“Hay una forma argentina de ser hincha de fútbol”
Por Enrique de la Calle y Horacio Bustingorry
APU: Estuvo un tiempo conviviendo con la barra de Independiente (en 2001). ¿Cuán importante es para los barras la violencia, el aguante físico?
Verónica Moreira: Es muy importante poder demostrar que tienen aguante, que tienen valor y coraje. Es una forma de constituir una identidad, tiene que ver con la propia pertenencia a la barra.
APU: ¿Cómo intervienen otros elementos propios del folklore de las hinchadas argentinas, como son las canciones, la “fiesta en la tribuna”, la fidelidad al club?
VM: Es parte de lo mismo. Son todos elementos que se valoran en una barra. El despliegue de la “fiesta” en la cancha es tan importante para el grupo como demostrar coraje ante hinchadas rivales. El aguante físico, el aliento permanente y la fidelidad, son componentes que forman parte de la identidad de la barra. No digo que siempre se pelean, pero es un elemento que tiene que estar. Lo vi cuando estudié la barra de Independiente: hay una demanda de los líderes, de los referentes en relación al aguante. La cuestión de la masculinidad es algo constitutivo de la barra.
APU: Trabaja el concepto de “hincha militante”. ¿Podría describirlo?
VM: Lo tomamos del investigador Eduardo Archeti, un pionero en este tipo de estudios sobre las hinchadas. Es el hincha que acompaña a su equipo, que lo apoya incondicionalmente frente a las adversidades. No es una categoría que usen los propios actores, pero a nosotros nos ha servido para identificar a un sector de los espectadores que asisten a los estadios. Son hinchas que no necesariamente se vinculan con las barras.
APU: Diríamos que un barra siempre es un “hincha militante” pero no todo hincha militante necesariamente se relaciona con la barra.
VM: Claro. En mi trabajo distinguí por un lado a la barra y después a los hinchas militantes. Puede ser un poco esquemática esa definición pero me sirvió para mi estudio. Por supuesto que hay vínculos muy fluidos entre esos dos grupos (los hinchas militantes viajan con la barra, se ubican cerca en los estadios y en algunos casos son personas que formaron parte de la barra).
APU: ¿Los hinchas militantes cómo se llevan con la violencia?
VM: No es un signo de su identidad. Pero hay toda una discusión ahora sobre la violencia en el fútbol. Desde los medios masivos hay una condena y estigmatización de la violencia de la barra. Otro tipo de prácticas violentas que tienen lugar en un estadio no se juzgan del mismo modo. Por ejemplo, no recibe la misma condena el que tira una piedra desde una platea. Estamos ahora analizando cómo se da la representación de la violencia en el fútbol en los medios.
APU: Las políticas públicas relacionadas con la seguridad acompañan esa lógica.
VM: Claro, son efectistas, se focalizan en las barras. Por eso se prohíbe a las hinchadas visitantes: se ve a las barras casi como animales, categorías que implican que el otro vive en la naturaleza, no en la cultura. Eso no ha llevado prácticamente nada.
APU: Con la suspensión de las hinchadas visitantes se da un fenómeno extraño: se celebra la medida desde una mirada seguritaria, mientras se termina con un hecho casi sin precedentes a nivel mundial. Esto es, que dos hinchadas puedan convivir en un mismo estadio de fútbol. Desde el punto de vista de una política democrática, es una aberración.
VM: Esto de ir de local y visitante es parte de la trayectoria los hinchas en Argentina. Eso es así. Me parece que la medida es contradictoria, va a contramano de la forma de ser hincha en la Argentina. Porque existe una forma global si se quiere de ser hincha y hay una forma específica argentina. Y tiene que ver con lo que se denomina folklore. Es muy fuerte eso.
APU: ¿Habría una forma específica argentina de ser hincha de fútbol?
VM: Tiene muchos elementos. Por un lado está todo lo que tiene que ver con las hinchadas. Después está la forma en que se organizan los clubes, que son sociedades sin fines de lucro que eligen autoridades mediante la participación de sus socios. Además, en muchos casos se trata de clubes sociales, es decir, instituciones que ofrecen todo tipo de actividades. Eso ayuda también a que el hincha se apropie de una institución. Eso genera un sentido muy fuerte de pertenencia.
APU: En relación con esa “forma argentina de ser hincha”. ¿Qué deberían hacer las políticas públicas en relación a eso? ¿Respetar y acompañar esa forma? O en cambio, avanzar sobre ella para ir hacia formas más globales de ser hincha y que se suponen menos violentas: pienso en los estadios europeos, con todos los hinchas sentados sin hacer lío.
VM: Eso no es tan fácil de aplicar acá. El hincha generaría una resistencia hacia esas formas más “modernas”.
APU: ¿Ve que desde el Estado se quiere avanzar en ese sentido?
VM: Sí, también han avanzado algunos clubes, que resignan espacios para los hinchas de la popular en pos de la creación de plateas y palcos VIP. Se busca convertir al hincha en consumidor, como en Europa. Pero no es fácil que eso ocurra. Los hinchas van a resistir. Sí quiero agregar que el tema de la violencia es un tema complejo que obliga a pensar en muchos actores, muchos de los cuales no suelen aparecer en los debates públicos sobre la violencia.
APU: Hablaba de la capacidad de resistencia de la cultura futbolera. ¿Cree que va a poder resistir la actual prohibición a las hinchadas visitantes?
VM: No sé qué va a pasar. No está claro tampoco qué quieren hacer las autoridades con esa medida, si la piensan de corto plazo o no.
APU: Usted estudió las barras en 2001. ¿Cambiaron ahora?
VM: A veces me pregunto si no hay una mayor visibilización de los grupos que se pelean. Antes también se peleaban y había luchas de poder adentro de las barras. Dejo la pregunta si hoy no hay una mayor visibilización, a partir principalmente de los medios, de estos episodios.
APU: Una hipótesis con la que trabajamos es la siguiente: la violencia en el fútbol no se incrementó notablemente en el último tiempo, sino que aumentó su exposición en los medios de comunicación. Y algo más: para los hinchas la violencia en los estadios hoy es tan o poco problemática como lo era en los 80 y los 90. Que el problema de la violencia es algo que se le impuso desde afuera a la cultura futbolera. ¿Qué le parece esa idea?
VM: Es una pregunta que yo también me hago. Tendería a coincidir.Y también diría que ese discurso, el de mayor violencia en la actualidad, se está instalando también entre los espectadores.