Una crónica sobre "Resistiendo con Aguante"
Por Jorge Giordano
La ola de medidas y decretos destinada a desmontar el kirchnerismo simbólico y real no pasa inadvertida. Los despidos en el sector privado y público son respondidos con protestas y algunas de estas protestas con represión. En paralelo a estos conflictos, se convocan marchas semanales -como mínimo- para manifestarse contra la intervención del AFSCA, los despidos en el Centro Cultural Kirchner, los nombramientos de jueces por decreto. Apareció también una nueva modalidad de manifestaciones denominadas "plazas del pueblo", en la que Martín Sabbatella y otros referentes recorren distintos puntos del país para hablar con simpatizantes kirchneristas.
Si bien existe un acompañamiento de la militancia organizada, el sujeto político que vertebra estas expresiones parece nuclearse en torno a "Resistiendo con Aguante", el megagrupo nacido en Facebook en ocasión del último balotaje.
El miércoles 6 de enero "Resistiendo..." organizó y encabezó una manifestación frente al Congreso para lograr la convocatoria a Sesiones Extraordinarias. A las 21 horas todavía quedaban discutiendo cientos de personas. En el medio de un círculo, debatiendo con ellos, se encontraba Andrés "El Cuervo" Larroque, integrante de la conducción nacional de La Cámpora.
"¿Cuándo van a venir los dirigentes a marchar con nosotros? La gente se desgasta", increpa una señora. "Nosotros estamos acá y también haciendo varias cosas a nivel legislativo, pero existe un gran bloqueo mediático", contesta el dirigente.
Cada vez se acerca más gente al círculo. La composición es heterogénea: a diferencia de las organizaciones ya existentes, no predomina la juventud. Muchos se agrupan por barrios o municipios, establecen referencias internas y ya se reúnen con otras organizaciones militantes del kirchnerismo.
Otra mujer con remera de "Resistiendo con Aguante" no llega a distinguir quién habla y pregunta si es "el Cuervo".
- Qué bueno, ya estuvimos hablando con él y nos contó lo que vienen haciendo, pero el macrismo obstaculiza todo.
Un muchacho más joven se acerca y la interrumpe:
- ¿Resistiendo con Aguante? Basta de Facebook, tenemos que meter 200 mil personas en la plaza.
- Yo me metí por Facebook hace un mes y medio y acá estoy, y donde trabajo somos cuarenta más. Es positivo que el Cuervo esté acá, hablando con nosotros y marchando.
Los presentes se agolpan, el círculo se va cerrando y los recién llegados no alcanzan a escuchar la discusión. Una señora mayor grita desde afuera: "¡abran el círculo, organicémonos así participamos todos!". El círculo se transforma en un pasillo y más personas se incorporan al debate.
"Mi conducción es Cristina Fernández de Kirchner", dice el Cuervo, y todos aplauden. "Tenemos que contener a todos los sectores, inclusive a aquellos que votaron a Macri y ahora se ven desilusionados. Hay que ir a convencer casa por casa. Tenemos que tener en vista las elecciones de 2017, faltan dos años".
Otra señora se impacienta: "¿Pero mientras qué vamos a hacer, ¡Macri sigue sacando decretos! ¿va a dar de baja las elecciones por DNU también?". Otro hombre la reprueba: "es una exageración eso, no puedo creer que digas esa barbaridad".
Los militantes orgánicos, como tales, son fieles a sus conducciones. Sus impaciencias, hasta ahora, se manifiestan por dentro de los canales habituales. Resta esperar la reacción de las bases sindicales si las negociaciones paritarias no empardan el aumento de precios, o empeora la ola de despidos en el sector público y privado.
El bloguero peronista Abel Fernández considera que esta oleada de militantes espontáneos, al organizarse, puede resultar decisiva en la conformación del peronismo que viene. Mientras tanto, estos nuevos militantes son observados con resquemor por militantes organizados. "Son fanáticos de Cristina", critican algunos. A pesar de eso, las organizaciones terminan acompañando sus convocatorias impulsivas e incluso reconocen su iniciativa.
Mientras circulan presuntos mensajes de Carlos Zannini u Oscar Parrilli pidiendo calma hasta febrero o marzo, los militantes de Resistiendo con Aguante desbordan las estructuras vigentes. Resta saber si su conformación se estabilizará en el tiempo, y si reconocerá un nivel de conducción inferior al de Cristina Fernández de Kirchner.