Regó de gloria este suelo
Por Ulises Castaño
Cualquiera que por estos días se sume al repaso de la hazaña, inevitablemente se encontrará con una verdadera catarata de estadísticas. Entre los 371 tantos, por ejemplo, el rosarino tiene su gol maradoniano a Getafe en 2007 con relato versión catalana al estilo Victor Hugo incluido; así como su propia versión de “la mano de dios”, tanto convertido al Espanyol ese mismo año. Después tiene goles de todo tipo y para toda ocasión, hasta lo inimaginable.
Con Messi, quizás no haya otro jugador en donde se plasme de manera tan elocuente y positiva esa relación no siempre directamente proporcional entre goles y rendimiento, e incluso entre goles, rendimiento, y resultados colectivos. Por todo esto, a la hora de pensar en agregar algo encima no ya de los goles, sino de las cifras e interpretaciones, palabras como las del Tata Martino suelen ser las mas cabales: “¿que puedo agregar?”
Hace unas semanas puede verse una publicidad muy atinada de YPF en homenaje “a los que sueñan que en este suelo hay cosas maravillosas por descubrir” compuesta por imágenes de archivo de algunos jugadores argentinos integrantes del seleccionado que disputará la copa del mundo este año en Brasil, acompañadas por un relato en off. Entre ellos, desde luego, se encuentra Messi.
La publicidad provoca un efecto sumamente emotivo desde todo punto de vista, más aún ante la inminencia de la cita mundial, y acaso el pasaje que mejor se ajuste a palabras como las de Martino, mientras la imagen de un pequeñísimo Messi con la casaca de Newells se apodera de la pantalla hipnóticamente, sea aquel en que puede oírse: “Alguien tuvo que ver para creer”
Luego, tal vez y acaso sin proponérnoslo, o como un asumido defecto de fábrica, intentaremos jugar a parecernos un poco a él en el picado con los amigos, de la misma forma que venimos intentando, soñándolo, después de aquella tarde del 22 junio de 1986.