AMMAR: "La única salida es colectiva, sindical y política"
Por Nadia Mayorquín y Maricruz Gareca
En la jornada de ayer, los y las integrantes de AMMAR, nucleados dentro de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) desde hace más de 25 años, organizaron una conferencia de prensa en la sede de San Telmo con el fin de exponer ante la prensa y el público en general los principales reclamos que los y las trabajadores sexuales vienen sosteniendo desde ya hace un tiempo. Entre otros, estos son la: derogación de los códigos contravencionales vigentes en 17 provincias, la reforma de la Ley de Trata de criminaliza a les trabajadores sexuales por el solo hecho de querer organizarse y también la responsabilidad de los medios de comunicación a la hora de abordar el tema del trabajo sexual. También expusieron la necesidad de despenalizar el trabajo sexual y la posibilidad de acceder a derechos laborales (vivienda, salud, jubilación, etc.). Por último, expresaron su solidaridad con la cantante Jimena Barón y pidieron que “nunca más se hostigue a quien quiera levantar la bandera de los derechos a decidir sobre nuestros propios cuerpos”, tal como lo expresan en su comunicado oficial.
Con la presencia de Alejandro Mamaní (abogado de AMMAR) y María Rachid (Secretaria General en Federación Argentina LGBT (FALGBT), y rodeada de sus compañeros y compañeras, Georgina Orellano, secretaria general de AMMAR, expresó su preocupación sobre la equiparación de una actividad ilícita con el trabajo sexual, como también por el constante hostigamiento no solo hacia Jimena Barón sino también para con las trabajadoras sexuales, alertando sobre la violencia y los discursos de odio que se ha desatado en este contexto. En relación a esto, manifestó que su objetivo es realizar el reclamo en el INADI, entendiendo que el Estado es el interlocutor central y quien debe cumplir la exigencia de políticas públicas para las trabajadoras sexuales, alternativas laborales para aquellas personas que quieran otra opción del trabajo sexual.
Orellano hizo referencia al estigma y la criminalización al que son sometidxs lxs trabajadores sexuales: “El estigma que han generado, criminalizando hacía la única herramienta como trabajadoras y trabajadores supimos construir, nos preocupa porque creemos y estamos convencidas que la única herramienta y la salida es colectiva, sindical y política. Nosotras vamos a exigirle al congreso nacional la despenalización del trabajo sexual y vamos a discutir con el Estado que se haga responsable y deje de mirar para otro lado”.
También exigió la derogación de los códigos contravenciones vigentes en 17 provincias donde hostigan a nuestras compañeras, como la reforma de la Ley de Trata “que criminaliza a un montón de nuestras compañeras por el solo hecho de organizarse”. Además se refirió a la necesidad de mayor responsabilidad por parte de los medios de comunicación, por lo que expresó: “Lo que queremos exigir es que se tenga una responsabilidad política periodística a la hora del abordaje que han hecho porque eso en una o dos semanas no se va hablar más en los medios de comunicación pero la vida nuestra no ha cambiado, no han mejorado las condiciones laborales y no le han cambiado la vida a nadie. Nosotras vamos a seguir trabajando en la clandestinidad, sin reconocimiento a ningún derecho, sin tener obra social, expuestas a violencia policial ahora violencia simbólica”.
Alejandro Mamani, por su parte, expuso sobre el trabajo que desde AMMAR vienen realizando respecto a la modificación de Ley de Trata, respecto a lo cual expresó: “A nivel legal las trabajadoras y los trabajadores sexuales son las únicas personas a las que el derecho, ya sea civil o penal, les exige una autonomía absoluta, donde las legislaciones han prohibido desde la publicidad con papeles en la calle que es una de las formas de publicitarse hasta inclusive las formas de asociarse, cosa que no se pidió a ningún otro trabajador. Desde aquí venimos “paleando” y trabajando esas situaciones particulares de les trabajadorxs sexuales en diferentes ámbitos, ya sea en la calle, en ámbitos privados, departamentos, internet y demás. Donde diariamente son perseguidas por el Estado policial e inclusive por la administración pública, son clausuradas, sus objetos son incautados y no les son devueltos”.
Respecto a la cuestión de la despenalización, Mamaní hizo mención a que “en 2017 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha tenido una audiencia respecto a los Derechos Humanos de las trabajadoras sexuales, inclusive una de las comisionadas y anterior Jueza de la CIDH ha avalado y solicitado a los Estados latinoamericanos la despenalización del trabajo sexual. Por su parte Amnistía Internacional ha realizado un informe que se llama Lo que hago no es un delito también hablando sobre el reconocimiento de los Derechos Humanos de las trabajadoras sexuales solicitando la despenalización y la no criminalización del mismo”.
Por último, María Rachid relató sobre el trabajo sostenido que vienen sosteniendo con AMMAR respecto al reconocimiento a las trabajadoras sexuales, haciendo hincapié sobre la lucha contra la violencia institucional que sufren principalmente las personas trans que ejercen el trabajo sexual.
Asimismo, Rachid puntualizó sobre algunos de los logros conseguido, como por ejemplo un amparo junto con AMMAR y la Federación Argentina LGBT a propósito de las clausuras, “porque una de las formas de perseguirlas es clausurar el lugar donde desarrollan su actividad, que a veces son sus propios domicilios y va el Estado ingresa en sus domicilios y les clausura el domicilio de manera arbitraria e ilegal aduciendo que en el lugar se desarrolla una actividad de trata o explotación sexual que en la mayoría de los casos no es la situación”.
Finalmente, Rachid se expresó respecto al peligro de mezclar el trabajo sexual con la trata y con la explotación laboral. En este sentido, agregó: “La explotación laboral no solo se da en el trabajo sexual sino también en el trabajo textil, se da en relación a los peones rurales, muchas veces también en casa particulares, entonces, no es la única actividad que está en una situación especial de vulneración y explotación. Creo que la respuesta ante la vulneración de derechos y la explotación que hay de determinadas actividades en esta sociedad capitalista es mayor presencia del Estado y más reconocimiento de derechos. No vamos a abolir el trabajo textil, el trabajo del peón rural, no vamos a abolir el trabajo de las mujeres y personas que trabajan en casas particulares porque hay una situación de extrema explotación”.