La diversidad de la derecha: un fenómeno que crece, por Lara María Bertolini
Por Lara María Bertolini*
* Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo
En estos momentos actuales donde se redistribuye el poder dentro del sistema legislativo, vemos cómo la diversificación de las fuerzas de derecha presenta una nueva forma de resistencia frente a los movimientos partidarios nacionales y populares, de izquierda y socialistas.
Hoy el panorama de Latinoamérica y Argentina exige la necesidad de crear mecanismos para desactivar o enfrentar este crecimiento que se va arraigando en forma expansiva en las provincias e incide esta fuerza en forma de pinzamiento democrático, en contra de los mecanismos de equidad social, los cuales impactan en forma brutal en los movimientos sociales e identitarios.
El gran crecimiento de la ultraderecha en diferentes regiones de Europa en dónde se destacan los valores nacionalistas, el discurso contra la población migrante y acciones directas en contra de las minorías da cuenta de cómo también hay conexiones compartidas del gran crecimiento de grupos neonazis. En nuestro país, Mar del Plata es base de este movimiento, que la década pasada asoló la ciudad de veraneo siendo nido y ocaso de tremendo movimiento.
Como pronto sucederá en este país la derecha tendrá una coalición con la ultraderecha, dado que comparte rasgos respecto de la identidad nacional y el discurso contra las minorías sexuales, originarias, migrantes, identitarias y religiosas.
Como reflejos de un futuro certero, el grupo Vox en España junto con el PP y Ciudadanos, es un posible futuro en Argentina, ya que, en estas elecciones, la ultraderecha se transformó en la tercera fuerza en CABA, muy cercano en puntos al partido peronista y no muy lejos de Cambiemos que lidera la Capital Federal.
Sus discursos discriminatorios racistas y segregacionistas, hacen posible el refuerzo de estas acciones que van en contra de los principios de las democracias sociales, que emergen en América latina, siendo este concierto polifónico de exterminio, violencia y discriminación, una fuerza que va en contra de los derechos sociales, políticos, culturales e identitarios y de derechos humanos.
La constante acción de negacionismo de los delitos de terrorismo de Estado de la última dictadura militar, hacen posible que se vuelva a reforzar el discurso de expulsión y exclusión de los grupos sociales minoritarios, creando una nueva narrativa sustentada desde un constante olvido de los crímenes que se han cometido en nombre de la democracia, de la libertad, de la nacionalidad y de una acusación infundada de aquellos que luchaban por los derechos sociales y colectivos eran criminales.
A lo largo de este último año hemos visto asesinatos, torturas en la vía pública en España, contra miembres del colectivo lgtbiq+, mientras en Latinoamérica el asesinato de líderes y activistas de las disidencias sexo genéricas es moneda continua y es una acción corriente, alarmando estas acciones que son producto de la raigambre del odio y la necesidad de exterminio publicitada por estos nuevos lideres partidarios que reflejan en su discurso tanto odio guardado que es reflejo de una sociedad que pretende la inmutabilidad de aquello que es imposible de frenar.
Hoy en la República Argentina, a pesar de estos resultados en estas elecciones que muestran una gran resistencia electoral en contra de estos movimientos de derecha, los mismos han expandido sus tentáculos pudiendo sostenerse en la paridad y superando la equidad en el ámbito de las decisiones legislativas.
Activistas y militantes del colectivo LGTBIQ+ y de los derechos humanos, de los grupos sociales, del campo nacional y popular, nos preguntamos si es necesario seguir teniendo la necesidad de sentarse a dialogar con quién viene destruyendo palmo a palmo, centímetro a centímetro y año tras año los derechos qué en parte han sido consagrados y aquellos que todavía faltan por consagrar.
Entiendo que con este cambio en la estructura del Congreso Nacional sea posible advertir la necesidad de crear otras alianzas, absolutamente distanciados de estos espacios de ultraderecha y derecha que sostiene sus bases en la explotación capitalista.
Hoy las únicas alianzas y diálogos posibles son con aquellas agrupaciones partidarias en donde prima el derecho de les trabajadores, el derecho de las identidades sociales sexo-genéricas y del campo nacional y popular, que día a día construyen la territorialidad más allá de las equivocaciones de aquelles que nos representan en los organismos, instituciones y puestos claves en un Estado democrático.
* Activista territorial y digital- Jurista – TraVajadora del MPF – Miembra SITRAJU R. A - Escritora