Colegio Nacional Buenos Aires: "La denuncia pública sirvió para destapar una olla"
Por Enrique de la Calle
APU: ¿Cuál es su opinión sobre la denuncia que hicieron egresadas del Colegio? ¿Estaba al tanto de la denuncia?
Juana Garay: No estuve en el momento pero sabía lo que iba a pasar, porque antes hubo otra entrega de diplomas y otras egresadas leyeron un discurso donde también se habló de violencia institucional. La diferencia, tal vez, fue que no se mencionó a personas, pero sí se describieron situaciones y la complicidad de autoridades del Colegio. Creo que quedó en evidencia que hay un desfasaje entre las autoridades del Colegio y lo que pasa en el Colegio todos los días. Hay un vacío institucional en torno a ciertos temas, como educación sexual o hablar de situaciones de acoso o abuso. Los adultos no pueden hablar de estos temas. No están pudiendo escuchar a los alumnos y las alumnas, lo que tenemos para decir, lo que nos pasa y lo que queremos que cambie en el Colegio.
APU: Es interesante lo que señala. Fue muy difundido el video de un grupo de egresadas pero no fue el único caso. Se dieron situaciones similares en diferentes turnos. ¿Cómo vio la respuesta institucional del Colegio luego de esas intervenciones públicas?
JG: Siguen en la misma línea. Les estamos diciendo desde hace mucho tiempo que hay que cambiar muchas cosas de base en el Colegio, en las relaciones entre docentes y estudiantes, etc. Y ante tremenda denuncia la única respuesta que hay es que no se hizo ninguna denuncia formal. ¿De qué estamos hablando? No se dan cuenta que esa negación es lo que llevó a esta situación. Pasó lo que pasó porque el vaso se llenó y rebalsó. Son situaciones muy conocidas desde hace mucho tiempo, que se fueron naturalizando. Lo que hizo esa entrega de diploma fue destapar la olla, el clima estaba bastante espeso en el Colegio hace mucho tiempo. Hay mucho malestar en los estudiantes.
APU: ¿Ninguna autoridad se comunicó con el centro de estudiantes?
JG: No. El colegio dice que debe aplicarse el protocolo de género de la UBA. Pero qué pasa: el protocolo de género de la UBA no se puede aplicar para el colegio, porque en este caso se trata de mayores y menores de edad. De nuevo, el Colegio tira la pelota a otro lado, no se quieren hacer cargo. Creemos que hay que redefinir las bases del colegio. No se puede hablar de excelencia académica sin hacerse cargo de estas situaciones.
APU: ¿Las personas señaladas en la denuncia siguen en el colegio?
JG: El rector Gustavo Zorzoli mandó una carta de tres párrafos donde dijo que alguna de esas personas fueron trasladadas a otras dependencias de la UBA. No queda claro nada. La única respuesta a todo lo que pasó fueron esos tres párrafos donde no se aclara nada. Se dice que fueron trasladadas esas personas mientras dure la investigación en curso.
APU: ¿Qué investigación?
JG: Una que abrió la secretaria de Derechos Humanos de la UBA, porque el Colegio no abrió ninguna investigación. Le tiró la pelota a la UBA. La única respuesta de Zorzoli es que le arruinamos la vida y que lo escrachamos. Los estudiantes no queremos eso, queremos cambiar el colegio para bien, que estas situaciones no pasen más. El mismo Colegio nos da muchas herramientas para formarnos y para cuestionar cosas, entre ellas, lo que pasa en el propio Colegio. Vemos muchos problemas estructurales. Al fin y al cabo, al Colegio lo queremos, y queremos que cambie para mejor.
APU: Una crítica que surgió tiene que ver con "por qué no lo contaron antes". Pero en la denuncia pública queda claro que justamente pasó lo contrario: las alumnas no tuvieron contención de nadie cuando quisieron hablar de estas situaciones. Y por eso llegaron a esa denuncia en la entrega de diplomas.
JG: Claro, totalmente. Si lo piensan 5 minutos, tiene todo el sentido del mundo que no hayan hablado antes. Si las personas que estaban realizando esos abusos o violencia son las personas a las que debieron acudir. Las chicas contaron que hablaron con tutoras y la respuesta fue que no podían hacer la denuncia porque el tipo es amigo del rector. Por eso me parece muy fuerte hablar de violencia institucional, porque da cuenta de una violencia que involucra de algún modo a toda la institución. Estamos hablando que profesores, tutores y preceptores involucrados. Sé la carga que tiene esa palabra y lo que significa en nuestro país hablar de violencia institucional.
APU: ¿Cómo fue el día después en el Colegio?
JG: La carta generó una incomodidad muy grande en todo el Colegio. La denuncia buscó generar esa incomodidad y lo logró. Sobre todo entre los adultos. Entre los estudiantes esta cuestión está bastante saldada.
APU: Cuando vio la denuncia, ¿se sintió identificada con las situaciones que se describen?
JG: Personalmente, no. Conozco a las personas que se nombraron en la denuncia. Personalmente, nunca me sentí incómoda con ellos. Pero sé perfectamente que hay chicas que sí se sintieron incómodas por situaciones similares a las que se describen. Cuando hablamos de acoso o de violencia, son situaciones que no pueden definirse teóricamente, depende de la percepción de cada uno. Espero que toda la indignación que la denuncia generó en los adultos ayude a que cambien las cosas de verdad en el Colegio. Había denuncias anteriores a esas personas nombradas, en algún momento se hiceron sumarios. Pero después volvieron a trabajar cuando la denunciante dejó el Colegio. Por eso, queremos cambios estructurales, de fondo.