Siria: a horas de otro atropello imperial
Por Juan Ciucci
Una intervención militar en Siria sólo es posible si el Consejo de Seguridad de la ONU lo permite. Eso al menos dicen las leyes que rigen el derecho internacional. Claro está que si EEUU decide hacerlo, esas leyes no sirven para nada. Aun está fresco el recuerdo de la intervención en Irak, donde decían que existían armas de destrucción masiva, que nunca fueron encontradas. Se trató de una mentira que les permitió invadir dicho país y asesinar a su presidente.
El escenario se repite en este caso, aunque ahora la línea roja habría sido cruzada por el uso de armas químicas. Los enviados de la ONU aun no han realizado su trabajo para comprobar el uso de dichas armas, y para establecer quienes las habrían utilizado. Sin embargo, EEUU y sus aliados dicen saber ya lo que ha sucedido, y se disponen a actuar en consecuencia
El conflicto en Siria
El escenario en la nación árabe no ha sido el mismo en lo que va del conflicto, que ya cumple más de dos años. En un principio las fuerzas imperiales intentaron aplicar el plan que tan bien les salió en Libia, donde con la mentira de un supuesto bombardeo sobre población civil el mundo abaló la desestabilización planificada del país, que concluyó con el asesinato del Presidente por parte de un grupo de forajidos. Y, claro está, con la apropiación de los recursos naturales por parte de los países garantes del gobierno que lograron imponer.
Los rebeldes sirios no han logrado en estos dos años derrocar al Presidente Al Assad, a pesar de las continuas campañas de prensa en su contra. Todos los días llegan imágenes donde se dice que el régimen sirio asesina civiles. Dichas imágenes no son respaldadas por ninguna cadena periodística internacional, sino que son propaladas por portales de internet. Claro está, la guerra también se libra en el campo de batalla de la información. En más de dos años ninguna cadena envió a un corresponsal de guerra a Siria, a pesar de la importancia del conflicto y el lugar que le brinda la prensa internacional. La excepción ha sido TeleSur, convirtiéndose una vez más en la principal referencia para saber qué pasa en el mundo.
Una vez que el plan de desestabilización del gobierno sirio brindando apoyo y armamento a grupos terroristas fracasó, las fuerzas imperiales han decidido intervenir directamente. El rechazo a esta medida expresado por Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU frenó hasta ahora el intento. Por eso necesitaron acusar al gobierno sirio de utilizar armas químicas para lograr que la comunidad internacional asista nuevamente al espectáculo horroroso de las intervenciones quirúrgicas de EEUU y sus aliados. Seremos testigos entonces del asesinato de civiles, del bombardeo de escuelas y hospitales, de la destrucción de los que aun quedan en pie resistiendo la desaparición de su Patria.
Un futuro aun más incierto
Si la actualidad en Medio Oriente es preocupante, lo será mucho más luego de esta intervención militar extranjera en Siria. Pensemos cuál es la actualidad de Afganistán y Libia, o de Irak, donde en el día de ayer murieron 51 personas por atentados terroristas. Las intervenciones de EEUU traen más muertes e inestabilidad social y política, a la vez que brindan beneficios para sus socios políticos y económicos.
No debemos olvidar el papel estratégico que ocupa Siria en la región, un país con una larga historia antiimperialista y con conflictos territoriales con el principal aliado de occidente en la región: Israel. Su vecindad con Irán le permitiría a EEUU, si logra imponer un gobierno títere, ampliar el cerco sobre la nación persa. Estos son los motivos que han impulsado la escalada violenta en Siria, disfrazada de reclamos sociales enmarcados en la primavera árabe.
Escribimos estas líneas con el dolor de saber que es casi imposible que el mundo pueda frenar este nuevo atropello al derecho internacional y a la soberanía de un país al que nos hermana su lucha antiimperialista y su constante apoyo en la Causa Malvinas. Repudiamos el accionar del gobierno de EEUU y de sus aliados, y enviamos nuestra solidaridad al Pueblo sirio, en las duras horas que les toca vivir. Debemos trabajar muchísimo para que sea ésta la última vez que el imperialismo destruye e invade sin más a una nación hermana.