Las tres fotos de Máximo y Axel, por José Cornejo
Por José Cornejo (*)
El 24 de marzo, Axel Kicillof se sumó a la movilización que organiza tradicionalmente La Cámpora desde la ESMA. En el túnel de Avenida Libertador, donde se canta, salta, festeja y la mística retumba y hace vibrar las paredes de hormigón, el gobernador se fundió en un abrazo con su anfitrión Máximo Kirchner.
Doce días después, el 5 de abril, la Central General del Trabajo de la República Argentina (CGT) regularizó las autoridades de su regional Oeste del Gran Buenos Aires. Asumió el tiunvirato conformado por José Medina de Camioneros, Walter Correa de Curtidores y Luján Cotone de los Docentes Privados. Pero la sorpresa fue que estuvieron el flamante secretario general de los metalúrgicos Abel Furlán, y nuevamente Kirchner y Kicillof.
Finalmente este viernes 8, es decir, apenas tres días después del acto gremial, la también flamante ministra ambiental de la Provincia, Daniela Vilar, realizó un acto de lanzamiento de su repartición. Con el Estadio Único como escenario de fondo, Máximo aplaudió efusivamente las palabras de Axel, dado que el titular del Poder Ejecutivo cerró el acto.
Como es sabido, las imágenes comunican. Y la lectura más evidente que transmiten es cortar con todos los rumores sobre un desencuentro irremediable entre los representantes más importantes de la línea política de Cristina Fernández de Kirchner. La división es funcional a quienes quieren demostrar que La Cámpora está incapacitada para gobernar y que son meros “consumidores de poder” de la figura de CFK.
Esta obsesión en esmerilar a ambos dirigentes permite entrever una oportunidad histórica. Néstor y Cristina Kirchner pensaron una generación de dirigentes para las próximas décadas. A juzgar por los resultados, ese proyecto sigue tan vigente como cuando fue pensada la organización, hace ya largos 15 años.
(*) Director de Agencia Paco Urondo