Massa, Urtubey y la construcción de un peronismo civilizado
Por Redacción APU
APU: Empezaron los movimientos en el peronismo. Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey se reunieron en Pinamar. ¿Le sorprendió que Diego Bossio participara?
Pablo Ibáñez: No, porque en realidad Bossio hace un tiempo que se venía perfilando para armar una configuración propia dentro del bloque. También, desde que bajó su candidatura a gobernador tiene una relación muy tensa con algunos sectores del kirchnerismo, de manera que está cerrando ese capítulo de pertenencia y simpatía política. No me sorprendió. Lo que sí creo es que se trata de una movida bastante prematura.
APU: ¿Prematura por qué?
PI: Me parece que este tipo de movimientos, en general, a partir de que va un mes del gobierno de Mauricio Macri, más allá de que haya sido muy intenso, con algunas decisiones fuertes, algunas muy complejas otras de un impacto muy importante. Pero todavía va un mes de gobierno. Como todavía no se logra configurar el gobierno, es muy difícil configurar a la oposición y el único que parece serlo es el peronismo.
No es lo mismo un Macri que evoluciona con cierta solidez más de centroderecha, con medidas muy orientadas a sectores de poder, donde de alguna manera está definiendo que su alianza política es el poder económico y no político; no es lo mismo pararse ante ese gobierno que a un Macri que con el andar del gobierno tenga más vínculos políticos.
APU: Describía en un artículo reciente que esa movida tiene riesgos para los tres.
PI: Hoy se definieron riesgos y beneficios de cada uno: a Massa le sirve la reunión porque sigue en el centro de la escena, hoy es el principal aliado peronista que tiene Macri. Además, mostrarse con otros peronistas, de alguna manera, no lo deja solo en esa órbita de atracción que se configura en un gobierno. A Urtubey le sirve porque sigue en ese tránsito por salir de Salta y aparecer como el peronismo civilizado; por su parte Bossio es un poco el que rompe el cascarón para tratar de ser lo que no ha podido ser hasta ahora: una figura que configure su propio espacio y quizá alguna incipiente jefatura en la provincia de Buenos Aires.
APU: Massa juega a ser un opositor moderado, constructivo, en relación a Macri. El riesgo ahí es que si a Macri le va bien puede quedar desfigurado. Y si a Macri le va muy mal también…
PI: Es un riesgo que existe, que también la velocidad y los tiempos van marcando otra cosa porque puede ser que le ocurra otra cosa a Massa. Puede ser que por más que aparezca cerca de Macri él logre un escenario que es más atractivo, que se genere una disputa interna peronista y en esa disputa pueda resolverse la jefatura del peronismo. En ese caso, a Massa sí podría servirle ser el peronismo civilizado. Que en 2017 votar a Massa sea votar al peronismo que colabora con el gobierno.
APU: En esa futura interna uno creería que del otro lado van a estar figuras como CFK y Daniel Scioli, jugando como aliados. Una gran paradoja respecto de Scioli.
PI: Creo que es un lugar de comodidad para Scioli no romper, seguir sin romper. Hemos hablado alguna vez que pareciera que la ruptura entre los Kirchner y Scioli es la inminencia más larga de la política argentina (risas). Hemos dicho por años que en cualquier momento rompían y nunca ocurrió.
Scioli también entiende que estar en la misma sociedad con Massa no es negocio porque Massa lo tiene fuera de la cancha. Lo que es paradójico es que Scioli sigue apostando a una construcción que en este tiempo lo dañó en su campaña electoral.
Scioli apuesta a que quizá Cristina dentro de ocho meses no esté interesada en ser candidata a la provincia de Buenos Aires, tal vez se licúe su interés y que él pueda quedar como tributario de ese esquema o que, en todo caso, pueda ser en 2017 el candidato de la unidad parcial del peronismo.
APU: Se habla de que una reaparición de CFK en febrero. ¿Tiene esa información?
PI: El que estaba contando eso en diciembre era Julio De Vido y eso tenía todo un simbolismo porque es el dirigente kirchnerista con más cercanía, más diálogo histórico con los territoriales. No me parece un dato menor, una cosa es que mandes a decir eso al Cuervo Larroque, que le habla a los propios, que lo diga De Vido que dialoga con otros actores.
APU: Lo llevo a provincia de Buenos Aires. ¿Cómo vio la discusión en torno al presupuesto? ¿Hubo un quiebre entre los intendentes peronistas y el diputado de La Cámpora José Ottavis o en cambio jugaron en tándem, con una lógica vandorista (Ottavis pateó el tablero y los jefes comunales negociaron)?
PI: Hay dos fenómenos. Por un lado está el tema que lo que expresan los intendentes no es lo mismo que lo expresa la Legislatura, si juntás a todos los diputados y a todos los senadores están representados dos o tres intendentes. Se perdió aquella lógica histórica donde los legisladores reportaban a los poderes territoriales. En ese caso, el macrismo especuló con que sean los intendentes los que presionen a los legisladores. Lo que consiguió también es que de una manera u otra todos se terminen juntando. Con recelos, con diferencias, pero pidieron $15.000 millones para los municipios, que los legisladores están bancando y que es un chino, porque le da cierta autonomía económica a los intendentes.
En el caso de Ottavis creo que jugó a ser el garante, siendo que la discusión que hay en el FpV es quién es el que se sienta con María Eugenia Vidal. Por diferencias internas, por conflictos, no lo logró y ahora hay una mesa un poquito más grande donde los legisladores van a resolver. Creo que entre hoy y el jueves podría tener el presupuesto.