El protocolo Mutazion: un proyecto transmedia irreverente en la era digital

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El protocolo Mutazion: un proyecto transmedia irreverente en la era digital

01 Septiembre 2025

A principios de diciembre del año pasado se estrenó El protocolo Mutazion, película de Marcelo Leguiza, en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre (BARS). Tras más de 25 años de trayectoria, el director sigue expandiendo los límites del cine de género, construyendo una experiencia interactiva, inmersiva y transmedia, prácticamente singular en nuestro país. La noche del 5 de septiembre habrá una única función de la obra en el Cine Gaumont. 

A lo largo de poco más de una hora, el film sigue a Maxi (Ariel Sotomayor), programador técnico de una empresa, que no mantiene un buen vínculo con sus compañeros de trabajo. A su vez, uno puede notar que está deprimido por el fin de una relación amorosa. Maxi es además un youtuber ferviente y adepto a diversas teorías conspirativas, sobre las que pretende alertar al resto de la población, con poco éxito, en sus transmisiones. 

En particular, cree que los reptiloides, una supuesta raza antigua extraterrestre, están entre nosotros y avanzan sobre esferas de poder. Para peor, piensa incluso que su nueva vecina (Rosario Moreno) es una de ellos. ¿Qué ocurriría si la pesadilla de nuestro protagonista es, en verdad, una realidad? Su paranoia lo lleva a ser vigilado por dos policías, Diamante (Lucio Greco) y Gerace (Laura Esteban), mientras la desesperación va en aumento y la invasión parece inminente. Sotomayor, que va del histrionismo al intimismo, construye un papel convincente en todo momento, a la altura de ser el centro de la escena. 

La historia se va desarrollando en un ritmo acelerado, con una narrativa casi circular que mezcla la comedia y el thriller con la ciencia ficción como trasfondo. Con un humor bastante ingenioso la trama, sin perder coherencia, nos lleva por un recorrido delirante y absurdo. A modo de caricatura de algunas obsesiones contemporáneas, podría decirse, explora la influencia de las redes sociales en ciertas psicosis colectivas. Los tipos de planos, la banda sonora y los efectos visuales contribuyen no sólo al tiempo frenético de la producción sino también al borramiento de las fronteras entre la paranoia y lo real de la narración.

Leguiza ha estado a cargo de más de ochenta títulos, entre largometrajes, cortos y videoclips, incluyendo Sonríe 360°, primera miniserie web inmersiva y multiplataforma de realidad virtual en América Latina, llevada a cabo con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Uno de sus últimos estrenos había sido Cielo rojo, que comparte, en algún punto, con la película actual ese desvanecimiento de barreras entre lo real y lo imaginario, además de ser parte de una triada. El protocolo Mutazion forma parte, junto KV62 (Tiempo come tiempo) y Reencarna (Perros, karma y balas), de una trilogía antológica que explora la omnipresencia del poder corporativo. A su vez, fue rodada en siete jornadas, lo que refuerza el pulso vertiginoso característico de sus producciones. 

El protocolo Mutazion, además, trasciende la pantalla: es un proyecto transmedia vinculado a un videojuego desarrollado por el propio Leguiza que abre nuevas posibilidades de interacción con la audiencia. Tal como ya había realizado tras su estreno en el BARS el año pasado, luego de la función en el Gaumont también habrá novedades reveladas, lo que promete ser un hito en la convergencia entre cine de género y cultura gamer. Otra prueba más de las cualidades de la productora para construir universos fuera del mainstream sin temor a los límites. Una experiencia caótica y reflexiva sobre la era digital. En diálogo con AGENCIA PACO URONDO, Marcelo Leguiza profundizó la descripción del proyecto y comentó otros trabajos a futuro.

Agencia Paco Urondo ¿Cómo surge la idea de la película y, sobre todo, de que sea transmedia?

Marcelo Leguiza: La idea nació en plena pandemia, en un contexto donde la conspiranoia estaba en todos lados y lo opresivo se sentía en el aire. En su momento, ya había experimentado combinando formatos. Con Mutazion edité una película junto a un cómic, y realicé Sonríe 360°, una serie web en formato VR con apoyo del INCAA, que era un spin off de una secuela slasher de cine snuff. 

Con El Protocolo Mutazion vi la chance de expandirme al videojuego, un canal que permite construir mundos, manejar tiempos y generar experiencias interactivas. No es un “extra” de la película: es otro canal que completa la experiencia. Luego de la función en Gaumont, desde el Instagram de Mutazion van a poder acceder al link del juego; si lo ganan, podrán ver la película. Todo de forma gratuita.
 
APU: ¿Qué análisis hace del proceso de realización en su conjunto?

ML: Fue un proceso intenso y muy personal. La película se rodó en siete jornadas, que fueron muy accidentadas, e incluso una escena tuvo que regrabarse un año después por problemas técnicos. Después de diez películas y 27 años haciendo cine vas encontrando la forma de sortear los problemas y generar una dinámica narrativa y de rodaje que permita completar un proyecto en tan corto tiempo. Al ser independiente, todo el peso de la postproducción cayó sobre mí: desde la edición hasta la animación de detalles mínimos. En paralelo, me dediqué al desarrollo del videojuego, que también llevé adelante en soledad.

En el medio hubo otros proyectos, incluso una película en la que me estafaron, pero sigo porque esto es lo que me define. Fue un camino de aprendizaje y resiliencia constante. Al final, lo que me mueve es animarme a probar formatos nuevos y sorprender, encontrando un modo propio de hacerlo.
 
APU: ¿Cómo vienen los otros proyectos a futuro?

ML: Estoy preparando un proyecto junto a Mutazion, el lugar donde filmo cine de género desde hace 27 años, y vamos a filmarlo en noviembre. Se llama Mataremos a nuestros demonios hoy y propone un terror psicológico intenso, donde los demonios son tanto internos como externos. Además, en el INCAA tengo algunos proyectos aprobados, aunque todos sabemos la situación que atraviesa actualmente el cine, incluso proyectos más industriales.

En cuanto al videojuego, estoy por estrenar otro título: Escape de la estación Haedo, un retro game cortito donde un personaje despierta en una dimensión paralela terrorífica y debe descubrir qué sucede para poder escapar. Es un proyecto más compacto, pero sigue buscando generar experiencias que sorprendan y conecten con el público de manera distinta.

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