Las particulares elecciones en India
Por Pablo Varela
El 80% de su población de India practica el hinduismo, mientras que el 13% son musulmanes. Según el último censo realizado en 2012, el número total de habitantes asciende a más de 1230 millones de personas, en donde el 52% son hombres, y el 48% restante mujeres. India, representa un sexto de la población mundial.
En la última década, el país asiático formó parte del bloque de países denominados BRIC. Un grupo de economías periféricas, que traccionaron el crecimiento global, a partir de alza de precios de commodities.
La “ola azafrán” al poder
El ganador fue el partido Bharatiya Janata Party (BJP por sus siglas en inglés) liderado por el nacionalista Narendra Modi, de 63 años, hijo de un vendedor de té y líder político del Estado de Gujarat. Modi, será nombrado Primer Ministro por el parlamento hindú, dado que su partido obtuvo 288 bancas (aunque el escrutinio continúa) de las 543 en disputa.
A la cámara baja hindú se la conoce como Lok Sabha (casa del pueblo) y tiene 545 legisladores en total. La aplastante victoria del BJP le permitirá tener mayoría propia, sin necesidad de trazar alianzas con otros sectores políticos opositores.
Modi, quien era el favorito en las encuestas desde 2013, logró desplazar al Partido del Congreso conducido por el clan familiar Nehru-Ghandi, tras una década en el poder.
En los primeros diez años del milenio, India tuvo un fuerte crecimiento económico con tasas que rondaban el 8% anual. El bienio 2012-13 estuvo signado por una desaceleración con tasas de crecimiento por debajo del 5%.
Un quinto de la población hindú vive por debajo de la línea de pobreza, y debe vivir con 0,47 centavos de dólar diarios. La precariedad de los servicios públicos, la escasa infraestructura junto con la desaceleración económica se han hecho sentir en los comicios.
La corrupción, es otro de las frecuentes demandas de la población. 100 miembros de los últimos cuatro parlamentos tiene causas penales pendientes en su contra. Sobre un total de 3355 candidatos, 557 tienen antecedentes penales, 34% de ellos pertenecientes al BJP, mientras que 23% pertenecen al Partido del Congreso.
Estos últimos datos, poco han pesado a la hora de inclinar la balanza, por un gobierno de claro sesgo nacionalista. El futuro Primer Ministro hindú, está acusado socialmente de no intervenir en la defensa de 1000 musulmanes, quienes finalmente fueron masacrados en 2002.
Elecciones “Made in India”
El padrón electoral de la India, cuenta con 814 millones de electores. Una cifra por lo menos 40 veces más grande que el padrón argentino. India, es la mayor democracia del mundo.
En la comisión electoral, existen 142 partidos inscriptos, de los cuales 39 tiene representación parlamentaria.
A lo largo del país asiático, se ubicaron 930 mil puestos de votación. La idea fue que ningún votante recorra más de 1,2 kilómetros de distancia. Los comicios duraron seis semanas, entre el 7 de abril y el 12 de mayo. Recién el viernes 16 de mayo, empezaron a conocerse los primeros resultados.
El proceso electoral demandó el esfuerzo de 11 millones de funcionarios en sus distintos niveles.
Esta es la 16° elección desde la independencia india en 1947. El proceso democrático hindú, ha permitido la heterogeneidad sociológica de la clase política y dirigente.
Shashi Tharoor, ministro de Estado para el desarrollo humano de la India lo explica de la siguiente manera: “Con los años, las elecciones en India han profundizado y ampliado la composición de la clase dirigente (…) el actual (Parlamento) está poblado por un grupo variopinto de legisladores, más verdaderamente representativos del corazón rural de la India”.
Otro elemento característico a tener en cuenta, es la incidencia del voto de los sectores populares y en muchos casos analfabetos. Las boletas llevan símbolos identitarios además de los nombres de los candidatos para aquellos que no saben leer.
Tharoor explica el comportamiento de los diferentes sectores sociales respecto de las elecciones: “En la India, son los pobres los que pasan tiempo en filas bajo el sol ardiente, porque creen que sus votos significarán una diferencia, mientras que los votantes más privilegiados, sabiendo que sus ideas y cantidad tendrán poca influencia sobre los resultados, se quedan en sus casas.”
Por último cabe señalar, que en India se concentra la tensión entre gobiernos laicistas de gran apertura económica, que a pesar del crecimiento económico no ha podido achicar desigualdades, con un nuevo gobierno de signo nacionalista, que intentará reactivar el motor económico sin caer en la tentación de reverdecer los conflictos étnicos y religiosos, de una sociedad, amplia, compleja y heterogénea.