Las puertas abiertas para una tercer intifada palestina
Por Guido Luppino
Desde el 1 de Octubre los palestinos generan protestas a diario, lo que ya mundialmente se está dando a conocer como una posible tercer intifida. Este término hace referencia a los levantamientos populares y civiles que tuvieron lugar en territorios palestinos, siempre contra la colonización sufrida. La primera intifada sucedió entre los años 1987 y 1993 con el objetivo de lograr apoyo internacional a su causa. Este primer levantamiento dio lugar al nacimiento de la agrupación Hamás, quien hoy gobierna la Franja de Gaza y a la vez es considerada internacionalmente como un grupo terrorista. La segunda intifada transcurrió entre los años 2000 y 2005, como resultado del fracaso de los Acuerdos de Oslo y Camp David.
Luego de los conflictos sucedidos en la mezquita de al-Aqsa entre fieles judíos y musulmanes, donde los soldados israelíes intervinieron para reprimir a los seguidores del islam, los levantamientos comenzaron tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania. Hoy en día los conflictos en al-Aqsa continúan ya que el acceso limitado persiste para los musulmanes, y en las últimas horas se ordenó la prohibición de miembros palestinos del Knéset, parlamento de Israel.
La restricción al acceso de la mezquita sagrada y a la oración, como la represión sufrida en el lugar, fue la gota que rebalsó el vaso y desencadenó esta nueva ola de protestas.
El accionar israelí
El Primer Ministro del Estado de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció el comienzo de una ofensiva contra los líderes políticos palestinos, acusándolos de ser promotores de los disturbios ocurridos en Cisjordania. Recordemos que son territorios palestinos ocupados por la fuerza militar israelí.
Las medidas tomadas por Israel no escapan a la naturaleza de un Estado que práctica la colonización desde antes de su formación, en el año 1948. Se tomó la decisión de rodear por completo los barrios de Jerusalén Este, donde se estima que viven cerca de 300 mil palestinos. En base a lo sucedido, las autoridades palestinas ya reclamaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el envío de protección para sus ciudadanos. Por su parte, el ministro de seguridad israelí, Gilad Erdan, se comprometió a “liberalizar” las leyes con respecto a la portación de armas de fuego, argumentando que los civiles ayudan en la lucha contra las protestas. A diferencia de las anteriores intifadas, se formaron milicias civiles por parte de los israelíes, que junto a la policía y al ejército, enfrentan a los palestinos.
Otra medida tomada por el gobierno implica la prohibición de la reconstrucción de las casas demolidas por el ejército, pertenecientes a los ciudadanos palestinos acusados de cometer ataques. Junto con esto se da la revocación permanente de los derechos de ciudadanía. También se está levantando otro muro separatista en el barrio palestino de Jabal al-Mukabbir, situado en Jerusalén Este, para separarlo de un asentamiento ilegal israelí.
A la par de estas medidas, se hace uso del monopolio sobre los servicios básicos, acrecentando más el bloqueo de los mismos hacia tierras palestinas.
Por último, y como muestra clara de la constante violación de derechos por parte de Israel, se aprobó la propuesta de no devolver los cuerpos de palestinos caídos en los enfrentamientos.
¿Cómo obran los palestinos?
En las últimas semanas las imágenes que van llegando desde Gaza y Cisjordania, de ambos lados de la línea verde divisoria, hacen ver que es posible una tercer intifida. Los jóvenes palestinos luchan en la calle con sus escasos recursos y sus rostros tapados, utilizan gomeras, piedras y explosivos caseros, contra los gases lacrimógenos, balas de plomo y de gomas de las fuerzas de seguridad de Israel, que reprimen sin importar sexo o edad.
Hay una significativa diferencia con las anteriores intifadas, y es que los jóvenes que se encuentran luchando en las calles no pertenecen a ningún partido político ni son guiados por un líder. Una facción numerosa se hace llamar “Los jóvenes de Oslo”. El rótulo refiere a una generación que creció bajo las promesas de los Acuerdos de Oslo pero que nunca vieron cumplirse, mientras la Autoridad Nacional Palestina (ANP) dejaba ver su pasividad ante los hechos.
Los motivos de siempre
No podemos encontrar nuevas razones para explicar las protestas y disturbios que atraviesan los territorios palestinos por estos días. Los motivos son los mismos que originaron los anteriores levantamientos: colonización, represión, no reconocimiento del Estado Palestino, manipulación de suministros, militarización de las aldeas palestinas, ocupación.
Pero también hay que entender lo ocurrido como un mensaje contra la ANP y su presidente, Mahmoud Abbas, quien es cómplice del genocidio sufrido a diario por los palestinos. Desde los Acuerdos de Oslo iniciados en 1993, y junto con esto la creación de la ANP, los palestinos no pueden confiar en sus autoridades ya que las mismas dejaron de lado el reclamo por los refugiados y sus territorios. Muestra clara de esto es la victoria electoral obtenida por Hamás en el año 2006, dentro de la Franja de Gaza.
Abbas criticó fuertemente los levantamientos, pidiendo finalizar con los mismos y amenizando con la posible intervención de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina. Al-Fatah es la facción de la ANP que hoy gobierna en Cisjordania, y mantiene la postura de que la diplomacia terminará con la ocupación, cuestión que hasta la fecha no puede plasmarse en hechos.
¿Cómo seguir?
La escalada de violencia entre palestinos e israelíes continúa, mientras órganos oficiales ya anunciaron más de 100 episodios de violencia en los últimos días.
Los palestinos luchan contra el genocidio y la colonización, por su parte Israel repite su argumento de su pelea contra el terrorismo. Las bajas se incrementan a diario, a la vez que Netanyahu rechazó una propuesta de Francia para aceptar observadores internacionales en los territorios donde se desarrolla el conflicto.
Posiblemente Israel vuelva a utilizar los conflictos para la colonización de las tierras ocupando aldeas palestinas de la Zona A, según los Acuerdos de Oslo, para continuar empujando a los palestinos contra las murallas que ha construido Israel desde el 2002. El muro es la muestra rotunda del apartheid sufrido por los palestinos.
Por parte de los palestinos, habrá que esperar para ver si el levantamiento es lo suficientemente fuerte para persistir y saber si nos encontramos viviendo o no una nueva intifada.
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