Pablo Manzanelli: “De los 45 mil millones de USD del superávit, 25 mil millones fueron para cancelar deuda privada”

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Pablo Manzanelli: “De los 45 mil millones de USD del superávit, 25 mil millones fueron para cancelar deuda privada”

01 Agosto 2023

Pablo Manzanelli, investigador de CIFRA (Centro de investigación de CTA) y FLACSO, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre el documento Una aproximación al endeudamiento externo de las grandes empresas, del cual es autor junto a Eduardo Basualdo y Leandro Bona.

Agencia Paco Urondo: ¿Por qué si Argentina tuvo un superávit comercial muy amplio los primeros tres años del gobierno de Alberto Fernández, mantuvo el problema de las restricciones externas que arrastraba el gobierno anterior? ¿Esos dólares fueron utilizados por las empresas para saldar sus deudas?

Pablo Manzanelli: Primero, comentar que es una investigación del área de Economía y Tecnología de la FLACSO, donde venimos trabajando el tema de la deuda, hace ya muchas décadas. Eduardo Basualdo, es uno de los exponentes, en ese sentido. Hemos publicado un libro que se llama Endeudar y fugar que sirve de contexto para ubicar este problema que, en definitiva, no es otra cosa que la crisis de la deuda que se generó durante el gobierno de Macri. Recordemos que la economía argentina tuvo diversas crisis de deuda: en la dictadura, en los años 80, en la que explotó con la gran crisis de fin de siglo, pero había tenido un intento de desendeudarse, de hacer que la variable vinculada a la deuda se integre al proceso de la economía real y no en la especulación financiera. Durante el gobierno de Macri hubo una vuelta a ese ciclo de valorización financiera y, en ese marco, un aspecto que es relevante, tiene que ver con cómo esa crisis de deuda generó la vuelta a una situación de insolvencia en la economía.

Esto tiene dos patas, una es que la deuda pública tuvo un ciclo de valorización financiera muy centrado en las emisiones de deuda del sector público del Estado y, en menor medida, del sector privado, que no fueron irrelevantes. Toda esa crisis de deuda que tuvo una parte de su resolución en esas devaluaciones tan fuertes que generaron el aumento de la pobreza, la caída de salario, etcétera, no se resolvió con el gobierno del Frente de Todos. Había una parte de esa crisis que había reestructurar, investigar esa deuda y buscar que esos vencimientos que aprietan los zapatos de la economía cuando faltan dólares, no lo hagan en forma tan pronta y con niveles tan fuertes como los que había cuando Macri dejó su gobierno.

El Frente de Todos encaró dos vías. Una fue la reestructuración de la deuda pública, que me animo a decir a esta altura de la circunstancias, fue un fracaso. Fue una quita light frente a una crisis muy importante. Para ponerlo en números, en la década del 20 tuvimos un 12% de quita de los vencimientos de capital e interés de la deuda. Meto todo, Fondo Monetario (que no tuvo quita), los acreedores privados con ley extranjera, con ley nacional, todo el paquete de la deuda. Se puede comparar históricamente con el canje de 2005, la experiencia de Néstor Kirchner, que tuvo una quita nominal (en ese momento) del 60% de la deuda, además de un perfil de vencimiento a largo plazo, reduciendo el peso de los organismos internacionales de crédito como FMI.

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Las empresas más endeudadas
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En el plano de la deuda privada, Néstor les daba un montón para que cancelen los intereses y el capital de la deuda, que era un monto cercano a los 2.000 millones de dólares frente a una deuda que era más grande que la recibida por el Frente de Todos en términos de la deuda financiera privada quien, en cambio, le dio un promedio de 8.000 millones de dólares por año, un nivel mucho más importante y con un stock de deudas similar e incluso inferior al de la experiencia anterior. De los 45.000 millones de dólares al Banco Central del excedente comercial por el superávit de exportación e importaciones en los primeros tres años de gobierno, se fueron 25.000 millones para cancelar deuda privada.

En este informe nos preguntamos quiénes son esas empresas a las que le dieron esos dólares tan importantes para la economía argentina, porque hoy estamos en una situación de escasez de reserva. Estamos pidiendo limosna al Fondo Monetario y a otros acreedores, en ese hilo tan delgado que nos lleva a estas elecciones sin demasiada perspectiva por esa situación de crisis de reserva, que limita las posibilidades de aumentar salario, de incrementar el gasto público, que nos permita potenciar el crecimiento de la economía argentina que se dio en el 21 y el 22.

APU: Matías Kulfas ponía como atenuante el que las empresas más endeudadas lo habían hecho para realizar inversiones, y un ejemplo es YPF con Vaca Muerta, que tiene el 27% de la deuda ¿Qué pensás sobre este argumento?

P.M.: A ver, en general las empresas endeudadas son de carácter productivo. Esta interpretación de que fue una política concesiva en términos de dar dólares baratos a las grandes empresas no plantea que no se tenían que endeudar. Ante escenarios como el de Vaca Muerta, de apertura de campos de inversión muy fuertes, que requieren capitales que no pueden financiar con recursos corrientes, tienen que acceder al mercado financiero por acá. No estamos cuestionando que se hayan endeudado, sino qué grandes empresas lo hicieron, porque las que tomaron ese crédito forman parte, por ejemplo, del listado de los 100 fugadores más grandes en la etapa de Macri que difundió Horacio Verbitsky, tienen una larga tradición de formación de activos en el exterior. Uno se anima a pensar que tienen dólares para pagar sus deudas, en el caso que no las puedan refinanciar.

Con una situación normal de la economía, uno accedería a dar los las divisas necesarias para la cancelación de crédito, pero en un escenario tan extremo, que hallamos privilegiado eso por sobre una política mucho más restrictiva que permita contener reservas para recuperar un salario que quedó por el piso, después de la era Macri… En un contexto donde la recomposición de las ganancias fue muy fuerte y la participación del salario se cayó al piso. Lo que cuestiono es la administración de las reservas: al conjunto de la sociedad que está inmersa en un 40% de la pobreza, cuyo salario real cayó 20% después del gobierno de Macri, le piden que se restrinja aún más y no a las grandes empresas que en esa etapa tuvieron ganancias importantes de valorización financiera, fugaron capitales y, en la actualidad, tienen tasa de retorno importantes.

Hay una simetría y una política que no puedo llamar abiertamente contraria hacia los sectores populares, pero por lo menos es bastante concesiva al gran capital concentrado interno. Esa es mi hipótesis. En el informe mostramos cuáles son esas empresas y se ve, claramente, que el 60% de los dólares que se dieron para cancelar capital e intereses no fue a YPF, fue a los grandes grupos económicos locales. Sector que, además, representa a una parte del Frente de Todos, ese espacio que nucleó al Poder Ejecutivo (durante los primeros años de gobierno Alberto Fernández) a la cabeza y también Sergio Massa que, a partir de esta representación, hacen políticas concesivas. Brito, Clarín, Eurnequián, Galicia. Mindlin, Arcor, Techint, Aluar, Brida, ninguno hubiera quebrado si uno hubiese sido más duro en materia de administración cambiaria. Son empresas que pueden tomar importaciones al tipo de cambio oficial. Guzmán lo planteó abiertamente en una entrevista con O´Donnell que se definió capitalizar a las empresas y darle los dólares para que cancelen sus deudas a costa de la reserva del Banco Central. Es una política dirigida, no ocurrió por omisión, sino más por acción.

“No estamos cuestionando que se hayan endeudado, sino qué grandes empresas lo hicieron”.

APU: Hablando con alguien del Banco Central, se preguntaba qué hubiera pasado si mandábamos a las empresas al blue, tal vez hubiésemos tenido mucha presión sobre ese dólar y una brecha mayor.

P.M.: Cuando nosotros presentamos esto en el centro de investigación de CIFRA, ya tempranamente en el 2021, uno podía plantear esas discusiones. Ahora ya tenemos el diario el lunes y el blue está en 550, lo que determinó el fracaso de la reestructuración de la deuda pública y darle 25.000 millones de dólares a las empresas para que cancele sus deudas está a la vista. En julio del año pasado, cuando se fue Guzmán, era evidente que la economía argentina no tenía de dónde agarrarse, por eso el kirchnerismo acepta y apoya a un ministro de Economía (que además va a ser candidato) para intentar sostener esa situación y que no se caiga en una crisis que desestabilice el gobierno. Esto ya ocurrió, esa política acorraló al sector nacional y popular del gobierno y lo puso en una situación defensiva, lo acorraló hasta nuestros días.

APU: En el en el informe que ustedes realizaron muestran que es relativamente baja la participación de las empresas extranjeras en la toma de deuda y, la gran mayoría, pareciera ser estar vinculada Vaca Muerta.

P.M.: Estas son emisiones de obligaciones negociables. Es el 40% de la deuda financiera que pueden emitir las empresas. Probablemente, tenga un sesgo hacia los grupos locales y, en menor medida, a las empresas extranjeras que, muchas veces, se financian con créditos intracorporativos, generan deuda con la distribución de dividendos sin paga, por nombrar algunos instrumentos financieros. Pudimos armar esta muestra a partir de ver todas las emisiones de obligaciones negociables que se colocaron y se registraron en la Comisión Nacional de Valores. La otra deuda, uno tendría que tener el registro del Banco Central que, por una cuestión de secreto estadístico, no se publica. Ahora, en las obligaciones hay claramente un predominio de grupos locales de grandes empresas. Estamos hablando de 20 grupos que toman la mayor parte de esta deuda. Después, hay una participación minoritaria de 7% de empresas extranjeras y conglomerados. Es cierto que hay un sesgo hacia lo energético, porque ese espacio de acumulación que abre Vaca Muerta, principalmente, hace que buena parte de los recursos estén orientados hacia ahí. Los grupos locales armaron, casi todos, una empresa de energía en los últimos tiempos, un sesgo sectorial que lo da un espacio de inversión muy relevante como lo es la producción de hidrocarburos.

APU: La empresa con mayor deuda en el período que estudiaron es YPF, pero hay una empresa, que tiene una deuda muy importante que es el grupo Elsztain, formado por IRSA, CRESUD, Banco Hipotecario ¿Por qué tiene una deuda tan grande?

P.M.: La tomó a partir de empresas que no están ligadas a la producción de hidrocarburos, desconozco si tienen por otro lado. Tomó deuda por 1100 millones de dólares en la etapa del gobierno de Macri y 760 millones en la del Frente de Todos.

No hay una hipótesis particular de qué haya hecho con esos créditos. Son créditos relevantes y hay bastante del costado financiero. Es una conjetura. Ese crédito tan grande durante el gobierno de Macri, donde se reunió el mercado financiero en los movimientos de capitales, probablemente se hayan integrado al circuito de valorización financiera, aprovechando las tasas de interés que daban los títulos públicos y lo hayan, después, fugado al exterior. Son hipótesis, uno debería corroborar en otras investigaciones.

“Hay que negociar con las empresas duro porque si no, el hilo delgado que tenemos hasta las elecciones cada vez se va a volver más delgado”.

APU: Con la llegada de Massa ¿Hubo un acuerdo con algunas empresas para que sí pagarán deudas con plata que ellos tenían afuera?

P.M.: Vamos a ordenar qué hizo, hasta ahora, en sus distintas etapas, el gobierno. En primer lugar, ya en septiembre de 2020, tras una minicorrida saliendo del más estricto confinamiento, hubo una normativa que parecía bastante exigente. Obligaba a las empresas a que refinancien el 60% de sus deudas con nuevos créditos. Por otro lado, prohibía que accedan al dólar oficial para pagarle a su propia casa matriz, que está en el exterior. Un escándalo para el primer año de gobierno, pero la normativa lo corrige en septiembre de de 2020. Cuando uno ve cuáles fueron los efectos reales de esa medida, apenas redujeron de 9.000 millones de dólares que se le dio en 2020 a 7.500 millones de dólares en 2021 y otros tantos en 2022. Uno ahí sospecha que esa refinanciación no se pudo hacer en los términos que se habían planteado porque los resultados no fueron de esa magnitud.

Eso continúa vigente. Apareció, en algunos medios, que Massa se reunió con YPF para que refinancie. Uno ve que emitió mucha deuda, tenía muchos vencimientos, pero también, tomó bastante deuda durante el gobierno del Frente de Todos y, probablemente, lo haya hecho para refinanciar. Hay que ver, en los hechos, qué hicieron pasar por el mercado único libre de cambios y qué no. Uno puede tomar deuda y después puede decirle al Banco Central “dejá, no me des los dólares para pagar lo que yo tenía que pagar, lo pago con estos dólares que recibo”. Ahora, hay empresas que pueden haber tomado deuda y, además, haber pedido dólares al valor oficial. No es algo que necesariamente es así, pero diversas empresas lo hicieron. Durante la etapa de Massa se sigue dando el mismo promedio de dólares que se daban los años anteriores, es algo que no se modificó en el segundo semestre del año pasado y no se modificó los primeros cinco meses este año

Ya que estamos rascando del fondo de la lata, veamos dónde podemos ser un poco más duros para bajar esa presión de dólares que tiene la economía argentina. Massa plantea cosas me parecen válidas. Dice “hay que sacarse al Fondo Monetario Internacional”, me parece un planteo interesante y hay ponerlo en el eje de la discusión, más aún cuando Patricia Bullrich nos regala una reivindicación del 2001, con lo de blindaje. También hay que plantear, así como controlar las importaciones, etcétera, este tema. Hay que frenar el chorro, negociar con las empresas duro porque si no, el hilo delgado que tenemos hasta las elecciones cada vez se va a volver más delgado.