Crónicas quemeras: la libertadores
Por Juan Ciucci
Tarde noche calurosa en el Parque de los Patricios, pero parece que a nadie le preocupa demasiado. Es que Huracán vuelve a jugar la Copa Libertadores, y es motivo de fiesta en el barrio. La Banda del Globo va llegando, ruidosa, al Palacio para ver con sus propios ojos esto que parece un sueño.
Los memoriosos sacan cifras y fechas, y más de uno dice orgulloso haber estado la última vez; vamos a creerles. Después de pasar tanta mishiadura, los quemeros tienen hoy un motivo de alegría plena, de esas que pocas veces se nos dan.
Pero la Copa no es cosa sencilla, y esta primera fecha contra este Mineros venezolano no pudo dejarlo más claro. Un partido complicado, que estuvo siempre para cualquiera, con situaciones inverosímiles, arbitrajes polémicos y hasta la lesión de Marcos Díaz, que con un desgarro en el gemelo izquierdo debió dejar la cancha en el primer tiempo. Deberemos esperar para ver cuánto le llevará recuperarse a uno de los referentes del plantel.
Es que la Copa es así, todo puede pasar. Pero es cierto que Huracán no mejora en su juego. Luego de su punto más alto este año en Perú, donde ganó de visitante por 4 a 0, no logró encontrarse en la cancha. La vuelta en Patricios, y los partidos en Primera mostraron a un Globo falto de fútbol, con demasiadas dudas en la defensa y poca puntería en el arco rival. Ayer no fue la excepción.
Romero Gamarra volvió a ser de lo mejor del equipo. Si hasta asusta ver el descaro con que el pibe agarra la pelota y encara rivales, o saca un zurdazo tremendo que casi revienta el travesaño del arco que da a la tribuna local. Es el protagonista de las mejores jugadas del equipo, y ya se convirtió en el referente de juego dentro de la cancha. Buen partido de Villarruel, mtor del equipo, que coronó con un gol a pura presión.
Quien retornó a un lánguido juego que le conocemos demasiado es Toranzo. Había sido de lo mejor en Perú, convirtiendo incluso dos goles. Pero no volvió a mostrar ese nivel en estos partidos, y ayer fue displicente cuando el equipo lo necesitaba más prendido que nunca. Tendrá que levantar mucho su juego, ya que Montenegro se perfila bien como su reemplazo. Ayer entró unos minutos y tuvo varias buenas, muchas más que el Pato.
Bien Apuzzo en el planteo y los cambios, siempre para adelante, como debe ser. Pero le están faltando ideas al equipo, tendrá que trabajar mucho el DT en estos días para recuperar la imagen que supo lograr ante Alianza Lima.
El arbitraje merece un comentario aparte. Fue un desastre, inventando dos penales, uno para cada lado, como para compensar. El tiempo adicionado fue inverosímil, tanto en el primer tiempo ante la lesión de Díaz, como en el segundo ante el lógico tiempo perdido por los venezolanos. Los árbitros suelen ser un factor determinante en la copa, y ayer el colombiano pareció no querer pasar desapercibido.
En fin, el Globo volvió a la Libertadores y casi parece un sueño. “Sí, y encima ahora queremos ganarla”, me dice un amigo en la tribuna. Y sí, qué le vamos a hacer, de ilusiones vive el hombre. Ahora nos toca el Cruzeiro de visitante, prueba de fuego para ver para qué está este Huracán. Con la ilusión intacta, el Pueblo Quemero vive días de felicidad junto al mejor fútbol del continente. A disfrutarlo.