Senadores PROvida: "Si aprueban la IVE, la Facultad de Ingeniería puede desaparecer"

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Senadores PROvida: "Si aprueban la IVE, la Facultad de Ingeniería puede desaparecer"

03 Enero 2021

Por Groncho Mars |​ Ilustración: Leo Olivera

“A mí me habían dicho que, por estas tierras, ponerse verde era otra cosa”, me dice Gregor, “se emparentaba más con un malestar, una impotencia, con el estar ofuscado por algo que no se podía cambiar. Entendí mal o es algo que millones de mujeres, en los años que dejé el suelo magyar para acompañarte acá, lograron resignificar. Y que querés que te diga, ponerse verde hoy me suena mucho más lindo y un poco más justo”. Como no tengo nada que discutirle a mi amiguito, será mejor empezar el primer informe del 2021, contándoles cómo terminó el anterior. Algo así como Qué pasó ayer, pero pandémico.

De los labios ignorar los embustes y buscar

Esta noticia tendría que ir en la sección internacional, pero como el campo de batalla está planteado en las páginas y portales de los medios formadores de opinión locales, le hacemos un apartadito. La única vacuna que tiene nacionalidad, la Sputnik V, llegó al país y fue repartida en las provincias para empezar con su colocación. Ya Clarín armó un listado de ganadores y perdedores en este reparto de “coparticipación” de la vacuna. Un lujo de nota si se quiere aprender cómo militar en contra hasta en los más mínimos detalles. Es que hace un par de semanas que la tarea fina no cesa. Primero Jorge Asís aseverando que “en diciembre no va a llegar nada”, y lo que no llegaron más fueron sus aciertos y sí un merecido descansito para ver si mejora la puntería. Luego publicaron que la ANMAT no la había aprobado, lo que fue rápidamente desmentido. A eso le siguió el informe de que intentaban ocultar los efectos adversos detectados por dicho estamento, con lo cual, la vacuna rusa (TN nos sorprendió al destapar la olla, abrir el freezer o el arcón de los recuerdos geopolíticos y anunciarnos que, en realidad, se trata de la vacuna “soviética”), siguió soportando oleadas en su contra de aquellos que poco hablaron sobre lo ocurrido con las vacunas que no tienen nacionalidad. Como la de Moderna, que luego de ser aplicada a un médico estadounidense tuvo que ser trasladado de urgencia por una reacción alérgica grave, o el enfermero de la misma nacionalidad que luego de haberse aplicado la de Pfizer tiene coronavirus. Ni hablar de las exigencias que tiene este laboratorio, la niña mimada de los medios, para al fin traer la vacuna a nuestro país. Eso sí, nos enteramos en cadena de que va a inmunizar a los voluntarios. Qué malo es el gobierno y qué bueno el laboratorio quien, a pesar de que todavía no se logró un acuerdo, va a vacunar argentinos. Este intérprete de medios pudo acceder a una encuesta de bajo rigor, la cual asegura que más del 45% de la población se pregunta cómo pudieron arrancar con la vacunación si tiene la total desaprobación de la rusita que vive en Buenos Aires y desconfía de cualquier cosa que venga de las manos de Putin. Aunque los mismos encuestados afirman que esa noticia se da a conocer para tapar la reprobación del Dipy y esta última para ocultar la desconfianza que “la brujita de Quilmes” tiene a inocularse con la Sputnik V, algo que dio a conocer en el programa de Chiche Gelblung. Estas tres vendrían a tapar la crónica de que un hacendado contó en Twitter que él y su familia tomaron un antiparasitario ganadero, producto que vendría a derrumbar el “negocio de las vacunas” aunque pueda tener efectos secundarios, ya que algunos creyeron oír rebuznar por las noches al “estanciero”. Sin embargo la cosa no termina ahí pues todo, lo de la rusa, lo del Dipy, la brujita de Quilmes y el ganadero tomador de ivermectina sería un montaje para ocultar el escándalo que se armó con el documental Rompan todo y las declaraciones de Gustavo Santaolalla. Era hora. Lo que se consigue por informarse con materia prima. 

Ay ¡que bello día es hoy!

El mismo día en que comenzó a aplicarse la vacuna contra la COVID 19 en todo el país, en el Congreso se llevó a cabo una superfecha, más caliente y esperada que el Boca- River del verano. En el Senado se llevó a cabo el debate para convertir en ley la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Hubo discursos sumamente importantes que, como ustedes saben, no son aquellos sobre los que solemos hacer hincapié. Lo nuestro es buscar esa sustancia cuasifilosófica, cuando no literaria, dotada de la inteligencia necesaria para hacerte reflexionar e intentar responder la sagrada pregunta de ¿quiso decir lo que dijo o la tiró de inconciente, nomás? Y a esa nutrida lista la abrió tempranito Mario Fiad, quien aseguró “nos dicen las niñas no deben maternar. No, las niñas no deben ser abusadas, las mujeres no deben vivir en entornos violentos y ser sometidas. El proyecto no resuelve esas tragedias, lo único que hace es pasar a la clandestinidad la violación y el abuso”. “Siempre digo que si hay violación y abuso, no tienen que estar ocultos o reñidos con la ley. Eso nos pasa por someter a las mujeres en entornos violentos cuando con someterlas alcanzaba”, les pareció escuchar a algunos cuando se apagó la cámara. Tuvo que esforzarse mucho Dalmacio Mera para superarlo, pero demostró estar a la altura comparando al proyecto con una matanza de cerdos sugerida a Eduardo II en Inglaterra en el 1315. Según Mera, el economista que lo propuso no tenía plan B. “Era una ley extrema, pero veo que 705 años después viene un proyecto al recinto y no hay plan B”. Sí, casi tan extrema como la comparación que usó el senador. Por suerte la respuesta llegó rápida y contundente, por parte de la siguiente oradora, Nancy González, quien abrió diciendo “después de 2 años que tratamos esta ley en el 2018, tener que estar escuchando que se hable del año 1315… La verdad que estoy anonadada. ¿Qué nos quiere decir? ¿Que los que estamos a favor del proyecto somos asesinos o vamos a salir a asesinar?". No sea mala, legisladora, podría suceder que era el ejemplo más cercano que mejor se ajustaba a su exposición que Dalmacio Mera pudo encontrar. Hay que decir que se notó. “A mí no me dejen afuera”, pareció decir Víctor Zimmermann quien se sumó a los históricos discursos argumentando que la ley “contempla el derecho de la madre gestante, pero no así el del niño por nacer” que “desde su gestación es un ser independiente”. “Te lo aseguro yo que dejé la teta el primer día, al segundo me cambiaba los pañales solo y desde que era ‘un feto así de chiquitito’ que soñaba con ser ingeniero”. Por suerte Roberto Basualdo fue más escueto y, luego de admitir que no tuvo acceso a una educación sexual de calidad, expresó que el debate se debería enfocar en la prevención “como estamos ahora todos luchando contra el coronavirus”, y con ese ejemplo logró convencer a algún indeciso, que todavía quedaba, de votar a favor. Pablo Blanco fue uno de los tantos que se quejó de que lo que hace el proyecto es “negarle la condición de persona al niño por nacer”. “¿Para qué cometer semejante atropello antes cuando esa condición, si es pobre y fulero, se la negamos apenas empiezan a crecer?”, creyeron escucharle agregar por lo bajo. Pero el momento más tenso sucedió cuando la legisladora María Belén Tapia se calzó el traje de pitonisa y aseveró que “los ojos de Dios están mirando el corazón de cada uno de los senadores” (alguno gritó que en el de varios sólo encontró un cartel de “en venta”) mientras remarcaba lo trascendental que era la discusión por la ley para el país utilizando una frase que ponía en evidencia la neutralidad del omnipresente: “Bendición si valoramos la vida, maldición si escogemos matar inocentes”. A lo que algunos, como toda respuesta, se hicieron la señal de la cruz y votaron a favor del proyecto. Ah, también me enteré que Julio Cleto Cobos es senador. Así de desapercibido venía pasando. No, no es el Cleto de los Simpson. Yo sé que el olvido llega rápido en tiempos de posverdad, pero fue el primer vice de CFK, el del “no positivo” y “la Historia me juzgará, espero que esto se entienda”, algo que no sucedió. Que se entienda, digo. Y si su intervención buscó aclarar algo, le aviso que no movió el amperímetro. Otra oportunidad, otra oportunidad, alentaban desde los palcos. El debate siguió y hasta hubo tiempo para un mini cruce entre senadores del mismo sector, cuando se tocan otras cuestiones. Mientras Martín Lousteau abogó por “resolver el conflicto de derechos, ya que no hay ninguno que sea absoluto, ni la vida lo es y quienes apoyamos esta ley reconocemos este dilema”, Esteban Bullrich le salió al cruce asegurando que “en esta situación, el débil es el embrión, el feto que no tiene voz”, y llamó a “darle voz sin que su madre pierda su vida”. Sonamos, con esta última frase entiendo que se viene su nuevo libro de poesía. Por lo menos zafamos de un adelanto en vivo. Y a pesar de que Silvia Elías de Pérez prometió una batalla judicial, a las 4 y 12 de la mañana nos enteramos a través de la voz de la vicepresidenta que el proyecto fue aprobado por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención. Luego de 15 años de intentar hacer avanzar el proyecto y muchos más de luchar por sus derechos, las chicas gritaron en la calle: ¡Es ley! Y a no relajarse que la lucha continua, lo deja bien en claro la tapa de Clarín que refleja el hecho histórico con un recuadrito abajo, sobre el margen izquierdo. 

 

Vos siempre estás con una excusa a flor de labios

En el mismo instante en que se llevaba a cabo en la Cámara Alta el debate por la IVE, en la Baja se discutía la media sanción que faltaba para convertir en ley la nueva fórmula por la cual se rigen las jubilaciones. La oposición criticó fuertemente esta medida ya que consideran que el hecho de que la inflación no esté incluida en la fórmula es un “manotazo al bolsillo de los jubilados”. Desde el oficialismo aseguraron que con un método que se atenga a la evolución de los salarios y la recaudación en un país en crecimiento, las jubilaciones, pensiones y asignaciones ganarán poder adquisitivo con respecto a la inflación. Claro, a la oposición nunca se le pasó eso de “tener un país en crecimiento”, por eso piensan que las cosas sólo pueden crecer “si están atadas a la inflación”. Entre chicanas y agresiones fue pasando la sesión. Mientras los diputados de un lado hablaban de ajuste, robo, relato y que “el cambio de régimen buscaba congraciarse con el FMI", desde el otro le preguntaban desde qué lugar lo hacían quienes se quedaron con 6 meses de aportes previsionales al hacer el cambio de regulación en la administración anterior y Nicolás del Caño… sí, otra vez hizo la gran nicodelcaño insistiendo que “son lo mismo” al afirmar “no hay grieta al ajustar a los jubilados”. Hubo piedras y balas de goma sobre las mesas y en eso tuvo algo que ver Máximo Kirchner, que volvió a pegarles un paseo a toda la oposición. "La expresidenta (CFK) tuvo que vetar el 82% vital y móvil para jubilados y jubiladas. ¿Por qué no lo hicieron cuando fueron gobierno? Uno no puede proponer cosas para joder al otro, uno tiene que ser racional. Tuvieron cuatro años para aprobar esa ley vetada por Cristina", enfatizó casi como entrando en calor, para luego dirigirse a Mario Negri, quien había llevado al recinto piedras que fueron arrojadas contra la fachada del Congreso en diciembre de 2017, cuando se aprobó la reforma previsional del macrismo. "Como sabía que iban a traer una piedra, porque se han vuelto muy previsibles y su electorado no les pide más que eso, les traje las balas de goma. Estas son las balas de goma que ustedes usaron. Y las muestro solamente porque trajeron las piedras. Acá están las balas que tiraron sobre la gente, que son los verdaderos resistentes. Ustedes no son resistentes, ustedes son el poder. Pueden haber perdido una elección, pero son el poder de la Argentina. Resistir, resistieron los compañeros y compañeras en la plaza afuera". Sacá del medio, Negri. Mientras tanto, Fernando Iglesias, hizo lo mismo que en la votación de la IVE: atacó al oficialismo al afirmar que Cristina era “Cleopatra de Tolosa” y llamar al presidente Fernández como el “virrey Alberto", aseguró que la fórmula era una porquería para luego emitir un voto afirmativo. Si, es cierto, luego lo corrigió, pero permitió la intervención del presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, quien le dio una clase práctica, con la sonrisa más ancha que hemos visto en tiempos pandémicos, de cómo la venganza es un plato que se come frío. La cara de Iglesias teniendo que escucharlo, en silencio, reafirma el éxito del cometido. Una delicia. Lo cierto es que, con 132 votos a favor y 119 en contra, se completó la sanción de la movilidad previsional. Fuentes no confirmadas aseguran que varios diputados de Juntos por el Cambio preguntaron si después de la doble vacunación que les aplicaron en el Congreso en menos de 20 días, igual se tenían que colocar la Sputnik V.

Di sis di end

La verdad que la noticia destacada tendría que ser la que nos aportó “el hijo de la petisa” con su tesis en contra del aborto, pero como no nos gusta hacer leña del árbol caído (ponele) y fue un año donde zafamos de un montón de predicciones, le damos esa congratulación a las visiones de Baba Ganga para el 2021. Porque no vamos a arrancar sueltos de cuerpo, así nomás, no señor. Esta famosísima vidente que “escuchaba voces de otra dimensión”, aseguró que en estos nuevos 365 días "muchas criaturas vivientes serán destruidas. No sólo eso, sino que las que sobrevivan morirán de una enfermedad grave". Cualquiera puede pensar que está hablando del final del mundo por una complicación con el coronavirus, pero hay algo que no me cierra. Si los sobrevivientes también morirán ¿cómo es que sus predicciones llegan hasta el año 3797?