"Por demasiado tiempo, las mujeres no han sido escuchadas; ese tiempo se ha terminado”
Por Melany Grunewald
La ceremonia que reconoce profesionales de las producciones de cine y televisión, tanto en Estados Unidos como en el vasto resto del mundo, este año se vistió de negro como recurso de movilización en pos de los derechos de la mujer. Los casos de abuso vividos en el ámbito hollywoodense que han salido a la luz en los últimos meses, delimitaron un camino de visibilización cada vez más contundente, que logró enmarcar este acontecimiento. Tanto hombres como mujeres se sumaron al código de vestimenta en solidaridad, no sólo para con las actrices que han roto el silencio, sino ante todas las mujeres que sufren la violencia de género, en todas sus formas. Un gesto sororo, aunque en inglés no se haya traducido el término.
Los vestidos negros no fueron, sin embargo, el único motivo por el que la edición 75 de los Globos de Oro será recordada los siguientes. Muchas actrices han decidido ser acompañadas por presidentas o referentes de movimientos y organizaciones feministas, como por ejemplo Mery Streep que llevó como pareja a Ai – Jen Poo (directora de la Organización de las Trabajadoras del Hogar), Emma Stone llevó a Billie Jean King (fundadora de la Asociación de Mujeres Tenistas y la Fundación de Deporte de Mujeres), y la de Emma Watson, Marai Larasi (directora de Imkaan, y miembro de la organización de feminismo negro). Otras actrices optaron por ser acompañadas por periodistas que han escrito artículos en apoyo de su causa.
Otras intervenciones tuvieron que ver con el lugar de la palabra. Algunas de ellas fueron esporádicas durante las nominaciones, como cuando Natalie Portman anunció a “todos los nominados hombres como mejores directores”, enfatizando en el hecho de que no se nominan directoras mujeres.
En tanto otras se dieron en el contexto de los discursos. Estos, como agradecimiento del premio, se vieron obligadamente opacados por la oportunidad de denuncia de injusticias. El más emblemático fue el de Oprah Winfrey, que logró conmocionar a los presentes, por ser la primer mujer negra en ganar el galardón (y sentir el honor de “que muchas niñas vean esto”). Además contó la historia de Recy Taylor, una mujer que había sido violada en el año 1944 por seis hombres blancos que quedaron impunes, y ella falleció 10 días atrás con 97 años.
“Ella ha vivido demasiados años en una cultura rota por hombres brutales, poderosos. Por demasiado tiempo, las mujeres no han sido escuchadas, ni creídas si se atrevían a contar la verdad del poder de esos hombres. Pero su tiempo se ha terminado”, culminó con una de las frases #Time’sUp símbolo del movimiento que responde al #MeToo (yo también) que han usado las actrices durante las denuncias que terminaron con las carreras de referentes de la industria como Harvey Weinstein y Kevin Spacey.