“La salida es la protesta colectiva: la toma de conciencia de que nos roban el fútbol que es nuestro”
Por Juan Manuel Ciucci
APU: ¿Cómo perjudica al fútbol la televisación privada de los partidos?
Angel Cappa: Perjudica a la gente de menores o nulos recursos. A los que no pueden ir a la cancha y tienen que verlo por tv pero no tienen para pagarla tampoco. En definitiva perjudica a los que siempre el neoliberalismo castiga.
APU: ¿Qué concepto de privatización de lo popular cree que hay por detrás de este negocio?
AC: El concepto que hay es el de apropiarse de los bienes comunes. De los bienes que nos pertenecen a todos, para hacer negocios particulares con ellos. Nos arrebatan lo que es nuestro y se benefician unos pocos.
APU: ¿Cómo se les discute a quienes presentaban y presentan al fútbol televisado por la televisión pública como un “gasto”?
AC: El capitalismo no tiene en cuenta al ser humano como tal. Solo tiene un dios: el dinero. Que también es su argumento final. También para ellos la salud pública es un gasto, y la educación pública, y todos los derechos sociales y laborales. También, por supuesto, los derechos humanos.
APU: ¿Cuáles pueden ser las salidas ante esto?
AC: La salida es la protesta colectiva. La toma de conciencia de que nos roban el fútbol que es nuestro, y el reclamo consiguiente. Nunca el poder cedió un derecho voluntariamente.
APU: ¿Cómo analiza los modelos de Sociedades Anónimas Deportivas, pensando en su experiencia en España?
AC: Los clubes son de la gente, de los socios y de los hinchas. Las sociedades anónimas se crearon por decreto en España para, supuestamente, sanear a los clubes. Fue un fracaso. La mayoría de los clubes tienen graves problemas económicos y solo sirvió para negocios particulares.
APU: La última televisación privada en la Argentina había sido justamente aquella final bochornosa del Clausura 2009, donde le fue robado a Huracán el campeonato. ¿Cree que algunos de estos intereses económicos estuvieron por detrás del “error” arbitral de Gabriel Brazenas?
AC: Eso no lo sé. No puedo afirmarlo. Sí puedo decir que en ese partido se puso en marcha, una vez más, la maquinaria más tramposa y corrupta del fútbol argentino. No fue la primera ni la última y es una vergüenza que nunca en el fútbol argentino se investigó alguna de las muchas anomalías sospechosas.