El aprendiz de brujo despertó la magia en Villa Lugano
Por Gabriela Bustos
Las actividades previstas comenzaron con una breve ceremonia en donde el cantautor junto al precandidato a jefe de gobierno porteño Mariano Recalde, homenajearon la memoria del político y poeta cubano José Martí.
Posteriormente se dio lugar a la clausura al concurso “Maravillosa Música” con la presentación de bandas finalistas de la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal: Nowhere Love (Escobar), Elisdid (Florencio Varela), En Conexión Verbal (Mar del Plata), Missouri Rock (Punta Alta), Che Popeyes (Ringuelet), Oesterheld (Chivilcoy) e Invenas Rock (Ciudad de Buenos Aires).
Más tarde los chicos La colmena del Sur interpretaron "Latinoamérica" de Calle 13, para darle luego lugar a Murumba, con la coplera Mariana Carrizo como invitada, quienes tuvieron la dicha de hacer el prólogo del concierto del cubano.
Otro de los momentos importantes de la jornada fue la distinción y reconocimiento al trovador con el premio Rodolfo Walsh de mano de la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata, Florencia Saintout.
Pasadas las 21.30 Silvio salió a escena y ofreció al amplio público presente un recital casi calcado de sus presentaciones en el Luna Park, y sumo algunos clásicos que hicieron encender la magia a la que nos tiene acostumbrado.
El artista estuvo acompañado por ocho músicos: Niueka González en flauta y clarinete; Rachid Abrahan en guitarra; Maykel Elizalde en trío trovarocco y tres; César Bacaró en bajo eléctrico; Oliver Valdés en batería; Jorge Aragón en piano; Jorge Reyes en contrabajo y Emilio Vega en vibráfono y percusión.
Empezó el show con canciones nuevas de un próximo, aunque sin fecha, disco “Amorios”, siguieron la presentación algunos de los temas que integran la tetralogía “Óleo de una mujer con sombrero”, que acompañado de precisas melodías de flauta y contrabajo, estremecieron la plaza.
Luego como no podían faltar se dio camino a sus canciones más populares para un público que terminó por entregar el corazón al brujo en la fría medianoche.
El concierto tuvo todos los condimentos del programa “Gira por los barrios” que el cantautor ha desarrollado en La Habana para presentar su música, acompañada de otras disciplinas artísticas, para los vecinos.
"Es justo sacar el arte de los teatros y llevarlo a los lugares más difíciles, a los barrios con problemas y con menor poder adquisitivo”, sentenció el músico recorría las pasarelas de los monoblocks de Lugano.
Una maravillosa jornada en las antípodas del centro de Buenos Aires, en medio de edificios iguales entre sí y un monótono gris, que culminó con una noche colmada de colores y magia.