“Tenemos que movilizarnos porque podemos retroceder en conquistas que nos parecen imprescindibles”
Por Juan Manuel Ciucci
APU: ¿Cuál es la situación del Mocase – VC ante esta nueva coyuntura que se da en nuestro país?
Angel Strappazzón: Nosotros sentimos que no solamente el país, sino que la Patria Grande es nuestro territorio de disputa política, y de proyecto de otra sociedad, civilización, si se quiere; en eso somos muy generosos sobre la cuestión del horizonte. Y obviamente tiene sus consecuencias que hayan ganado las elecciones quienes son y han sido siempre durante casi 200 años, pongámosle 170 años, los que han gobernado de una manera u otra, los que representan a los agronegocios, la Sociedad Rural Argentina y sus socios. Entonces obviamente que fue una derrota, un golpe duro, pero no nos pasó lo mismo en Santiago del Estero. Porque el Movimiento tiene la concepción de que disputamos territorios, que son territorios políticos, una especie de geografía cultural que tiene que ver con una manera de gobernarse los parajes como unidades que tienen una trama histórica, son pueblos indígenas que también tienen una cuestión campesina en el modo, en la tecnología, en el sistema de producción. Porque el campesino no es que sea una identidad de raza, de pueblo, o de cultura o de etnia; es una manera de producir, una manera de estar en el campo, una manera de producir alimentos.
En ese sentido nosotros crecemos, territorialmente. Estos 12/14 años tuvieron que ver porque sin ninguna duda si vos tenés un Estado que tiene un gobierno (nosotros tenemos una concepción de Estado por la cual somos parte del Estado, somos la parte de la sociedad civil diría Gramsci) que alienta, que abre puertas, que oxigena, que brinda créditos, que devuelve a través de financiamientos apoyo a ese tipo de construcción, no solamente tecnológica sino organizacional. Porque también vimos que fue un gobierno, el de Néstor y Cristina, que apoyó la cuestión de los procesos asociativistas, organizacionales, políticos, no solo sociales, de los movimientos tanto urbanos como rurales. Con sus falencias, sus debilidades, sus pro y sus contras, que todos lo tienen, porque lo humano está teñido de oscuridades, sombras, luces y aciertos. Tuvimos un despliegue en leyes, que nos facilitaban habilitaban, empoderaban, que nos daban un marco de respirar más relajados en la construcción. No con esa tensión que tiene el hecho de que un gobierno no termina de tener una decisión política de políticas públicas para que estos sectores de los pueblos indígenas, campesinos, pescadores artesanales, pastores, artesanos, las industrias artesanales rurales, urbanas, villeras o barriales, tengan un desarrollo propio, incluso autónomo. En algún sentido independiente de la orgánica del partido o el frente político que gobierna, sin ninguna duda que significó un parate muy grande.
APU: En ese marco, ¿cómo ve las acciones, las posibilidades de los movimientos sociales?
AS: Hay que ir mirando en estos meses, nosotros nos hemos incorporado a la CETEP, que está teniendo algunas conquistas mismo con este gobierno, está reteniendo conquistas que tuvimos en estos 10/12 años. Está siendo reconocida por un gobierno que es neoliberal, con la transferencia de ganancia de la renta agraria, minera y petrolera, rentabilidad que ha sido retransferida a los sectores ricos y retirados de todos estos canales, tejidos, redes, que se han construido para el armazón de una sociedad que tenga una mayor justicia, dignidad, superación de situaciones de pobreza.
Se ha vuelto duro, complejo. Quizás no tanto como lo que teníamos en el ´97-´99, que fueron años tremendos, terribles, de una devastadora aplanadora de los sectores más concentrados. No es que no hubo crecimiento de los sectores concentrados, incluso de la tierra, durante el gobierno de Néstor y Cristina, pero sin ninguna duda también nos vieron, nos miraron, nos reconocieron, nos respetaron. Que no somos solamente un objeto de beneficencia, sino que somos sujetos de desarrollo económico. Y todo esto está siendo puesto en tela de juicio ahora, porque no es casual que la Secretaría de Agricultura Familiar tiene un tembladeral. Ha renunciado su secretario, que venía de sus costillas, de un peronismo consustanciado con la fuerte apuesta capitalista y de los agronegocios, que simpatiza con esos sectores. Impulsaba una agricultura familiar más vinculada a las grandes cadenas agroindustriales y de los agronegocios, en vez de tener una autonomía de procesos económicos como economía popular, más vinculada a mercados locales. Todo esto ha quedado en disputa nuevamente, no te digo que tenemos que empezar de cero porque no se animan a retroceder tanto, pero tenemos que movilizarnos dura y fuertemente porque podemos retroceder en conquistas que habíamos tenido y que nos parecen imprescindibles, estratégicas y centrales.
APU: ¿Cuáles son esas conquistas?
AS: Podemos hablar de la Ley de reparación histórica de la agricultura familiar campesina, la Ley de bosques, el respeto a nuestros recursos naturales, la Ley de los pueblos indígenas y relevamiento indígena territorial. En nuestro caso logramos el reconocimiento de casi un millón de hectáreas, pasamos de un 9-13% dela tierra para los campesinos luego del genocidio militar, ahora estamos en un 20% de tierra y territorio en uso, y en nuestra responsabilidad. No quiero hablar de propiedad porque nosotros tenemos una mirada muy diferente, novedosa sobre lo que significa la vinculación con el territorio y la tierra. Con una clausula nominal a través de un título de propiedad comunitaria, colectiva. Estamos pensando que preferimos que la tierra sea como los ríos, que pertenecen a l Pueblo argentino, como los ferrocarriles, los costados de los ferrocarriles, sus casas, no tienen títulos. Cuando se privatizaron, en estos pueblos se tomaron esas casas. Nosotros decimos que las tierras de los campesinos capaz que lo mejor sería que sean títulos nacionales, que sean del Estado nacional, con una cláusula que sean usufructuads con un objetivo del suma causal, esto es, producción de alimentos para mercados locales, para garantizar alimentos para las comunas cercanas.
No tendríamos ninguna objeción de tomar esas cláusulas que se utilizan para arroyos y ríos, para que se consideren así nuestros territorios, nuestra tierra. Con una identificación de quienes las pueblan, la habitan, en cuanto a apellidos, agrupaciones, identidades. Creemos en el compartir la tierra con la república. Es una modalidad que está empezando a darse en nuestros debates, porque con títulos de condominio ahora pero que se pueden vender, decimos que queremos tener una cláusula que imposibilite la venta a los hijos que eligen ser capitalistas y se quieren desprender de su pedazo de tierra y nos joden nuestro proyecto. Clausurar esa posibilidad, “a vos te gusta el capitalismo, bueno, anda a laburar, y compra tierra cuando la puedas comprar, pero adonde nosotros estamos no”. El mundo que se viene, las repúblicas que se vienen, son la revolución jurídica, que no ocurrió diría Víctor Hugo en “Los miserables”, luego de la revolución francesa. Nos falta lo que creo que Cristina quiso hacer, y se le vinieron con todo, fue más duro yo creo que la cuestión de la renta agraria. Como se le vinieron los jueces y el poder judicial cuando dijo por qué no pueden ser elegidos los jueces, las magistraturas. Yo diría por qué no pueden ser elegidos los policías y los militares democráticamente, al menos sus jefes.
APU: ¿Cuál es la situación en la provincia?
AS: Hemos avanzado no sólo territorialmente, sino también en nuestra capacidad de tener cartas en la manga para negociar políticas públicas. No sólo a los poderes ejecutivos, sino también a poderes legislativos, y al judicial. En Santiago del Estero, nos sorprende la capacidad de posicionarse del gobierno, que no le debe ser fácil, de Claudia Zamora en todo este espectro llamado Frente Cívico. Porque ha sostenido y sigue sosteniendo, y está siendo muy cuestionado y tiene serias dificultades, en todo lo que se llama la mesa de diálogo, la mesa de tierras, todos estos mecanismos de negociación de justicia, de acceso a la tierra. Está siendo seriamente cuestionado por el gobierno nacional, y existen embates de diversos sectores, a mi manera de ver anacrónicos, autoritarios, poco leales en lo que es la disputa democrática de un país. Ellos que se preciaron de eso y tuvieron sus voceros durante 10 años, sobre todo a partir de Cristina, léase por machismo o porque se iba corriendo más hacia un proyecto que se alejaba cada vez más del capitalismo clásico, o del temor de que se aleje de eso hacia algo nuevo. Que no llevaba ningún nombre, pero era una sociedad más justa, con mayor distribución de la riqueza que se produce. Este es un gobierno que estuvo vinculado a ese proceso de 10/14 años y que está siendo puesto en jaque. Ellos obviamente tienen que tener una posición de negociación, de diplomacia, y de mucha astucia e inteligencia política. Nosotros como movimiento no vamos a hacer ni artífices ni cómplices de que se lo debilite. No es ellos o nada, pero tampoco creemos que ellos sean iguales a los candidatos que ahora nombra el PRO. Ellos son muy distintos, muy necesarios, muy convenientes y disputables como movimiento de lucha por la tierra, de producción de alimentos. Y tienen sensatez, y tiene disposición.
APU: ¿Cómo viene la construcción del partido político?
AS: Está trabajando un equipo jurídico y político en el tema de los estatutos, y de las normativas que pide el colegio electoral para el reconocimiento y la aprobación del partido político. En este momento ya tenemos las fichas de adhesión, y nos sorprende porque ya tenemos muchas más de las que habíamos pedido, hemos superado largamente las 4000 que debíamos tener. Nos sorprenden los sectores que nos piden ser parte del partido, como miembros o como apoyo. Tenemos en nuestro estatuto que sea un partido realmente democrático, y democratizador hacia adentro, y que no sean elegidos los candidatos en los pasillos y a dedo. Sino que se discuta, que los candidatos internamente presentes sus propuestas, sus capacidades, sus equipos. Así como Mocase Vía Campesina demostró su democracia como movimiento, que el partido lo haga hacia adentro y hacia la sociedad. Estamos preparando un documento sobre democratización, que quizás puede provocar algún cimbronazo lo que vamos a decir sin mencionar ni critica a otros partidos que han perdido esa tradición democrática. Vamos a decidir con mucha rigurosidad los pasos a seguir no sólo en candidatos, sino también en programas, en conducta, en ética política y en despliegue en la ciudadanía de hacer conocer el partido, y qué pretende .
El documento en el que estamos trabajando tiene nueve ejes de propuestas concretas que queremos desarrollar en torno a la soberanía alimentaria; al acceso a la tierra; cruzar la cuestión de la educación con la salud y las industrias milenarias, como los tejidos, las carpinterías, los trabajos en cuero, en la arquitectura cómo se trabaja con la piedra o el adobe; la música y el arte, que es muy poderoso en Santiago del Estero; el deporte, no sólo el fútbol sino también el básquet, que tiene mucha importancia en la provincia; el entramado de los mercados de alimentos locales; de construcción de herramientas e instrumentos.
Y luego tenemos un apartado que tiene que ver con las vinculaciones con otros territorios nacionales, latinoamericanos e internacionales. Nosotros decimos que las provincias no tienen por qué estar atadas a la cola de nadie, la cuestión de los acuerdos y convenios impulsarlos a niveles regionales. Ver la relación con países limítrofes como Bolivia, Chile, Paraguay, el Brasil del sur, el mundo andino tiene una vinculación muy fuerte con Santiago del Estero, donde se habla el quichua, por ejemplo. Y otro aspecto que tiene que ver con un fuerte componente de trabajo científico, tecnológico y de matriz industrial, energética. Creemos que hay que apostar fuertemente a la investigación, para saltar de las industrias con chimeneas contaminantes a la industria sin contaminación.
APU: ¿Y por qué la decisión de crear un partido político?
AS: Eso nos ha llevado diez años de debate, no quiero desplegar ahora todo eso en una nota. Un argumento que ha sido impresionante del lado nuestro, del campesinado, es que no queremos ser furgón de cola de nadie, nuestros campesinos en sus comunidades los días domingos de elecciones son muy activos, se han dado cuenta que nosotros finalmente hacemos ganar y perder a los candidatos, y por qué hacemos ganar y perder a los otros y no a nosotros. Por qué no los indígenas, los campesinos, los pescadores artesanales, de una vez por todas. Este es el argumento que nos daban, que esto lo sabemos hacer, esto otro también. Sabemos hacer caminos, riegos, casas, alimentos, sabemos vincularnos, relacionarnos, hacer discursos, podemos ser diputados, sabemos gobernar nuestras comunidades. Entonces tenemos que gobernar, porque hay que gobernar. Porque el poder es nuestro también, tiene que ser nuestro, lo tenemos que hacer nuestro. Por ahora son las formas de gobernar los pueblos, los países del mundo. Obviamente que nosotros en nuestras formas debemos ir pensando que lo republicano se empieza a agotar, tiene que pensarse en una democracia más participativa y directa. Nuestro partido tiene que hablar de llamar a una asamblea constituyente, no sólo en Santiago del Estero sino en el país. Porque no lo haremos solo en la provincia porque necesitamos otras tres y las tenemos para crear un partido nacional. Y porque hubo errores estratégicos centrales que nos cuentan compañeros muy próximos a nosotros en estos últimos 40/50 años, que creen y están convencidos que si Agustín Tosco y muchos otros de ese momento hubieran dado el paso político y construido un partido político la Argentina quizás no hubiera tenido los derroteros de sangre, dolor, represión y muerte que transitó.