GTA 5: cómo triunfar en tiempos de lumpencapitalismo
Por José Cornejo
¿De qué van los juegos Grand Theft Auto (GTA)? Uso y abuso de autos, motos, bicicletas, barcos, aviones, helicópteros, tanques de guerra y un largo etcétera, sexo pago, robo pero principalmente destrucción de lo ajeno, y por sobre todo, volverse – al decir yanqui – malolientemente rico.
Rockstar ha apostado desde la primera versión a la provocación. En primera persona, el jugador puede optar entre cumplir misiones (y ascender en la jerarquía criminal) o vagar libremente en escenarios prácticamente infinitos. Cada GTA se desarrolla en una ciudad estadounidense con nombre parodiado: Vice City (“Ciudad del vicio”) es Miami; Los Santos es Los Ángeles; San Fierro, San Francisco y Liberty City, Nueva York. El mapa de juego copia a través de imágenes satelitales la diagramación verdadera de las ciudades.
Una trama que se repite: un ex convicto que sale de la cárcel, sin trabajo, que se encuentra ante necesidades apremiantes (como por ejemplo la enfermedad de familiares cercanos) y cuyo circuito social lo reinserta rápidamente en el oficio criminal. Y por lo general, en la cúpula de ese sistema delincuencial está la policía estatal, fiscales y jueces, que no lo dejan salirse.
Si bien en la saga aparecen algunos concejales o sindicalistas corruptos, no es un juego antipolítico. Simplemente porque no existe lo colectivo. El nivel más alto de solidaridad es el que se da entre una pandilla, y por periodo fugaz. El GTA V innova en el sentido que el jugador maneja tres personajes a la vez. Y también respecto del exconvicto: uno de los protagonistas triunfó, es una suerte de Tony Soprano agobiado por la vida familiar. Otra novedad: las ganancias pueden blanquearse en una ¿ficticia? Bolsa neoyoequina (NYSE).
La apuesta musical es otro acierto. En el caso de GTA Vice City, al subirse a cualquier auto, el jugador elegía sintonizar entre distintas radios con clásicos de los 80. En GTA San Andreas, ambientada una década más tarde, las canciones eran de los 90. Se destacaba el himno de los Guns N`Roses, Welcome to the jungle, que describía qué sociedad construía el capitalismo noventista.
Con un costo de 266 millones de dólares, la nueva versión de GTA sobrepasó a la película más cara de la historia, El hombre araña 3 (u$s 258 millones). Es otro hito donde la industria de los videojuegos derrota al cine, cuya facturación anual en Estados Unidos ya es dos veces superior.
El buque insignia de la industria es la última versión una saga de la empresa Rockstar Games. Contra lo que su nombre indica, el GTA V no es el quinto juego dado que tuvo ediciones especiales de cada edición, alcanzando en total 15 GTAs distintos en el mercado (una versión fue cancelada).
GTA convoca no solo por sus efectos técnicos, hay que considerar que solo las máquinas más modernas están preparadas para soportarlo. Entre líneas, GTA entrega el certificado de defunción del sueño americano y de una clase media que ascendía socialmente esforzándose mucho. Acá nadie triunfa por las buenas.