también lo mencionaba recién, de un Martín Guzmán más abocado a lo que históricamente se conoce como las finanzas, a la negociación con el Fondo, el endeudamiento, los bonos y demás. Y se habló mucho también de algún rol en economía más cercano a la micro, a la economía de la gente, al precio de los alimentos. ¿Usted cree que esto es así, la posibilidad de que convivan un ministro más abocado a las finanzas y otro que esté más abocado a los temas de la micro economía?
SC: Hoy de alguna forma pasa con desarrollo productivo, y si se quiere, incluso, las diferentes secretarías de energía, de minería, son áreas que tienen que ver con la economía pero no hay una disposición de ley de ministerios con un super ministro de Economía, que tiene todo un pro y contra. Centralizar poder en una sola persona, tiene sus cuestiones. Pero desconcentrarlo, lo que hace es que seguramente haya más visiones, sobre todo en un frente político que contiene atracciones muy diversas, eso debilita en parte la toma de poder, genera una rigidez en la toma de decisiones. Sobre la micro, creo que hay mucho para trabajar en materia de cómo vincular la recuperación productiva con la dinámica de calidad de vida y bienestar de la población. Eso es, tal vez, lo que falta acoplar. Hoy tenemos una actividad productiva, una industria, una construcción que avanza, que está recuperando niveles de hace tres, cuatro años atrás, pero eso no necesariamente se traduce en mejor calidad de vida vinculado a ingresos reales en salarios. Y para eso, sí me parece que hay un rol que está un poco incompleto, que nadie lo está cubriendo, que me parece que es una falencia: la del anclaje de expectativas. Coordinar a los diferentes actores de la economía argentina, y que eso sea una coordinación más política. Tal vez, debería estar en la órbita del Consejo Económico y Social, pero con una institucionalidad más clara, más aceitada, con más volumen político y de hechos políticos concretos. Así que eso no es una cuestión menor. Por ejemplo, vamos a ponerlo en concreto, hay que empezar a pensar cuál va a ser la dinámica de precios y salarios de 2022 y quién le va a ir a hablar a la UIA, a las diferentes cámaras pymes para que tengan una coordinación a la baja de la formación de sus precios, bajo la confianza de que la economía va a crecer, van a vender más y que a pesar a que no aumenten tanto los precios, aun así, van a ganar más. Y a los y las trabajadores, que confíen en que, si se coordina con esa disposición de evolución de precios, tampoco va haber una gran inflación. Trabajar esa agenda, coordinar a la multiplicidad de actores de la economía, es complejo. No se hace con un tweet ni con una ley de presupuesto, hay que trabajarlo políticamente. Eso me parece que falló un poquito en el 2021, donde esa coordinación se resolvió de manera totalmente perniciosa. Donde al final vamos a terminar el año con una inflación de un 44, 45, 46%, pero se rompió también la baja de inflación que se había perfeccionado en el 2020. Yo lo vincularía por ese lado, lo que me señala sobre ese rol que tal vez faltaría para un ministro de Economía, más de la micro, que es algo que seguramente por el perfil de Guzmán y al hecho que estuvo muy abocado, a un desafió que es enorme, que es el de la resolución de la deuda y que el desarrollo productivo tiene su centro de políticas en lo productivo, justamente, por ahí está faltando ese rol, de hablar más políticamente con los distintos actores de la economía argentina.
APU: Decía recién que la inflación y los precios son muy difíciles de combatir. En la carta que Cristina hace extensible al presidente esta semana dice “que tres o cuatro no se queden con toda la ganancia del país”. Hay una fuerte demanda de la vicepresidente a tratar de desarmar todo el componente monopólico ¿Cómo se hace eso, es posible, es durísimo? ¿Cómo se combate eso?
SC: Esto está un poco ligado a lo anterior porque la verdad es que el crecimiento de este año, recuperación seguramente por el desplome del año pasado, pero el repunte fue significativo. Ahora ese repunte no se está distribuyendo de manera uniforme. Tuvimos un crecimiento del 8%, que este año vamos a tener, y los salarios a fin de año en promedio van a terminar creciendo entre 2 2,5, si se es muy optimista 3% real, en año calendario ni siquiera año paritario. Con lo cual, la mayor porción de la torta se la llevó la otra pata de la producción, que son los empresarios. Entender que para eso hay que coordinar expectativas, es fundamental. Porque si se piensa que la puja distributiva, ya sea en un momento de crisis o en un momento de crecimiento, se resuelve sola de manera virtuosa es una mirada un poco inocente.
APU: El famoso derrame…
SC: Derrame o algo muy voluntarista de decir, la inflación va a ser tanto y después pasan tres meses y no nos volvemos a juntar y no te comí la cabeza preguntando “¿por qué aumentaste acá 10%, si al aumento de tu costo fue del 8%? Te querés llevar 2% de margen en tres meses”. Esa coordinación que es eminentemente política, es relevante. Un mensaje optimista que voy a dejar es que, dentro de todo, esa discusión en el 2018, 2019 y 2020 se dió en un contexto de crecimiento de la economía de una torta más chica. Entonces obviamente ahí discutir quién se come una torta más chiquita, siempre es un poquito más peliagudo, que hacerlo con un contexto de crecimiento. Con lo cual, ahí uno guarda una luz de esperanza de que no solamente este año, ya las paritarias están bastante jugadas, soy optimista que va a crecer el salario año calendario entre dos o tres puntos. Pero sobre todo en el 2022, ya con un segundo año de continuidad en el crecimiento económico tal vez contribuya para que las partes sean un poco más generosas. Pero de nuevo, para mí es esencial que haya un poquito más de solidez, de persistencia, en la coordinación política de los principales actores de la economía. Que haya una mesa donde estén sentados todos, pero que se reúnan una vez por semana, no una vez cada cuatro meses.