Nickel boys: el racismo de ayer y hoy en una obra revolucionaria

Tras la compra de Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) por parte de Amazon Prime, uno de los proyectos encomendados fue Nickel boys, drama histórico basado en la premiada novela homónima de 2019 de Colson Whitehead. Por su apuesta cinematográfica por fuera de los cánones usualmente establecidos, fue una de las grandes revelaciones del año anterior, aunque sólo le valió una única nominación para los premios Globos de Oro: mejor película.

Dirigida por RaMell Ross y coguionada con Joslyn Barnes, Nickel boys está inspirada en la historia de Dozier School for Boys, una escuela reformatorio de Florida, Estados Unidos, que se hizo conocida por su trato abusivo. En plena era de las leyes segregacionistas, Elwood Curtis (Ethan Herisse) es un joven afroamericano criado por Hattie (Aunjanue Ellis-Taylor), su abuela. Le va muy bien en clase y su profesor de inglés, Hill (Jimmie Fails), lo incentiva a involucrarse en el activismo, pero tras ser acusado falsamente de un delito, por un “error judicial”, termina en la Academia Nickel. Allí conoce a Turner (Brandon Wilson), con quien formará una amistad mientras intentan sobrevivir a la violencia racista.

La relación entre ambos es el eje de la narración y sus actuaciones contribuyen a la comprensión de los mismos. A lo largo de poco más de dos horas veremos, por ejemplo, que a los blancos les permiten jugar fútbol pero a los negros los obligan a hacer boxeo y que los rebeldes son golpeados hasta morir, enterrados y dados de baja como fugitivos, todo avalado por Spencer (Hamish Linklater), administrador del lugar. Las escenas son tan envolventes que los flashforwards de Elwood adulto (Daveed Diggs) parecen inverosímiles. Hay una diferencia fundamental: la franqueza sobre la realidad que el mundo exterior muchas veces no tiene, más allá de las injusticias.

Por otra parte, el elemento característico de Nickel boys es que adoptamos el punto de vista de nuestro protagonista. Es un paso más allá que un simple truco de cámara, con sus giros y movimientos se acerca más a una perspectiva consciente, dando la sensación de estar dentro del propio cuerpo. A su vez, cuando resulta necesario conocer más, se resuelve con cambios periódicos entre Elwood y Turner, incluso con diálogos plano-contraplano y hasta repitiendo la misma escena con superposiciones. Una cuestión muy novedosa pero que, en general, podría haberle resultado desventajoso para la temporada de premios por el riesgo de ser percibido como enamoramiento de la herramienta por sobre la trama.

La obra es otra pieza en la creación del propio espacio cinematográfico de Ross. En su recorrido profesional fue jugador de básquet -1,98 m-, fotógrafo, profesor y documentalista, podría decirse que hay cierta fascinación en las formas de observar. Hay un enfoque similar al de Todos los caminos de tierra tienen sabor a sal, pero con gramática propia. En su ópera prima, Condado de Hale, esta mañana, esta tarde, construyó un documental, a partir de cinco años de filmaciones, centrado en la vida diaria de los residentes negros sureños. Si en ese entonces ya demostraba sus ambiciones estéticas, ahora extiende su visión narrativa.

De alguna manera, Ross se propone ampliar los límites del género hasta las fronteras de la representación negra. En ese sentido, en dos instancias del film reproduce escenas de Fuga en cadenas, ganadora del Oscar en 1958, cuestionando la forma en que Hollywood ha contado su propia historia. Al fin y al cabo, al comprometerse tanto con su idea, Ross logra una de las películas más destacadas del año.

De esa manera, Nickel boys es un viaje a la profundidad desgarradora de un reformatorio. Desde el inicio define su estética, el racismo se cierne sobre cada plano. Sin embargo, no recurre al sensacionalismo. De hecho, ante grandes exhibiciones de violencia, nuestra perspectiva -la del protagonista- también es mirar para otro lado. Tal como evidenció el año pasado Zona de interés, la brutalidad se sigue sintiendo aunque no se vea y, con el correr del tiempo, los hilos se unen de forma paciente. Ante ese panorama, lo más destacado de la película es cuan impresionismo sigue siendo aún la imagen lograda.