Los despidos en el Hospital Posadas y la Alianza que regresa
Por Oscar Trotta
En los primeros meses del año 2000, entrando al nuevo siglo, la Argentina de la Alianza gobernada por el radical Fernando De la Rua, decide la intervención del hospital nacional “Profesor Alejandro Posadas”.
Para ello, Héctor Lombardo, uno de los peores ministros de salud ( junto a Graciela Ocaña) que tuvo la Argentina en el siglo XXI, designa un triunvirato “normalizador” integrado por Miguel Saguier, Ignacio Katz y Nestor Sciarrotta, todos médicos, todos aliancistas, todos ajustadores. Durante la puesta en funciones de la comisión normalizadora, el ministro Lombardo les encomienda “conformar criterios que posibiliten establecer pautas organizativas de carácter general, antecedentes del personal contratado a cesar en el ámbito del organismo y establecer pautas presupuestarias en el marco de una gestión hospitalaria eficiente”.
La idea era una drástica reducción de personal que se llevaría a cabo en el primer trimestre de ese año, lo que en números significaba la cesantía del 20 % de la planta de personal, a lo que seguiría un recorte presupuestario, y finalmente una quita salarial a todos los empleados, en línea con el ajuste que sufrirían todos los trabajadores de la administración pública, junto a jubilados y pensionados. La estrategia incluía negociados con empresas tercerizadas, privatizaciones y licitaciones truchas.
Para llevar a cabo el plan de ajuste y ante el evidente conflicto que se generaría con los trabajadores, el triunvirato decide contratar al comisario retirado y torturador Silvio Calotto como jefe de Seguridad del Hospital. Colotto había sido torturador justamente en el centro de detención y torturas que funcionó en el mismo Hospital Posadas.
En agosto de ese año el Hospital Posadas sufrió un recorte presupuestario del 12 % en su ya exiguo presupuesto. Unos meses después los trabajadores estatales, jubilados y pensionados sufrirían un recorte en sus salarios del 13 %. La lucha de los trabajadores impidió el despido masivo de personal pero no pudo evitar la hecatombe que sobrevino en el hospital.
Hoy la nueva Alianza Cambiemos vuelve a intentar imponer un programa de ajuste, despidos y negociados. Como hace dieciocho años, nuevamente, se encuentra con la valiente e irrenunciable resistencia de los trabajadores. La salude pública no se recorta, se defiende.