Un baño de realidad para el campeón
Por Matías Fabrizio
Viernes
La historia se abrió el viernes con tres partidos. Casualmente, jugaron los últimos dos campeones (San Lorenzo, del Torneo Inicial 2013, y Vélez Sarfield, de la Supercopa Argentina 2013) y Arsenal, quien jugó frente al Fortín la final de esta última. El primer juego fue entre Estudiantes y el equipo de Gustavo Alfaro, en el Estadio Ciudad de La Plata, con triunfo para el equipo de Mauricio Pellegrino, por 1-0, con gol en contra de Diego Braghieri. Vale destacar que el Pincha no contó con la “Bruja” Juan Sebastián Verón, sancionado. Luego vino el 0-0 entre Vélez y Tigre, con el debut oficial del “Turu” José Flores como director técnico, en un José Amalfitani vacío por sanción, y cerró la jornada San Lorenzo, que dio la nota con su derrota en Bahía Blanca frente Olimpo, 2-0.
El Ciclón no se guardó nada; su flamante DT, Edgardo Bauza, puso en cancha a Leandro Romagnoli, Ignacio Piatti y Angel Correa, detrás de Nicolás Blandi, única referencia de área, con la dupla Juan Ignacio Mercier-Néstor Ortigoza en el centro. Desde el parado táctico no hubo grandes cambios con respecto a la propuesta de Juan Antonio Pizzi. No obstante, antes que ahondar mucho en el funcionamiento, bien vale simplificar la cuestión: San Lorenzo falló grosso en el fondo y Olimpo aprovechó. El primer gol es una pifia importante entre los centrales Pablo Alvarado y Santiago Gentiletti (expulsado luego en el segundo tiempo), tras la que Ezequiel Miralles abrió el marcador. Luego Iván Furios marcó el segundo de cabeza. Ojo con el aurinegro: ganó también los últimos cuatro juegos del torneo pasado, por lo que lleva cinco victorias en fila.
¿Por qué el título habla de “baño de realidad”? Porque San Lorenzo tiene buenos jugadores, se reforzó bien y viene de ser campeón. Todo eso es cierto. Pero también lo es que ganó el Inicial 2013 con 33 puntos (récord histórico “negativo”) en un torneo con pésimos rendimientos de Boca y Vélez, con Lanús abocado a la Copa Sudamericana y con un Newell’s víctima de un bajón increíble de ocho partidos sin ganar; que ganó 9 partidos de 19; que los últimos tres partidos del torneo los empató; y que así como terminó primero, dos fechas antes del cierre, todavía podía quedar quinto. Y así y todo, se habla de la Copa Libertadores como un objetivo real para el Santo de Boedo... La materia prima está: jugadores, DT y dirigencia ordenada. A lo mejor esta derrota les acerca los pies a la tierra un poco y hasta termina siendo positiva el día de mañana.
Cambiando de partido, el equipo de Liniers no pudo romper el planteo táctico de Fabián Alegre, que paró a Tigre con dos líneas de 4, con Diego Castaño en el centro de la cancha, salida por los costados y con Matías Pérez García acompañando a Pablo Vitti primero y Ariel Nahuelpán al final. Habrá que ver si jugando como local, o visitando a equipos menos poderosos, Tigre pone a algún otro jugador de ataque para que el zurdo Pérez García (hay pocos 10 habilidosos como él en el fútbol argentino; a disfrutarlo antes que emigre) no esté tan solo en la creación, si bien las oportunidades no le faltaron al Matador.
Los del “Turu” Flores intentaron tener la pelota y tocar; no van a modificar el libreto con el que lograron tanto con Ricardo Gareca al mando. Un mediocampo joven y de buen pie, cuatro jugadores con buen presente y mejor futuro (Alejandro Cabral, Lucas Romero, Agustín Allione y Héctor “Tito” Canteros), es lo mejor que el “Tigre” le ha dejado de herencia a su ex ayudante de campo. El caso de Vélez es uno de los dos o tres en los que se puede hablar de un “equipo que sale de memoria”, como le gusta al Coco Basile, ya que a la línea de volantes se le suma una defensa que rara vez cambia de nombres y un ataque también consolidado. A tener en cuenta: el Fortín fichó a Roberto Nanni, centrodelantero surgido de las inferiores, de 32 años, que viene del Atlante de México. Será su 3er ciclo en el Amalfitani.
Sábado
En la noche del sábado, Racing Club se abusó de los horrores de un muy mal Colón y, con más contundencia que otra cosa, se despachó con un 3-0 clarísimo. No sería coherente ilusionarse con este arranque, porque el Sabalero está realmente en la mala: en zona de descenso y con la crisis institucional de fines del año pasado todavía dando vueltas. Igualmente, la Academia de sufrir sabe bastante, así que esta victoria, no muy brillante pero cuanto menos color “Mostaza”, le cae como anillo al dedo. Hay que reconocer que a Merlo hubo cosas que le salieron bien: apostó por Valentín Viola, y la clavó de chilena; también por Gabriel Hauche, y metió el segundo; decidió dejar a la joyita Luciano Vietto en el banco para llevarlo de a poco, y marcó el tercero sobre el final.
Godoy Cruz cayó en La Paternal, en la vuelta de Claudio Borghi y Leonardo Pisculichi a Argentinos Juniors. El Tomba está complicadísimo, ya que después de ser animador de algunos torneos y mostrar buenas cosas en tiempos de Omar Asad o Diego Cocca en la conducción técnica, en los últimos años pierde más de lo que gana, por eso está último en la tabla del descenso. Casualmente el Bicho tenía los mismos puntos que los mendocinos, pero con este triunfazo ganó un poco más de aire, aunque sigue en zona de descenso (se ubica 18vo).
Cuatro puntos arriba de Argentinos está All Boys, y cinco arriba del equipo de Floresta, se ubica Atlético de Rafaela, siempre mirando en la tabla acumulada del promedio. El Albo y la Crema, justamente, se enfrentaron en Santa Fe y repartieron puntos, con un muy lindo gol de Depetris para los locales y otro de Javier Cámpora.
El descenso va a estar interesante: entre Godoy Cruz, último, y Estudiantes de La Plata, 12do, hay menos de 20 puntos de diferencia. Es decir, hay casi diez equipos que en este sentido no pueden regalar nada y, en una de esas, de tanto esfuerzo por escaparse de abajo, al final se encuentran entre los de arriba.
Domingo
En otro contexto, Newell’s recibió a Boca en el Marcelo Bielsa. La Lepra, con Gabriel Heinze en el banco, con Diego Mateo como marcador central improvisado, y con el debut de Ever Banega. El Xeneize, con un golpe táctico de timón de Carlos Bianchi, dejando a Luciano Acosta, el pequeño enganche que jugó todo el verano, entre los suplentes, y poniendo a Cristian Erbes de 8, para presentar una doble línea de 4, desechando de momento el 4-2-3-1 que probó en la pretemporada.
El primer tiempo se lo repartieron, mostrando buenas cosas ambos equipos cuando fue su turno de dominar. Empezó el equipo de Alfredo Berti, llegando con mucha gente como es habitual: laterales casi de extremos, Lucas Bernardi y Banega plantados en el centro distribuyendo, y Maxi Rodríguez alternando las bandas para complicar a los dos laterales de Boca, Hernán Grana y Nahuel Zárate, que volvieron a exhibir problemas en la marca, como en los amistosos de verano. Con este repertorio Ñuls dominó pero le faltó profundidad, ya que David Trezeguet no contó con posibilidades muy claras de gol. Hay que decir que en una jugada, Zárate bajó a Maxi cometiéndole un claro penal, que el árbitro Mauro Vigliano no sancionó.
Cuando fue el turno de la visita, se vio tanto a Juan Manuel Martínez como a Emanuel Gigliotti haciendo bien las cosas. El Burrito encarador, desbordando por ambas bandas y causando peligro. El Puma llevándose a la rastra a cada defensor que intentaba pararlo cuando se tiraba a correr con espacios. Falló la última puntada. A lo mejor si Boca hubiera arriesgado algo más, podría haber abierto el marcador, ya que Juan Sánchez Miño era el único que se acercaba siempre a la delantera. En principio, no está mal un empate en cancha de NOB. Y tampoco está mal para los locales empatar con un grande. Sin embargo, los dos pudieron ganarlo, así que más allá de lo que se hable en la semana, habrá seguro una buena cuota de amargura en ambos planteles.
El último partido del domingo mostró a un River práctico, similar a lo que se vio en los superclásicos veraniegos, y un Gimnasia y Esgrima falto de variantes. Cerrando el primer tiempo, el equipo de Ramón Díaz se puso en ventaja con un zapatazo de Leo Ponzio (el arquero Fernando Monetti podría haber hecho algún esfuerzo más) y, durante el segundo tiempo, se dedicó a justificar esa diferencia de un gol. Con un bloque defensivo más que aceptable, con la línea de tres y el doble cinco, el Millonario aprovechó cada pelota recuperada para, con fortuna de espacios en el fondo tripero, hacer correr el tiempo. También podría haber hecho el segundo para liquidar la historia, pero a Fernando Cavenaghi, Teófilo Gutiérrez y Manuel Lanzini, el trío de ataque, les faltó precisión. Fue muy bueno el trabajo de Augusto Solari, carrilero derecho ante la lesión de Carlos Carbonero, sobre todo con la pelota en sus pies. El Lobo no pudo hacer diferencia con la presión y el esfuerzo, que son las banderas del equipo de Pedro Troglio. Los atacantes de Gimnasia no se conectaron, no pesaron en ataque y salvo alguna jugada aislada, no pudieron preocupar demasiado al fondo riverplatense.
Sin dudas, River Plate fue uno de los ganadores de la fecha, junto a Racing y Olimpo. El equipo de Núñez mantuvo una línea, muy por sobre lo que hizo el año pasado. Con mayor actitud y aprovechando situaciones (a pesar de que se merecía el segundo gol y no lo concretó). Clave Kranevitter en el medio, para liberar a Ponzio. Les faltaría un distribuidor, un Gago, Banega, Ortigoza, pero mientras los tres de arriba mantengan un nivel bueno, las jugadas de gol van a llegar.
La primera fecha la cierran esta noche Belgrano y Lanús en el Mario Alberto Kempes, a las 21.15hs. Con la presencia en la Copa Libertadores asegurada tras atropellar en el repechaje al Caracas de Venezuela (3-0 el global), el Grana arranca contra O’Higgins de local, el jueves 13, así que si frente a los Piratas los mellizos Barros Schelotto ponen un once inicial con mayoría de suplentes, que nadie se extrañe.
Todos los goles de la fecha (entrar acá)