Una victoria de la diplomacia iraní

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Una victoria de la diplomacia iraní

30 Agosto 2012

Por Natalia Kovalenko, en La Voz de Rusia l Se aproxima a su fin la cumbre del Movimiento No Alineado (26-31 de agosto) que tiene por escenario la capital de Irán. Representantes de más de cien naciones se dieron cita en Teherán. Treinta y seis de ellos son presidentes, vicepresidentes o primeros ministros. Un nivel de representación tan alto permite a la República Islámica afirmar que el foro tuvo éxito, independientemente de sus resultados, opinan expertos.

El Movimiento No Alineado es la segunda organización en el mundo después de la ONU por el número de participantes. La integran unos ciento veinte países, otros quince tienen el status de observadores. Pero no podemos afirmar que tenga mucha influencia, sostiene la experta Elena Melkumián.

El Movimiento No Alineado surgió durante la guerra fría, cuando muchos países no querían adherirse a ningún bloque y aplicar su propio rumbo independiente. No todos los países lo lograban, pero en aquellos años el Movimiento realmente tenía influencia. Ahora ya no hay unidad en sus filas.

No obstante, parece que esta vez, al asumir la presidencia pro tempore de tres años, Irán intenta encontrar ese factor de cohesión: la suerte de Siria y su presidente, Bashar Asad. De un lado, los países del Golfo Pérsico renunciaron a asistir a la cumbre precisamente por discrepar con Teherán respecto al problema sirio. Al propio tiempo, en aras de salvar a Damasco, hay quienes están dispuestos a olvidar la enemistad de antes. Por primera vez en más de treinta años, un presidente de Egipto visitará a Irán. Las relaciones entre ambos países quedaron rotas en 1979, debido a que Egipto había concedido asilo político al Sha iraní Mohammad Reza Pahlevi, derrocado a raíz de la revolución islámica. El actual mandatario egipcio, Mohamed Mursi, ha avanzado en Teherán la propuesta de constituir, junto con Turquía, Irán y Arabia Saudí, un grupo de contacto para Siria. Los detalles de esta oferta, de momento, no se revelan.

Irán ha elaborado su propio plan de arreglo, muy similar al de Kofi Annan, ex enviado especial de la ONU y la Liga Árabe. La diferencia radica en que los iraníes proponen sentarse a la mesa de negociaciones no a todas las partes en conflicto, sino tan sólo a los dirigentes actuales y a la oposición interna, esgrimiendo como argumento que la oposición externa no podrá satisfacer las necesidades reales del pueblo sirio, por lo cual no tiene derecho a voto.

Los participantes en la cumbre discutirán todas estas iniciativas en presencia del Secretario General de la ONU quien decidió asistir a la cumbre, a pesar de las objeciones de EEUU, Canadá e Israel. Ban Ki-moon ha preferido discutir personalmente con los líderes del Movimiento No Alineado el programa nuclear iraní, la observancia de los derechos humanos y otros puntos de la agenda.

El propio hecho de haber acertado con las prioridades y definido correctamente las metas de la cumbre, le da a Teherán motivos para hablar del éxito del evento, opina el experto del Instituto ruso de Análisis Estratégico, Azhdar Kurtov: "Sin lugar a dudas, será un triunfo de la diplomacia iraní. Puesto que Irán ha sabido convocar en su territorio una cumbre tan importante, aun cuando muchos de los altos cargos no hayan acudido, será un testimonio de que Irán no se halla en aislamiento político".

La cumbre concluirá su labor el viernes, 31 de agosto con la aprobación de la declaración final, luego de lo cual, durante tres años Teherán representará en la palestra internacional a todos los miembros del Movimiento No Alineado.