"Es una falta de respeto que digan que el sistema funcionaba cuando tengo a mi hija muerta"
Por Melany Grunewald y Camila Alfie
Carla Soggiu es una de las tantísimas mujeres que engrosan las cifras de femicidios en Argentina. Al momento de su muerte, tenía 28 años y era madre de dos niños. Un grupo de trabajadores que realizaba tareas de limpieza en la zona del Riachuelo encontró su cuerpo el 19 de enero a las 6.30 de la mañana.
Cuatro días antes, la noche del martes 15, Carla activó dos veces el botón antipánico que le había facilitado la justicia tras haber iniciado una causa por violencia de género contra su ex pareja, Sergio Fuentes. Este dispositivo cumplía la función de alertar en caso de que él rompiera la restricción perimetral que se le había impuesto.
“Tengo agua en la cara" y "siento olor a combustible”, fueron las últimas palabras que la Central escuchó de Carla en su segunda comunicación. Al recibir este mensaje, la policía acudió a su domicilio, ubicado en Pompeya, pero no la encontraron. A partir de esa situación, la familia comenzó una búsqueda desesperada y dirigiendo las sospechas hacia su ex marido.
El 26 de diciembre, Carla fue víctima de un secuestro, una brutal paliza y una violación por parte de Fuentes. Su padre, Alfredo Soggiu, manifestó ante la prensa en enero que el estado de su hija se había deteriorado tras este hecho de violencia: “No estaba fuerte”, sostuvo. También aclaró que no sabía nadar. A un mes del femicidio de Carla, Agencia Paco Urondo habló con su padre.
APU: ¿Cuál es el estado actual del caso de Carla?
Alfredo Soggiu: Aparentemente fue cajoneada. Imagínate que ya pasó más de un mes y no tenemos ni las grabaciones, no tenemos nada. El botón anti pánico que ella estaba usando tenía que ser un puente para asistirla, pero están tratando de tapar las cosas diciendo que funcionaba bien.
APU: ¿Cómo es el mecanismo del botón anti pánico?
AS: Es un aparato, prácticamente como un celular. Tiene que tirar el lugar exacto mediante un GPS. Eso tiene una triangulación. Nos enteramos que la empresa que controla el sistema se le había vencido el contrato, entonces el servicio estaba suspendido, pero no nos enteramos en el momento. Supuestamente ahora hay una empresa nueva y ya está funcionando de nuevo pero con mi hija estaba funcionando con una triangulación inexacta. Y eso es gravísimo porque quien tiene un botón anti pánico es una víctima. Suponemos que Carla estaba muy cerca de casa, es muy raro que haya llegado a bajar tan cerca de casa y que haya vivido todo este episodio de apretar tres veces el botón, hablar con los operadores… al margen de que tuvieron una hora y media para encontrarla. Todo sistema tiene fallas, acá la falla es que no había sistema directamente. Tiene que haber alternativas.
APU: ¿Cuál es la situación actual de Sergio Fuentes?
AS: Ese hombre sigue detenido. Se elevó a juicio la primera causa por privación ilegítima de la libertad, golpes y abuso sexual con acceso carnal en varias oportunidades (ha llegado a tener 5 horas atada a mi hija). Pero luego de denunciarlo, de parte de los familiares de él hubo hostigamiento, llamados telefónicos, o se presentaban en los lugares donde ella iba. No es solamente él, es todo un entorno violento (no me explico cómo mi hija pensó que iba a poder sola con todo eso). En su declaración, Carla dice que desde el 2013 la maltrataba, se ve que era algo que iba subiendo en intensidad.
Ahora estoy aprendiendo lo que es la psiquis de una chica en estas circunstancias. La mayoría tienen miedo, no quiere hablar, sufren amenazas. Me estoy interiorizando con este tema porque necesito comprender a mi hija. ¿Por qué no pudo confiar en sus padres si nosotros estuvimos siempre para respaldarla y apoyarla? Lo que veo ahora, es que con nosotros se quiso mostrar lo más integra posible. Pero estaba viviendo un tormento. Ella quería seguir trabajando y llevar una vida normal incluso cuando este hombre fue detenido.
APU: ¿En qué falla el sistema judicial a la hora de darles información a ustedes?
AS: Por donde lo veas es un desastre. Lo no llamativo es que se pidieron los informes de los datos del botón con el artículo 104 y ni siquiera así lo entregan. Ni eso ni las cámaras. Es horrible lo que están haciendo porque yo quiero saber qué pasó con mi hija.
APU: ¿Qué otros episodios de violencia institucional afectaron a la integridad de Carla?
AS: Desde el primer momento que Carla quiso hacer la denuncia, se la tomaron. Manifestó un golpe. Por lo menos que yo tenga conocimiento, esta fue su primera denuncia. Pero nunca recibió una asistencia psicológica después de todo lo que vivió denunciándolo en diciembre. A nosotros también nos dijeron “estamos a su disposición”, pero son meras palabras. Después de la denuncia tienen que hacer un seguimiento integral y de ayuda psicológica, para contener a la víctima. No veo que hayan hecho eso. Ni en el momento en que tocó el botón se hizo presente el Estado. Sí brindaron asistencia a mi nieto que de un día para el otro se quedó sin mamá ni papá (si no ya serían bestias directamente). Pero con nosotros no hubo contención y yo también soy una víctima colateral. Porque perdí a mi hija.
APU: ¿Qué exigen ustedes como familia?
AS: Queremos que paguen todos los culpables, desde el primario que es el marido. Y también el Gobierno de la Ciudad tiene su responsabilidad como parte del Estado. Porque a ella le dieron una ilusión y le tenían que dar algo concreto. Queremos verdad y justicia. Porque pasó un mes y no se acercó ningún funcionario para hablar con nosotros. Y me parece una falta de respeto que salgan a decir que el sistema funcionaba cuando tengo a mi hija muerta.