Visibilizar la realidad social: romper el silencio
Por Juventud Sindical Peronista
Este barrio es denominado “barrio más barrio”. El barrio se divide en barrio más uno y barrio más dos. Grandes cantidades de compañeras y compañeros resisten a la pobreza y la desigualdad. El silencio es el grito de estas familias cuando sus voces no son escuchadas, cuando sus reclamos son ignorados.
Tan solo basta ir al barrio y enfrentarse con la otra cara del capitalismo.
Generalmente los ranchos son de chapas y algunos ni siquiera tienen el cimiento, si tenemos en cuenta que la salud de les individuos y las comunidades depende en gran parte del medio ambiente en el que crecen y se desarrollan, no se puede ignorar que las características de la vivienda determina en parte el desarrollo de enfermedades vinculadas a patologías principalmente respiratorias (produciendo muchas enfermedades respiratorias), esto hace que los días de lluvia “se llueva todo el rancho” y se moje lo poco que tienen. Las calles son de tierras lo que provoca en días de lluvia que sean intransitables tras el barro que se forma y que las propias familias no puedan salir de sus casas. Se calefaccionan a garrafa, leña o estufa, esto hace que en ocasiones se provoquen incendios.
Exponemos la peligrosidad de los ranchos de chapa al límite de la vía del ferrocarril y el riesgo que corren niños y familias debido a la precariedad de la electricidad: cables pasando por arriba de las vías, por conexiones generadas por las mismas personas del barrio. Se propone formalmente la previsión de generadores para evitar consecuencias peores como la muerte de algunos de ellos producto de esto.
Consideramos desde la secretaria de acción social de la juventud que donde existe una necesidad, hay un derecho no cumplido, un derecho violado, poniendo en énfasis el derecho a vivir en condiciones dignas, en tener una mejor calidad de vida. Los derechos humanos para estas personas se ven vulnerados. Por estos lados estos derechos vulnerados aparecen entre ligaduras de cable y roturas de caños y este exterminio ni siquiera es considerado como delito contra la humanidad. Ojalá no hubiera gente hacinada en estos lugares.
¿El municipio donde está?
Destacamos que a pesar de las circunstancias en las que viven y en tiempos difíciles la solidaridad entre los vecinos salva y es lo que hoy los mantiene vivos.
Hacer visible la realidad social de los barrios populares hoy es nuestra tarea, nosotros queremos romper el silencio.
Estuvimos nuevamente en Barrio más Barrio compartiendo una olla popular con 300 familias de este sector. Pero con esto solamente no alcanza, la desidia que hay en estos barrios nos lleva a instar al municipio que se ocupe de estas compañeras y compañeros en total estado de abandono.
Agradecemos a los gremios que hacen esto posible.