The Undoing: ¿de qué somos capaces cuando nos sentimos bajo amenaza?

Por Manuela Bares Peralta

La última semana de noviembre la miniserie de HBO The Undoing llegó a su fin. La tira encarna una duda, una oscilación de seis capítulos, capaz de dinamitar la vida de sus protagonistas. También es una radiografía sobre las miserias e hipocresías de una clase social privilegiada y sobre lo que no vemos, pero está ahí.

No es la primera vez que David E. Kelley pone el peso narrativo sobre una mujer y que esa mujer es Nicole Kidman. Tampoco es la primera vez que pone en marcha una crítica en voz alta a la doble moral de las clases altas. The Undoing es una apuesta sobre experiencias ya logradas y, al igual que lo hizo con Big Little Lies, Kelley hace de esta apuesta de HBO una imagen idílica de una pequeña comunidad que comienza a descascararse.

Nicole Kidman y Hugh Grant logran condensar en sí mismos el espíritu de la serie: la empatía, el rechazo y los matices. Y es que The Undoing es una gran ambivalencia, donde no hay buenos y malos; por lo menos, no hasta el final.

Grace Sachs (Nicole Kidman) es una psicóloga exitosa que vive junto a su marido Jonathan (Hugh Grant), un reconocido oncólogo pediátrico, y su hijo Henry (Noah Jupe) en Manhattan. La vida social familiar se escenifica en Reardon School, el corazón de la élite estadounidense, donde el joven asiste a clases. Una institución que es un reflejo del status quo al que pertenece la familia y que se verá amenazada por la presencia de Elena Alves (Matilda De Angelis), una madre joven e inmigrante que consiguió una beca para su hijo en la misma escuela que los Fraser.

La presencia de Elena nos incomoda tanto a nosotros, como espectadores, como a la misma Grace; una presencia que desentona con la escenificación de la serie y cuyo asesinato será el puntapié de su trama narrativa.

Pero ésta no es una historia sobre un asesinato; esa es sólo la excusa para conocer las debilidades y fortalezas de las que somos capaces cuando nos sentimos bajo amenaza.