Canciller de Irán sobrevive a voto de censura por no negar el Holocausto
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, sobrevivió el pasado 6 de mayo a un voto de censura del Parlamento de su país por rehusarse a negar el Holocausto judío.
El enfrentamiento con los conservadores de línea dura del estado islámico se produjo en el marco de un pedido de informes al cual Zarif , en calidad de canciller, fue sometido por el Majlis (Parlamento). "Mientras yo viva, voy a evitar la materialización del proyecto sionista de usar la negación del Holocausto como un medio para dañar la imagen y la dignidad de Irán y utilizarlo como una amenaza contra la seguridad nacional del país ", subrayó Zarif en declaraciones ante los diputados iraníes, transmitidas simultáneamente por la radio estatal.
Zarif, que además es el negociador en jefe del programa nuclear iraní ante el mundo, había provocado un revuelo entre los conservadores de su país, al llamar al Holocausto "una horrible tragedia" durante una entrevista con un canal de televisión alemán el pasado mes de febrero. El diplomático, educado en los Estados Unidos, donde ocupó por años el puesto de representante de Irán ante las Naciones Unidas, considera que la negación de uno de los mayores genocidios del siglo XX perjudica la reputación internacional de Irán y atenta contra el desarrollo de su programa nuclear, que el régimen de Teherán asegura que es para "fines pacíficos".
Setenta y cinco legisladores, de un total de los 290 que integran la Cámara, interrogaron al ministro sobre variados temas de política exterior para luego centrarse en la "ilegitimidad de Israel", la "mentira del Holocausto" y las declaraciones de Zarif. En una clara victoria de la denominada línea moderada del régimen islamico, representada en la figura del actual presidente Hassan Rouhani , el Parlamento consideró que las explicaciones del ministro eran suficientes y votó en contra de censurar sus acciones.
Durante su exposición en el Majlis, Zarif dirigió su ataque contra el primer ministro de Israel, Benjamín Nethanyahu, y lo acusó de aprovecharse de la imagen que tiene el mundo de Irán como estado negacionista del Holocausto para favorecer los intereses del estado israelí. " Netanyahu afirma, descaradamente, que Irán niega el Holocausto, y que estamos creando una bomba nuclear para crear un nuevo Holocausto. Mientras yo sea ministro de Relaciones Exteriores, no voy a permitir que el Holocausto sea explotado para arruinar nuestra dignidad e imagen", aseguró el funcionario entre aplausos de los legisladores.
Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán, que mantenía excelentes relaciones con Israel durante la época del Shah, inició un nuevo período de hostilidad anti-israelí, aunque esta acción no iba acompañada por intento alguno de negar el Holocausto. Después de Israel, Irán es el hogar de la comunidad judía mas numerosa de Medio Oriente, que totaliza 15 mil personas, y además, por ley, un representante de la colectividad tiene un asiento reservado en el Parlamento. Sin embargo, el primer oficial de alto rango iraní en negar el genocidio judío en Europa fue el actual líder supremo, el Ayatollah Ali Khamenei, quien aún sigue en su cargo y es, además, el encargado de la política exterior del país. En enero del 2002, Khameini se refirió a las cámaras de gas en los campos de exterminio como una historia en la cual la verdad "no está muy clara" y que esa mentira es usada por "la propaganda sionista" para sus beneficios.
La negación alcanzó su punto culminante en 2005, cuando el ex presidente Mahmoud Ahmadinejad, en su primer año en el cargo, declaró que la matanza de judíos a manos de los nazis durante la segunda guerra mundial se trataba de "un mito". Más tarde, a fines de 2006, Ahmadinejad, montó un encuentro internacional con el próposito de "descubrir" la verdad sobre el Holocausto, al que denominó "Conferencia Internacional para revisar la visión global del Holocausto". A dicha conferencia concurrieron célebres negacionistas como el alemán Gerald Fredrick Töben, el sueco-marrroquí Ahmed Rami, el francés Robert Faurisson y el ex integrante del Ku Klux Klan norteamericano, David Duke, entre otros. Bendikt Frings, representante del partido neonazi más famoso de Alemania, fundado en el centenario del nacimiento de Adolf Hitler, también acudió a la reunión. Mientras que la negación del Holocausto es común desde hace décadas en el mundo árabe, las declaraciones de Ahmadinejad se basaban principalmente en lugares comunes expuestos por revisionistas europeos por lo cual la conferencia fue atendida en su mayoría por neonazis y personas de occidente en lugar de islamistas.
También en 2006 el gobierno iraní realizó, junto al diario de Teherán "Hamshahri", un "concurso internacional de dibujo sobre el Holocausto" con el fin de de "discutir las realidades del mismo". Y, por si quedaban dudas de cuál era la línea oficial de Irán por esos años, el gran líder Khameini escribió en su pagina web oficial un mensaje a la fuerza aérea iraní -que aún puede observarse al día de hoy- donde decía: "Los países occidentales no permiten la libertad de expresión, que ellos dicen defender, en relación con el mito de la masacre de judíos conocido como el Holocausto. Hay muchas personas en los países europeos, entre ellos científicos, estudiosos, historiadores y periodistas, que no se atreven a expresar sus dudas sobre este tema. También hay algunos que creen que todo el asunto es una mentira, pero no se atreven a decirlo porque han visto que quién ha dicho esto ha sido castigado, procesado y encarcelado".
Con la intención de distanciarse de las opiniones de su antecesor, que provocaron distanciamiento y antagonismo con la comunidad internacional, el nuevo presidente Hassan Rouhani ha adoptado desde 2013 una posición más moderada sobre el genocidio judío. No obstante, las posiciones oficiales de Irán continúan siendo por lo menos controvertidas: mientras que en una entrevista a la CNN Rouhani aseveró que el Holocausto era "un crimen reprensible y condenable", también destacó que "los aspectos controvertidos (sic) del Holocausto deben ser analizados por historiadores e investigadores y yo no soy un estudioso de la historia". Más tarde, el presidente negó en su país haber utilizado el término "reprensible", dejando claro que el mensaje es diferente si el receptor es el pueblo iraní o la comunidad internacional.
A las claras, la estrategia de decir una cosa fuera del país y luego suavizarla internamente con el fin de atemperar la posición de la comunidad internacional ante el programa nuclear iraní está digitada por la autoridad máxima del país, el líder supremo Khameini, quien a su vez es el responsable de la vuelta a la escena política de Javad Zarif. Es imposible que Zarif sea el Canciller de Irán sin el beneplácito de Khameini luego de que fuera removido de su puesto en las Naciones Unidas y hasta se le haya prohibido enseñar en las universidades públicas iranies por años debido a las presiones de los conservadores liderados por el mismo Khameini.
Y si quedan dudas sobre cuál es la posición oficial del líder supremo y el verdadero "titiritero" de la política de Irán, basta leer lo que Khameini publicó en inglés en su cuenta de Twitter el pasado 21 de marzo: "El Holocausto es un hecho cuya realidad es incierta; y si sucedió es incierto cómo ha sucedido".