Los asesinos: franceses, musulmanes y ¿de Al Qaeda?
Por Maximiliano Van Hauvart
El reloj de cualquier oficina debía marcar las once de la mañana en París. Corrine Rey había pasado a buscar a su pequeña hija por la guardería pero debía retornar a las oficinas de Charlie Hebdo para continuar con su labor de caricaturista bajo el seudónimo de Coco. Los minutos pasaban en el auto. Un día normal como cualquier otro hacia la rutina de todos los días. Salvo por un pequeño detalle: fuera de las oficinas de Charlie Hebdo en el bulevar Richard-Lenoir, dos hombres encapuchados con fusiles AK-47 y un perfecto uso del francés la obligaron a marcar la combinación de dígitos para ingresar a la redacción. Ella y su hija subieron con los dos hombres. Arriba, en la sala principal donde el director, los caricaturistas, los editores y los columnistas estaban trabajando desde hacía media hora. Ninguna de las dos mujeres podría creer lo que sucedió después de ese instante: nueve miembros de la redacción, un hombre de mantenimiento y dos policías fueron asesinados en un lapso de media hora. Corrine y su hija se ocultaron bajo una mesa a esperar que esos cinco minutos dentro de la redacción terminasen. Un saldo de once heridos se sumó a la mañana trágica en las calles de París. Francia estaba en shock. El mundo estaba en shock.
¿Qué fue lo que pasó? ¿Quiénes eran estos hombres? ¿Qué es el semanario Charlie Hebdo? ¿Cuál era la historia de esta revista? ¿Eran miembros de Al Qaeda, los asesinos? ¿Cuál fue la repercusión nacional e internacional?
Charlie Hebdo: pequeña historia de caricaturas y odios de muchos
El semanario Charlie Hebdo dio a luz a su primer número en julio de 1992. Su tinte ideológico era de izquierda progresista. A diferencia de sus experiencias previas como fue Hara-kiri-hebdo (1969-1981), esta nueva versión se posicionaba ideológicamente contra los sectores de ultraderecha de la sociedad francesa y tomaba una postura firme respecto a ciertas temáticas de la actualidad de aquel entonces. Criticó duramente a las tres religiones con más adeptos en el mundo por igual: el cristianismo, el judaísmo y el islam.
Pero todo cambio en 2006. Ese mismo año, la revista danés Jyllands-Posten publicó una serie de caricaturas sobre los doce teóricos musulmanes más importantes de todos los tiempos. En julio, el semanario Charlie Hebdo hizo réplica de dichas caricaturas. En febrero de 2007, un año después de la publicación danesa, la revista francesa debió enfrentar un juicio por “injurias públicas contra un grupo de personas en razón de su religión”.
Gran parte de los medios de Francia fueron duros críticos hacia los sectores musulmanes que habitan en Francia ya que consideraban a este proceso judicial como un ataque directo a la libertad de expresión. Los partidos de extrema derecha como el Frente Nacional de Marine Le Pen aprovecharon este momento para golpear duramente a las comunidades islámicas.
En 2011, el semanario publicó un número haciendo una caricatura de los partidarios islamitas de Ennahda, que se habían consagrado ganadores de las elecciones presidenciales en Túnez. Al poco tiempo de dicho lanzamiento, un grupo anónimo de individuos quemó las instalaciones de la revista con bombas molotov sin tener que lamentarse víctimas fatales. A raíz de esto, Stephannie Charbonnier tuvo que aceptar tener una custodia policial para evitar futuros infortunios. El día de la masacre, Charbonnier hacía un mes que no hacía uso de su custodia policial.
Los asesinos: franceses, musulmanes y ¿de Al Qaeda?
La investigación de la Masacre de Charlie Hebdo fue llevada adelante por la Sección Antiterrorista de la Brigada Criminal (SABC), la Dirección General de Seguridad Interna (DGSI) y la Subdirección Antiterrorista de la Policía Judicial (SAPJ). En conjunto, en no menos de tres horas, las fuerzas de la policía, la ciudadanía francesa y el mundo ya tenían el rostro, los nombres, las edades y las historias de los asesinos de Hebdo.
Los responsables y autores del crimen son los hermanos Said Kouachi (34) y Chéririf Kouachi (32), quienes vivían en el barrio 19 de París, junto al menor Hamyd Mourad (18). Estos fueron los individuos que irrumpieron en las instalaciones del semanario francés y se retiraron coreando: “Hemos vengado al Profeta” y “Dios es grande”.
El menor Hamyd Mourad se entregó a horas de la madrugada en la localidad de Reims ante la policía. El papel del menor en este atentado terrorista fue secundario ya que ayudó en las tareas de logística y escape de los hermanos Mourad.
Said Kourachi fue acusado y enviado a prisión en el año 2008 de formar parte de una célula de reclutamiento iraquí para ir a combatir en Medio Oriente. Corrine Rey, la caricaturista sobreviviente, sostiene, junto a otros ciudadanos que fueron testigos de la huida, que los sospechosos no habían dudado en expresar su pertenencia al grupo terrorista Al-Qaeda, quienes se adjudicaron el atentado del 11 de septiembre en los Estados Unidos. Ambos hermanos son buscados en las localidades cercanas a la frontera con Bélgica gracias al reconocimiento de un trabajador de una estación de combustibles en Villers-Cotterêts (80 kilómetros de París).
Las repercusiones, las movilizaciones, los atentados y la pena de muerte
El esclarecimiento de los hechos dio una dimensión al mundo del trágico hecho que aconteció en la ciudad de Paris. Mandatarios de toda Europa y América hicieron llegar su más sentido pésame a las familias de las víctimas y al pueblo francés. Hacia 40 años que Francia no experimentaba atentados de semejante magnitud y barbarie. John Kerry, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, hizo llegar sus condolencias pero también ofreció enviar miembros del FBI para colaborar con las investigaciones correspondientes al atentando.
El mandatario galo, François Hollande, junto a su custodia personal, se dirigió inmediatamente a la zona del hecho para estar al tanto de lo sucedido y ayudar en la organización de la investigación. Horas más tarde, mientras unas 100.000 personas inundaban la Place de la République con pancartas, rosas y velas en memoria de las 12 víctimas fatales de este hecho tan cobarde y desgarrador, Hollande pronunciaba ante la comunidad internacional: “La libertad es más fuerte que la barbarie”. Ante la tristeza de una nación consternada y en shock, Hollande llamó a la unidad nacional de los franceses. Decretó para el día siguiente duelo nacional y llamó a una reunión de emergencia con el Congreso y a los líderes de diversos partidos políticos. “Viva la República. Viva Francia”, sentenció el mandatario para cerrar su discurso.
Las redacciones de todo el mundo sumaron sus adhesiones bajo la consigna internacional: “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie). Le Monde Diplomatique publicó, en el día de hoy, la primera foto del interior de la sede del semanario donde se puede vislumbrar la sangre en el piso. A su vez, caricaturistas de diferentes países inundaron las redes sociales con dibujos de último momento sobre el atentado al semanario Charlie Hebdo. Una de las imágenes más virales fueron dos lápices parados y un avión negro que iba directo hacia uno de ellos aludiendo el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York en 2001. También fue viral la imagen con las palabras "Liberté, égalité y Fraternité" tachadas con un lápiz. O la imagen de un terrorista armado diciendo: “Él dibujó primero” y un miembro de Charlie Hebdo asesinado en el piso.
En las últimas horas, una de las figuras más controversiales de Francia, Marine Le Pen, cabecilla del Frente Nacional, partido político de extrema derecha que en las recientes elecciones legislativas consiguió el 27% de los votos posicionándose como primera fuerza más votada, sostuvo que debía implementarse la pena de muerte para personas que comentan hechos barbáricos como los que acontecieron ayer a Francia y al mundo.
Víctimas de la Masacre de Charlie Hebdo
Stephanie Charbonnier, Jean Cabut , Georges Wolinski, Bernard Verlhac, Bernard Maris, Philippe Honoré, Michel Renaud, Mustapha Ourrad, Elsa Cayat, Frederic Boisseau, Franck Brinsolaro y Ahmed Merabet.