Las pibas del Astillero
Fotografía y entrevista por: Soledad Allende
Astillero Río Santiago es un símbolo histórico de lucha. Representa ese anhelo de industrialización tardía que desafió la otrora división internacional del trabajo, y que sobrevivió a las reconversiones económicas neoliberales de los 70 y los 90.
Entonces Astillero representa, por un lado un proyecto de país industrial y anti neoliberal como política de estado, fiel al imaginario peronista de la segunda posguerra. Y por otro, aquel sujeto político canonizado por las tradiciones políticas populares y clasistas: el obrero industrial combativo y proveedor, varón, por supuesto.
Sucede que a pesar de la segregación sexista en el ámbito laboral, segregación llevada adelante no sólo por los empresarios que se benefician con la brecha salarial, también por los sindicatos, las mujeres no sólo se han incorporado al mercado laboral en el sector industrial y a la educación técnica en sus distintos niveles, sino que reclaman su derecho a hacer política en igualdad de condiciones.
Como todos los ámbitos en los que se desempeña la clase trabajadora, la marea verde ha ingresado y generado espacios de organización y formación, y ha planteado que la unidad no se hace negando a otres, sino tolerando e incorporando la diversidad al movimiento de trabajadores y adecuando los sistemas de representación a las transformaciones que operan en la base.
Así nace la Agrupación Juana Azurduy. Paula Gómez y Alicia Brites, dos de sus fundadoras, nos cuentan cómo fue ese proceso de organización.
Agencia Paco Urondo: ¿Por qué una agrupación feminista en Astilleros?
Paula Gómez: Principalmente se fundó por una necesidad de las compañeras porque no encontrábamos como trabajadoras un espacio en el que podamos trabajar las problemáticas e inquietudes de las compañeras o capacitarnos, formarnos, para desde ese lugar aportar a la unidad en Astillero para recuperar el sindicato.
Decidimos llamarnos Juana Azurduy por lo que representa Juana para las mujeres, y también, por lo que representa el barco Juana Azurduy para el Astillero.
APU: ¿Qué situaciones de discriminación han sufrido como mujeres y como militantes dentro del Astillero?
Alicia Brites: Me recibí de ingeniera y normalmente cuando un compañero se recibe, inmediatamente se lo cambia de carrera para que se desempeñe en otras funciones. Lo que me hicieron a mí junto con otra compañera fue ponernos en un período de prueba, cosa que nunca había existido, para ver si podíamos demostrar la capacidad que teníamos, lo cual ya lo demostramos en la carrera a lo largo de los años que estudiamos y lo demostramos trabajando todos los días a la par de nuestros compañeros. Ellos querían otro tipo de demostración, la cual no concluía en nada. Posterior a eso también hemos sufrido el hecho de que nos digan “vos no porque sos mujer”. A mí en la cara un jefe me ha dicho que yo no tenía capacidad sino voluntad siendo que la capacidad es lo que a mí me dio el título.
Paula Gómez: A mí me pasó que en mí sector éramos tres personas: un supervisor, otro compañero y yo. Mi compañero se estaba por jubilar y el supervisor tomó la decisión de cambiarse de sector. Quedé sola, se integraron otros compañeros. En lo legal quedé como la más antigua del sector y ya con la capacidad como para ser supervisora. Lo que hizo mi jefe fue traer a una persona con menos antigüedad pero mayor. Al ser hombre y tener 50 años le daba más confianza y le dio la categoría de supervisor a él y no a mí.
Cuando entré a trabajar había egresado de la escuela con 18 años y al sector entramos junto con uno de mis compañeros de la escuela. Lo que sufría en ese momento era que mi jefe me ponía a dibujar planos y a él lo llevaban a hacer trabajos sobre los motores, lo hacían armar tableros, reparar un montón de instrumentos y a mi me tenían todo el día dibujando.
Alicia Brites: Me pasó estando en la escuela que cuando hice el curso de tornería, el profesor quería que solamente barra yo. Como me negaba a barrer siempre porque la idea es que barra una semana cada uno, terminó bajándome la nota.
APU: ¿Cómo es el feminismo de ustedes?
Alicia Brites: Nuestro feminismo lo que está buscando es la igualdad en el acceso a las oportunidades laborales que tenemos, no solo las mujeres, sino otras identidades de género. Hoy estamos muy restringidas en eso. Pero esto no quiere decir que somos separatistas, no es una guerra que vamos a llevar las mujeres contra los hombres, sino que a lo que estamos apuntando es a luchar por nuestro Astillero, como demostramos el año pasado y lo seguiremos reforzando en todas las marchas que tengamos. Y a su vez también luchar por nuestros países vecinos en esta Patria Grande, como Venezuela que fue quien nos contrató a nosotros para la construcción de los barcos y el que nos da el mayor caudal de trabajo. Sabemos que están en una situación complicada y nosotros no queremos la intervención de Estados Unidos.
APU: ¿A partir de qué hechos es que deciden armar la agrupación?
Paula Gómez: Todo empieza por algo individual, un despertar que tuvimos como trabajadoras dentro del Astillero. Todo esto lo generó la marea verde con la movida por la ley del aborto. Sentimos que fue un despertar para todo el Astillero. Entonces empezamos a plantearnos qué podíamos hacer. Dos de nuestras compañeras plantearon poner el pañuelo verde en el barco Juana Azurduy. Eso en otro momento no se hubiera generado, nunca hubiéramos pensado en hacer una intervención de ese tipo. Al final se hizo el 8 de agosto, un día que hacía mucho frío, llovía. Las compañeras se quedaron arriba del barco para cuidarlo. En un momento decidieron bajar para tomar algo calentito y un grupo de personas aprovechó para romper el pañuelo. Nos encontramos después con toda una fábrica que debatía si estaba bien o no estaba bien el tema de colgar un pañuelo, si nos representaba a todos. Eso nos gustó: por primera vez en el Astillero se están cuestionando estas cosas.
Después se dio la oportunidad para viajar al Encuentro Nacional de Mujeres y nos encontramos en un micro lleno de compañeras dirigentes gremiales, delegadas que nos abrieron la cabeza. Ahí es cuando nos dimos cuenta que no hace falta ocupar un puesto de poder o político para empezar a hacer algo. Volvimos del encuentro con la idea de armar un movimiento.
APU: ¿Cuáles son los principales desafíos para este 2019?
Alicia Brites: Para este 2019 nuestro objetivo principal en la fábrica es poder recuperar el sindicato, que las direcciones del Astillero sean de trabajadores que tengan intereses, que sean por los trabajadores y para los trabajadores. Principalmente también recuperar el gobierno a través de un gobierno nacional, popular, democrático y feminista. Porque la unidad es lo más importante y es lo que nosotras estamos trabajando. Dentro de la fábrica, con distintos frentes kirchneristas lo que buscamos es unidad, así como fuera de la fábrica el kirchnerismo está buscando la unidad también para recuperar el poder.
APU: ¿Cómo se preparan para el 8M?
Paula Gómez: Para el 8M nos preparamos con mucha ansiedad y expectativa porque va a ser el día en que nosotras podamos dar a conocer nuestro movimiento a los compañeros y compañeras del Astillero. También nuestra idea es poder participar de la marcha como trabajadoras del Astillero que eso también nos parece muy importante. Poder participar de espacios políticos y gremiales como trabajadoras del Astillero es una oportunidad que nunca se nos había dado. Siempre participamos como ATE Ensenada, pero ésta lucha nos dio la posibilidad de poder posicionarnos como las trabajadoras del Astillero.