“Nos dicen trola, gato, mal atendida, grasa”: expresiones de la violencia política
Por Eliana Verón | Foto: Daniela Amdan
La violencia política por razones de géneros en los medios de comunicación es dirigida, constante, visible y consciente. Dirigida porque no se ejerce por igual contra todas las mujeres y disidencias. Es constante, ya que a pesar de los avances culturales y algunos cambios en materia derechos comunicacionales, este tipo de violencia es sistemática en la mayoría de los medios. Visible porque, aunque esté solapada, busca disciplinar con el fin de obstaculizar el desempeño de las mujeres. Y consciente porque su intención es deslegitimar para dañar su imagen pública.
Abordar este tipo de violencias desde el Estado requiere de un trabajo conjunto e integral para trazar lineamientos que aporten a su prevención y erradicación. Este fue el objetivo de la Defensoría del Público y el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) que convocó y realizó el primer encuentro “Experiencias y estrategias contra la violencia política por razón de género en los medios” con mujeres y referentes LGBTIQ+ en el que contaron sus experiencias personales y propusieron diferentes acciones para confrontar este flagelo mediático y social.
“Mal atendida, trola, gato, grasa, torta, sorda, fea, ignorante, gorda, flaca esquelética, borracha, tarada, ridícula, inútil. Se meten con nuestro aspecto físico, se meten con nuestra intimidad, se meten con nuestra vestimenta. Nos quieren disciplinar o excluir para que volvamos a los roles tradicionales que establece para nosotras la sociedad patriarcal. Este fenómeno tiene la capacidad de minar la escena política argentina”, sostuvo en la apertura la defensora del público, Miriam Lewin. Además, agregó que la violencia política es “es tóxica para la construcción democrática”.
A su vez, como invitada especial y a cargo de la apertura estuvo Rita Segato, quien advirtió que para erradicar este tipo de violencias es necesario “contraponer más discursos y con más análisis para hallar los métodos de cómo se arman estos ataques, linchamientos virtuales a las mujeres que ejercen en política”. También manifestó que “las mujeres somos moralmente vulnerables, siempre; por definición. Hasta que el patriarcado no se desmorone, nuestra vulnerabilidad moral es visible cada día de la vida, en todas las situaciones, en todas las escenas. Pero sobre todo en la escena ampliada, que es la escena mediática”.
En tanto, Gabriela Cerruti, diputada nacional por el Frente de Todos, indicó que “la violencia política en los medios es dirigida a determinadas mujeres”, ya que se orienta hacia las mujeres que confrontan las reglas establecidas del sistema y se van de la norma. Asimismo, Cerruti, señaló la existencia de una nueva expresión de violencia expandida en las pantallas y las radios, a la que denominó “violencia del silencio. Escuchamos a diario voces que exigen al presidente que ´calle a Cristina´, ´que no hable más´” y sentenció que su erradicación “no se soluciona con un simple pedido de disculpas. Hay que encontrar formas más concretas de sanción”
Los ataques son planificados
Ofelia Fernández, legisladora porteña por el Frente de Todos, expuso la necesidad de tejer redes feministas y armar estrategias de combatir esos “ataques planificados”. A partir de su propia experiencia personal contó que las agresiones de la que es víctima constantemente buscan “ponerme como ejemplo de lo que les va pasar si continúan en el camino de la participación política, y con ello desmoralizar a las mujeres jóvenes, militantes de centros de estudiantes o de organizaciones sociales”. De este modo, destacó la importancia de encuentros porque el fin último de la violencia es “es sacarte de ese lugar, anularte la posibilidad de intervenir en política”, e instó a enfrentarla con más argumentos porque “estamos muy entrenadas para discutir argumentativamente con quién se nos enfrente”.
En sentido contrario, la periodista Romina Manguel contó que en la actualidad se encuentra “muy desmoralizada” y que no ve una salida de esta situación de violencia a la que son sometidas las mujeres. “Estoy cansada de poner el cuerpo, creo que esto no tiene cambio y va continuar”. En este sentido, relató su vivencia personal como integrante de uno de los programas insignia del canal A24, “pasé por situaciones espantosas en Animales Sueltos, incluso cuando me fui del programa. Me han dicho desde mal compañera hasta mal cogida”. A su vez, reflexionó que “la violencia es constante, visible y consciente en al ámbito de la televisión. Sobre todo, en los programas de políticas que siempre son conducidos por hombres” y agregó “no veo que quienes ejercen este tipo de violencia no tienen ningún tipo de costo, es más son aplaudidos por animárseles a una mujer que los confronta”.
Nuevas referencias y perspectivas
Desde el ámbito periodístico, las periodistas feministas como Liliana Hendel y Amanda Alma plantearon estrategias que visibilicen, por un lado, la violencia que sufren las periodistas feministas en el marco de su participación en los medios de comunicación para los que trabajan. Por el otro, elaborar herramientas ayuden a construir referencias de nuevos estereotipos para aquellos compañeros varones que acompañan las luchas de las mujeres.
En este sentido, Amanda Alma se refirió sobre toda una "trama de narrativas ausentes" en los medios de comunicación y la necesidad de "construir, además estereotipos de géneros, no solamente sobre las mujeres y los varones, sino también en ese capital cultural y de formas expresarnos en el mundo que tenemos las lesbianas, las personas travestis trans, las compañeras travestis, las intersex. Asimismo, la periodista remarcó "sabemos que los medios de comunicación están construidos sobre referencialidades, principalmente, androcentricas, masculinas, heterosexuales, blancas y porteñocentricas", y se preguntó "a quiénes hablan, quiénes son los grupos que se representa, cuáles son esas ideas fuertes de lo tolerable y tolerante para los medios de comunicación, sobre todo de las mujeres. Creo necesario plantearnos qué tipo de mujeres son las q son tolerables en el espacio mediático, qué estereotipo se construye de la buena periodista, la buena feminista para este proceso donde los varones se ponen en un lugar de subalternidad o de aprendizaje de no saber qué tienen que decir o tener una cobertura desde una perspectiva de derechos humanos", sostuvo Alma.
En el caso de la gestión pública, Mariana Caminotti, Secretaria de Género y Derechos Humanos de Rosario, planteó la necesidad de “campañas sistemáticas con funcionarias, académicas, organizaciones sociales que ayuden a visibilizar estas violencias; promover iniciativas como la Ley Micaela para el ámbito de los medios de comunicación”. En el mismo sentido se expresó Mariana Carbajal, quien propuso “no criminalizar estas violencias, sino fomentar capacitaciones y trabajar con campañas que expliquen qué es la violencia política. Hay que darse una política pedagógica”.
La violencia en números
Según los datos de una encuesta de 2018 realizada por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Derechos, Ocho de cada diez mujeres manifestaron que sufrieron violencia política por razones de género. El 98% consideró la política como un espacio de discriminación hacia las mujeres y las disidencias sexogenéricas.