Hoy cumpliría 82 años Francisco "Paco" Urondo

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Hoy cumpliría 82 años Francisco "Paco" Urondo

10 Enero 2012

Juan Gelman lo definió como "uno de los poetas en lengua castellana que con más valor y lucidez, y menos autocomplacencia, luchó con y contra la imposibilidad de la escritura. También luchó con y contra un sistema social encarnizado en crear sufrimiento. Sus poemas quedarán para siempre en el espacio enigmático del encuentro del lector con su palabra." Esta Agencia de Noticias lleva su nombre como homenaje al luchador incansable y comprometido con su tiempo como fue Paco, quien es recordado junto a sus colegas Rodolfo Walsh o Haroldo Conti por luchar con la prosa y el cuerpo al punto de dar la vida por oponerse al sistema opresor que se buscó instaurar en la década de los años '70 y que finalmente se logró imponer con todo su esplendor en la década de los '90. Paco Urondo murió asesinado en Guaymallén, Mendoza, el 17 de junio de 1976, enfrentando a la genocida dictadura militar. Su esposa Alicia Raboy fue secuestrada y desaparecida en ese mismo hecho. "Empuñé un arma porque busco la palabra justa", dijo alguna vez.

 

Poema "Muchas Gracias"

Sirve y me inclino

ante tu palabra, luz de mi pensamiento.

Abrirán las puertas, dejarán entender: los artistas,

los intelectuales, siempre han

sacudido el polvo de la realidad; descubrieron

caminos, emancipaciones

que no siempre lograron recorrer: era

prematuro en algunos casos, en otros fue distinto

– convengamos–, otras palabras son, bajar

la corredera de la mira, buscar con el guión

y dar justamente sobre algo que puede

moverse; un bulto,

un meneo a menos de cien metros

de tu corazón vulnerable, también enemigo.

La suerte ha dejado aquí de andar

fallando: se encendió la luz y pudo verse el caos, las

flagrancias: esa mano

allí, esta codicia; el miedo y otras mezquindades se pusieron

en evidencia y el amor

no aparecía por ninguna parte. Recompuestos

de la sorpresa, rendidos ante los hechos, nadie

pudo negar que en este país, en este

continente, nos estamos todos muriendo de vergüenza.

Aquí estoy perdiendo amigos, buscando

viejos compañeros de armas, ganándome tardíamente

la vida, queriendo respirar

trozos de esperanzas,

bocanadas de aliento; salir

volando para no hacer agua, para

ver toda la tierra y caer en sus brazos.

 

La verdad es la única realidad

Del otro lado de la reja está la realidad, de

este lado de la reja también está

la realidad; la única irreal

es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien

si pertenece al mundo de los vivos, al

mundo de los muertos, al mundo de las

fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o

de la producción.

Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel

cuerpo, ese vaso de vino, el amor y

las flaquezas del amor, por supuesto, forman

parte de la realidad; un disparo en

la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, aquellos

gritos irreales de dolor real de los torturados en

el angelus eterno y siniestro en una brigada de policía

cualquiera

son parte de la memoria, no suponen necesariamente

el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente

es la reja cuadriculando el cielo, el canto

perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz

fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso

cubriendo la Patagonia

porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad, como

la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia

estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia

del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro

como los designios de todo un pueblo que marcha

hacia la victoria

o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse,

a rescatar lo suyo, su

realidad.

Aunque parezca a veces una mentira, la única

mentira no es siquiera la traición, es

simplemente una reja que no pertenece a la realidad.

 

Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973