El conflicto en Página 12: lucha salarial y reconocimiento gremial
Por Juan Cruz Guido
El diario Página 12 vivió varias etapas de conflictos laborales, con una histórica lucha por la representación sindical con la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Cuando la dirección del periódico la ejercían Jorge Prim, Hugo Soriano y Ernesto Tiffenberg, se conformó la Asamblea de Trabajadores de Página 12 en rechazo a la conducción de la UTPBA y sus negociaciones paritarias.
Luego la Asamblea se unión al reciente Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y con la venta y anexión del diario al Grupo Octubre, el conflicto continuó. El traspaso incluyo una “restructuración” del medio, que la Asamblea, en muchos casos, denunció como un ajuste con retiros voluntarios y eliminación de suplementos, en un contexto nacional, durante el gobierno de Mauricio Macri, de pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.
Actualmente, el conflicto recrudeció a raíz de la continuidad, y hasta profundización, de esa pérdida, en un contexto de inflación que golpea fuertemente y de manera central en la canasta básica alimentaria.
Por este motivo la conducción de la Asamblea, referenciada en el Sipreba, inició por resolución de los trabajadores un plan de lucha el 28 de abril, que sigue hasta hoy. El mismo incluyó paros y hubo días en los que el diario nacional no salió a la venta en su tradicional formato papel.
En el acta de la Comisión Gremial Interna SiPreBA, fechada ese día, se describe el escenario complejo de los trabajadores, que también incluye una precarización laboral encubierta dentro de la estructura del Grupo Octubre y por fuera de los convenios de prensa.
“Desde los primeros meses de 2016, cuando el Grupo Octubre conducido por Víctor Santa María compró Página/12, nuestros sueldos sufrieron una brutal depreciación”, comienza relatando el comunicado. “El castigo al bolsillo de los trabajadores que caracterizó al gobierno de Mauricio Macri se vio agravado en nuestro gremio por las sucesivas paritarias a la baja que Clarín, La Nación, Perfil y demás miembros de AEDBA le impusieron al sello de goma que conserva la personería gremial de nuestra actividad”.
Luego detalla la pérdida de poder adquisitivo: “El salario de un redactor de Página/12 que en 2016 estaba 42 puntos por encima de la canasta básica total, seis años después está 25 puntos, pero por debajo, es decir 25 puntos debajo de la línea de pobreza que fija el INDEC para una familia de cuatro personas”. Y explica el proceso de precarización laboral que se vive en el periódico: “Peor aún es la situación de redactoras/es y editoras/es de la web que Página/12 no reconoce como trabajadoras/es de prensa, registra como “administrativas/os” de la Fundación Octubre, afilia compulsivamente a un sindicato ajeno a su actividad (Utedyc) y ni siquiera les respeta el convenio que les impone por la fuerza”.
“Completan el cuadro de precarización un ejército de mal llamados “colaboradores permanentes”, que son en los hechos redactores precarizados obligados a trabajar a destajo, sin derechos laborales básicos (estabilidad, vacaciones, licencias, etc.) y con ingresos por debajo de la línea de indigencia”, remarca el comunicado de Sipreba.
Concluye relatando que “más castigados aún son los compañeros/as obligados a facturar, a quienes el Grupo Octubre considera “proveedores externos” pese que curiosamente proveen notas y fotos de prensa, el insumo sin el cual no existiría el diario”.
Si bien el diario volvió a salir, el conflicto sindical y laboral está latente. “Menos libros sobre Perón y más peronismo”, cierra el comunicado, con una frase que queda sobrevolando en un periódico que históricamente tuvo una visión contrahegemónica de los conflictos, por ejemplo, de los trabajadores.