"Al escuchar otras historias de mujeres, me di cuenta de que no estaba sola"
Por Enrique de la Calle
APU: ¿Cuándo se anotó en el programa "Ellas hacen"?
Romina Franco: Me anoté en "Ellas Hacen" en 2013, en la primera etapa del programa. Vivía en Monte Grande y me enteré del programa a partir de un cartel pegado en la calle. Me interesó que permitía terminar los estudios. Me anoté para terminar el secundario. Cuando arranqué con el programa tenía tres hijos, muy chicos (ahora tengo 4). Después, una vez en el programa, me sirvió para muchas otras cosas.
APU: ¿Cuáles son esas otras cosas que le sirvieron del programa?
RF: En primer lugar, me atrapó mucho poder terminar el secundario. Pero no fue solo eso: hice cursos con psicólogas, eso me abrió mucho la mente, me permitió saber que podía ser más de lo que era, que la vida no se reducía a quedarme en mi casa y limpiar. Me permitió conocerme mejor a mi misma y hacerme sentir capaz de poder hacer otras cosas, como terminar mis estudios o trabajar. Ahora estoy pagando el alquiler de mi casa, cuando antes lloraba porque no sabía dónde iba a vivir.
APU: Uno de los pilares del programa tiene que ver con buscar romper el aislamiento en el que están muchas mujeres que viven en situaciones de vulnerabilidad. ¿Cómo fue esa experiencia para usted?
RF: Esa es la mejor parte del programa, participar de reuniones junto a otras mujeres. Una está tan aislada, que cree que está sola en las cosas que le pasan. Al escuchar otras historias, te das cuenta que no estás sola. Muchas veces escuchás tu misma historia en la boca de otra mujer. Entonces, pasa que terminás alentando y ayudando a una mujer que tiene el mismo problema que vos tenías, y que en su momento pensabas que se te terminaba el mundo. Se termina armando un gran lazo entre todas, sabiendo que podemos salir adelante entre todas nosotras, sin un varón al lado, o capaz sí, pero sabiendo que nosotras podemos salir si estamos juntas. Eso fue lo mejor del programa, sin dudas. Darnos la seguridad de decir 'podemos'.
APU: Supongo que ese proceso debe ser muy duro.
RF: No es fácil, pasás de la risa al llanto, y del llanto a la risa. Es muy intenso. A veces tenés ganas de no ir más, pero siempre volvés. Tenés que enfrentarte a temas difíciles que pasaste. Pero siempre volvés porque se da mucha unión con la otra persona, se forman lazos muy impresionantes, de mucha solidaridad. Sin dudas es lo que más rescato del programa.
APU: ¿Ahora está terminando el secundario?
RF: Estoy en FINES, terminando el secundario, me queda el último cuatrimestre. Es lo mejor poder terminar el secundario, así por tener otros proyectos, como tener un trabajo mejor o seguir estudiando una carrera universitaria.
APU: ¿Cómo hace para estudiar, trabajar y cuidar a sus hijos? Hablaba con una académica que investigó el programa "Ellas Hacen" y me decía que ahí había un problema, que se debieron pensar estrategias para los chicos.
RF: Con los chicos me tengo que organizar muy bien. Ellos me ayudan mucha. La más grande, de 16 años, me da una gran mano. Ella va a la mañana a la escuela y cuando llega al mediodía, se queda al cuidado de sus hermanos así yo puedo ir a estudiar. Nos tuvimos que organizar entre todos. Eso nos dio un gran apoyo familiar, entendimos que entre todos teníamos que ayudarnos y apoyarnos. En ese sentido, también fue una gran esperiencia el programa.